Otro de los grandes pilares económicos emergentes en la Comarca de Huéscar es el turismo rural. En la Asociación de Turismo del Altiplano tienen registrados a 48 socios en la comarca de Huéscar (otros cuarenta empleos más destruidos si se hubiera seguido adelante con la incineradora, que junto con los seiscientos de los ganaderos, ya sumarian seiscientos cuarenta y ocho nuevos desempleados en la comarca, que restados a los trescientos prometidos en la incineradora, nos da aproximadamente unos trescientos cuarenta desempleados más en la comarca a causa de la incineradora). No tenemos datos del volumen económico que representan. Si hay datos de la financiación pública que se ha recibido y de los premios obtenidos. Tanto una como otro son relevantes, y no dudamos que merecidos.
No obstante, nuestro modelo comarcal de turismo rural no está bien definido. Aunque el presidente de la Junta de Andalucía, en la entrega de los Premios Andalucía de Turismo 2009 dijera que "la comunidad autónoma haga en estos momentos del turismo un sector de vanguardia, que desempeñe un papel relevante en el nuevo modelo de sostenibilidad" (juntadeandalucia.es 09/10/2009). ¿Nuestro turismo comarcal avanza en la línea de sostenibilidad?.
La OMT (Organización Mundial del Turismo), basada en el Informe Brundtlan afirma que "El desarrollo del turismo sostenible responde a las necesidades de los turistas y de las regiones anfitrionas presentes, a la vez que protege y mejora las oportunidades del futuro. Está enfocado hacia la gestión de todos los recursos de manera que satisfaga todas las necesidades económicas, sociales y estéticas y a la vez que respeten la integridad cultural, los procesos ecológicos, la diversidad biológica y los sistemas de soporte de la vida".
Por otro lado, la ONG Ecotourism Society habla de "Ecoturismo" definiéndolo como el turismo que hace especial incidencia en el tema medioambiental sin olvidar el factor socioeconómico; se trata de un turismo en zonas naturales que contribuye a la protección del medio ambiente y deja beneficios para la población local. E.S matiza que ciertos operadores turísticos lo utilizan para definir formas de turismo de naturaleza poco o nada sostenibles. También señala que el turismo a pequeña escala controlado por agentes foráneos siempre es insostenible.
El Gobierno Central define como turismo sostenible aquel del que se obtenga un beneficio económico cuidando el medio sobre todo, donde los recursos naturales y culturales se conservan para su uso continuado en el futuro, al tiempo que reparten beneficios, y donde se procura mantener un elevado nivel de satisfacción de los visitantes y el destino retiene su prestigio y potencial comercial. Otra característica del turismo sostenible es que los beneficios se reparten ampliamente entre toda la sociedad.
El Ministerio de Medio Ambiente, la Fundación Biodiversidad e Iberia, aportan puntos concretos para definir el turismo sostenible y al visitante sostenible, entre ellos hemos extraído algunos: En un espacio natural procure que la única huella que deje atrás sea la de su calzado. Al comprar regalos y recuerdos busque productos que sean expresión de la cultura local, favorecerá la economía de los pueblos que le acogen y la diversidad cultural. Trate de minimizar la generación de residuos, cuando tenga que deshacerse de un residuo hágalo de la manera más limpia que le facilite su lugar de destino. En su destino disfrute conociendo la cultura, costumbres, gastronomía y tradiciones de las poblaciones locales, respételes y acérquese a ellos: tienen mucho para contarle.
La Organización Turismo Sostenible define el turismo de estas características como "aquellas actividades turísticas respetuosas con el medio natural, cultural y social, y con los valores de una comunidad, que permite disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes, donde la relación entre el turista y la comunidad es justa y los beneficios de la actividad es repartida de forma equitativa, y donde los visitantes tienen una actitud verdaderamente participativa en su experiencia de viaje" (turismo-sostenible.org).
En la Carta del Turismo Sostenible firmada en Lanzarote en 1995, de la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible, se dice: 1. El desarrollo turístico deberá fundamentarse sobre criterios de sostenibilidad, es decir, ha de ser soportable ecológicamente a largo plazo, viable económicamente y equitativo desde una perspectiva ética y social para las comunidades locales. Es un proceso que contempla una gestión global de los recursos con el fin de asegurar su durabilidad, permitiendo conservar nuestro capital natural y cultural. 4. La contribución activa del turismo al desarrollo sostenible presupone necesariamente la solidaridad, el respeto mutuo y la participación de todos los actores implicados en el proceso. 7. para participar en el Desarrollo Sostenible, el turismo debe asentarse sobre la diversidad de oportunidades ofrecidas por la economía local, garantizando su plena integración y contribuyendo positivamente al desarrollo económico local. 8. Toda opción de desarrollo turístico debe repercutir de forma efectiva en la mejora de la calidad de vida de la población e incidir en el enriquecimiento socio cultural de cada destino.
El Plan Turístico del 2004 del Altiplano de Granada está basado en criterios de sostenibilidad económica, social y medio ambiental, precisando aumentar la calidad de su medio urbano y natural y la de sus servicios públicos, así como mejorar la oferta complementaria. En su "Manual de Buenas Prácticas" (granadaaltiplano.org), aconsejan visitar y conocer los lugares directamente para que sea más exacta la información que faciliten a los visitantes, así como utilizar materiales reciclados y mobiliario antiguo, promocionar actividades tradicionales de la zona, hacer uso de los proveedores cercanos, comprar alimentos provenientes de la agricultura ecológica, hacer separación selectiva de residuos, utilizar papel reciclado para documentos publicidad, convertir los residuos orgánicos en compostaje para reutilización en las zonas ajardinadas, tener contenedores de pilas usadas que llevarán posteriormente a las empresas correspondientes ...
La Asociación de Turismo del Altiplano de Granada, que merece todos nuestros respetos, "... su misión es porporcionar un marco económico, legal, de formación y de promoción ... a los empresarios" (granadaaltiplano.org). Es decir, es una asociación de empresarios hosteleros, que vela por los intereses propios, para eso se han asociado, y que es perfectamente entendible y aceptable. Pero, ¿quien vela por los recursos turísticos, por la esencia gracias a la cual existen esos empresarios hosteleros?. No olvidemos que los alojamientos no son siquiera recursos turísticos, son la consecuencia de los recursos y por los cuales las personas pueden interesarse por venir a nuestro territorio. ¿Quien pone en valor y difunde los recursos?, ¿tenemos claro cuales son nuestros recursos, como ponerlos en valor y como explotarlos sosteniblemente? ¿sabemos que busca y quiere encontrar una persona que practica el turismo sostenible?.
Quizás ese sea el mayor problema del turismo de la comarca. Que hemos confundido términos, los hemos mezclado, y además nos hemos olvidado de lo fundamental: qué ofrecer a los visitantes turísticos interesados en el turismo rural y sostenible. Cierto que los alojamientos, al menos los que yo conozco -hoteles, casas rurales, casas-cueva- son impecables y singulares, pero esa es la base de nuestro turismo "alójese aquí, que es y tiene, y además podrá usted ver y hacer". Cierto que hay una clientela para cubrir ese tipo de turismo, como lo estamos comprobando. Pero eso no es turismo sostenible, es turismo de techo, chimenea y barbacoa, y su duración es muy incierta, ya que se nutre básicamente de clientes de zonas cercanas y funcionará hasta que se promocione otra zona que por algún motivo alguien la ponga de moda. También se intenta fomentar el turismo rural organizado que llega en autobuses y se ajusta a una programación muy estricta planificada de antemano por la agencia organizadora, siguiendo otros modelos de turismo, pero que hasta ahora no está funcionando. Curiosamente, los alojamientos rurales son todos pequeños, incapaces de asumir a 50 ó 60 personas al mismo tiempo en un mismo establecimiento. Estamos malgastando tiempo y dinero en promocionar algo que no podemos ofrecer.
Lo que es fundamental es promocionar el recurso turístico, sea cual sea éste, y consolidarlo, despertar la curiosidad por descubrirlo, conocerlo, disfrutarlo. Hacerlo singular, único, deseable. Y crear alrededor de ese recurso una serie de actuaciones complementarias, siempre dentro de la sostenibilidad, de forma que se cubra uno de los principios básicos del turismo sostenible: beneficiar a toda la población sin poner en riesgo el medio ambiente y los valores culturales.
Será mucho más perdurable y mucho más rentable económicamente, promocionar una ruta, por ejemplo, basada en la novela de José Saramago "La balsa de piedra", o los yacimientos prehistóricos -incluidas las pinturas rupestres de "la piedra del letrero"- que abundan en nuestro territorio y que pertenecen a muy diversas épocas, y los museos, o los parques naturales de Baza y Castril y la Sagra, o las badlands, que un bonito alojamiento. Esas rutas suponen un entramado de empleos sostenibles bastante amplio, ya que se ofrece al visitante las visitas de naturaleza y de patrimonio, la gastronomía ecológica y tradicional, las artesanías, las ferias temáticas, los productos alimenticios locales. Si alrededor de la oveja segureña se pueden iniciar quince o veinte actividades complementarias, alrededor de cada una de estas propuestas pueden surgir otras tantas.
Claro que, para ofrecer un recurso, primero tenemos que conocerlo y ponerlo en valor. Ya he contado que hace un año se pretendió ofrecer Parpacén como recurso turístico incluyéndolo en una guía cuando este paraje se hallaba sin señalizar y con abundantes basuras en el entorno. La propuesta era, lo ponemos en la guía, acompañado de una bonita fotografía y luego lo visitamos a ver que tal es. ¿No tendría que ser al revés?: primero comprobar su estado y accesibilidad y después, si ambos son adecuados, lo incluímos en la guía. Por que una vez que ya está incluido en la guía, por mucho que se visite y se descubra que es complicado llegar o que está en mal estado, cualquier visitante turístico que lo haya visto anunciado en la guía ha podido ir, si ha conseguido encontrarlo, claro.
Así actuamos en general cuando se trata de turismo. Parcheamos aquí y allí. Maquillamos. Nos inventamos. Abrimos y cerramos en cualquier fecha y a cualquier hora. Damos información en las oficinas correspondientes tan deplorable como "yo que se, yo no he estado nunca ahí" o "ah, yo no lo se, a mi no me gusta caminar" o responden cuando preguntamos que se puede hacer este fin de semana con una retahila de actividades que se podrán hacer ¡seis meses despues!, señora mía, que el cliente está aquí ahora, quiere saber que puede hacer ahora, no lo que ustedes ofrecerán dentro de seis meses. Damos tumbos de un lado a otro, sin fijarnos un objetivo concreto más allá de los alojamientos. A nadie implicado en el desarrollo rural -GDR, políticos- se le ha ocurrido cohesionar los distintos sectores implicados y elaborar un plan conjunto para que todo avance al mismo tiempo -restauración, comercio, artesanía, guías turísticos, oferta cultural, oferta de ocio, alojamientos-, estableciendo distintos apartados cada uno de ellos complementario de los demás (badlands: rutas diurnas y nocturnas, museo, demostraciones, artesanías en tiendas, licor, talleres, campos de trabajo; la balsa de piedra, rutas, castillo, Orce, artesanías, cine, talleres, Castril, librería ... y así con cada tema). Que alguien siente alrededor de una mesa a todos los posibles sectores implicados, más las personas que estén desempleadas y que tengan alguna relación por formación o experiencia, -restauradores, artesanías, agricultura ecológica, ganaderia, arqueología, guías turísticos, guías de naturaleza, monitores de tiempo libre, agentes culturales, comerciantes- y que se proponga un plan, en función de lo que cada cual puede aportar, e ir desarrolando ese plan, con firmes compromisos y firmes apoyos. Y salir a promocionar los recursos, los auténticos recursos, con los deberes muy bien hechos, es decir, sin maquillar, exagerar y/o mentir, sin soltar el discurso aprendido, defendiendo el recurso con veracidad y convencimiento. Y crear eventos aquí de calidad y singularidad excepcionales.
Sí, ya se: eso es complicado de llevar a cabo, requiere un trabajo considerable de búsqueda, proyecto, coordinación, sensibilización, apoyo. Pero para eso tenemos aquí oficinas de desarrollo, con sus correspondientes técnic@s. Habría, es cierto, que cambiar el concepto que se tiene de desarrollo, basado en la creación de empresas y subvenciones más erráticas jornadas, planes, seminarios, más que otra cosa, de tipo burocrático y de expediente.
Es hora de que nos preocupemos de los recursos turísticos y de su puesta a punto y desarrollo. La Asociación de Turismo del Altiplano cumple su función, que es la de asesorar, formar y promocionar a sus socios empresarios. Pero es necesario que algún organismo o entidad se preocupe por los recursos, base fundamental, ya lo hemos dicho antes, para que se desarrolle un turismo verdaderamente sostenible, tanto social, como cultural como económicamente. Si esto funciona, los alojamientos también funcionarán.
Eso es turismo sostenible, en el que estaría implicada practicamente toda la población, interconectados unos sectores con otros, apoyándose unos en otros. ¿Quien se atreve a dar el primer paso en esta dirección? Es urgente.
DahirA.
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