No a la escultura de mujer arrodillada representando a Mariana Pineda en la Plaza Santa Adela de Huéscar

viernes, 8 de mayo de 2009

¿Caminamos muy rápidas?



Algunos organismos locales relacionados con Igualdad de Género de la Comarca de Huéscar tienen la sensación, o al menos así nos lo han dicho, de que Dahira vamos muy rápidas. Aunque no nos han especificado -ni nosotras hemos preguntado- si esa rapidez se refiere a igualdad de género, asociacionismo, profesionalidad, participación social, reivindicaciones diversas o qué.
En cambio, nosotras tenemos la sensación de que vamos bastante lentas. A nivel personal, las socias de Dahira no es que vayamos muy rápidas, es que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida, sumándonos -unas, desde la adolescencia, otras desde la juventud, y otras al inicio de la madurez- a la lucha por los derechos de las mujeres, equiparándolos a los derechos de los hombres, es decir, a los derechos universales de las personas; y hemos aplicado el aprendizaje y la reivindicación a nuestras vidas personales: pareja, hijos, trabajo, entorno familiar y social. No nos sabemos de memoria ningún mensaje o concepto feminista. Actuamos en feminismo, porque somos feministas viscerales, y si hay algo que podamos transmitir a la sociedad, ese algo es simplemente la consecuencia de nuestras actuaciones, lo que la sociedad quiera ver o la interpretación que quiera darle a nuestra forma de pensar, actuar, razonar y opinar, y el mensaje y aprendizaje que pueda extraer de ello.
A nivel de asociacionismo, no vamos ni rápidas ni lentas. Cuando un grupo de personas deciden constituirse en asociación es porque tienen un fin común por el que quieren luchar, para hacerlo visible, difundirlo, desarrollarlo- o erradicarlo-, dignificarlo, compartirlo, investigarlo, disfrutarlo, aprenderlo, transmitirlo ... Como a ese grupo de personas las une y las mueve un objetivo común, y por eso se han constituido en asociación, lo normal es que debatan a nivel interno, diseñen proyectos de actuaciones, organicen actuaciones, participen en otras afines, busquen financiación para ejecutar sus proyectos, difundan su objetivo y sus proyectos, busquen apoyos, y quieran hacer partícipes de ellos a toda la sociedad -de su entorno mas próximo o en general-. Y esa es la línea de actuación de Dahira. Fundar una asociación y esperar a que agentes externos nos digan cuando, como, donde y cuanto debemos movernos, nos parece, cuanto menos, absurdo.
Y si es a nivel profesional, Dahira pertenecemos a uno de los sectores mas marginales, confusos y peor entendidos de los que existen hoy día en nuestro país, por tanto, las reivindicaciones y las modificaciones a nivel sectorial son tantas y desde tantos frentes, que aun trabajando a jornada completa durante años y años, seguramente no conseguiríamos salir de la situación actual en la que se encuentra la artesanía en España en general y en la Comarca de Huéscar en particular. La organización de una exposición de artesanía en la comarca es menos que una aguja en un pajar. ¿Vamos rápidas? ... No. En realidad, vamos muy lentas. Necesitaríamos mucha confianza en nosotras por parte de los agentes de desarrollo comarcales y una buena cantidad y calidad de recursos humanos, tecnológicos y económicos para poder avanzar siquiera un paso adelante. Por que en este apartado nos enfrentamos no solo a las debilidades e inestabilidad de nuestro sector, sino a la desconfianza hacia nuestro sector por parte de quienes debieran impulsarlo como parte indispensable en el desarrollo económico sostenible de la comarca, si no que nos enfrentamos también al machismo activo, al machismo consentido y al hembrismo generalizados en la comarca. Si nos invitan a una reunión de industria, tenemos que reivindicar que la artesanía es antagónica de la industria; si nos invitan a una de empresarios, tenemos que reivindicar que las y los artesanos no somos empresarios en mas de un 95 % de los casos; si nos invitan a formar parte de una asociación de mujeres, escindida de una asociación general de hombres y mujeres, tenemos que reivindicar que no creemos en el viejo concepto de "los niños con los niños y las niñas con las niñas" ...
¿Dahira corremos mucho? ... No. Apuramos el paso porque es necesario; el último tren está a punto de partir y si no nos damos prisa, cerrarán las puertas y el jefe de estación le dará salida antes de que nosotras lleguemos. Y nos encontraremos solas, en medio de una estación desierta, con la taquilla de venta de billetes clausurada. Y tendremos que volvernos con nuestro hatillo lleno de leyes y de perspectivas, y de proyectos, y buscaremos un marido que nos traiga el sueldo a casa y a cambio le prometeremos mesa puesta y calcetines límpios y remendados correctamente. Y les diremos a nuestros hijos e hijas que esto es ley de vida. Que nos han contado que en otros sitios es diferente, pero que aquí es así. Y que nada puede cambiar.
Dahira.