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jueves, 13 de mayo de 2010

La incineradora de Huéscar no es un pulso político PSOE-PP, es una cuestión de sentido común y dignidad humana

No podemos minimizar el impacto negativo que tendría en la salud de las personas, en la del medio ambiente y en la de sectores profesiones emergentes en la comarca, y en la contribución que supondría al deterioro del planeta en general por el desprecio que conlleva hacia el reciclaje, la reducción de residuos y el mantenimiento del actual sistema de producción, absolutamente insostenible, la mayor incineradora del planeta, a un pulso entre dos partidos políticos, uno que quiere seguir gobernando y otro que aspira a gobernar.

La alarma social no la está creando un partido político de Huéscar, en este caso el PP; la alarma social la está creando la propia incineradora con los añadidos del confuso, ambiguo y oscuro origen de la promotora, Plasma System Group S.L. y el extraño proyecto presentado que es una composición basada en recortes sobre informaciones de diversas empresas del sector relacionadas con la incineración por gasificación de plasma, así como los problemas económicos acuciantes que parecen tener los propietarios de los terrenos donde se implantaría la incineradora, Vigarsan, y el propio estado de las cuentas municipales de Huéscar.

Otra cosa es que el partido de la oposición aproveche cualquier resquicio vulnerable en el partido gobernante para intentar obtener ventaja de voto en las próximas elecciones municipales. Y en este caso, desgraciadamente, el partido de la oposición no ha encontrado un resquicio, ha encontrado un socavón de grandes dimensiones. Posiblemente, muchas personas votantes del PSOE se sientan defraudadas e incluso traicionadas por el partido, especialmente si no gana las próximas elecciones municipales, ya que considerarán que ha sido el propio PSOE quien ha puesto en bandeja al PP ese posible futuro triunfo electoral. El juego político en democracia es así: si un partido comete grandes errores de dominio público, la mayoría de las veces, termina pagándolo en las urnas. De ahí la importancia que debería tener siempre analizar profundamente una decisión controvertida antes de tomarla. Y una vez tomada, no queda otro remedio que asumir las consecuencias o practicar la huida hacia delante. El PP ha apoyado y defendido visceralmente, en cuestión de incineradoras en otros lugares, lo que el PSOE ha rechazado contundentemente en esos mismos lugares. En Huéscar, el PP rechaza de plano la incineradora que el PSOE defiende con ahínco. El mundo al revés, que decía hace unos días.

Es obligación, si, del gobierno municipal estudiar cualquier propuesta empresarial que le sea solicitada a trámite, como dice el propio alcalde de Huéscar, sr. Gallego. Pero ese estudio puede y debe hacerse antes de trasladarlo a pleno municipal para defenderlo, sabiéndose ganador de antemano. En este caso, según propias declaraciones, estaban negociando con la empresa promotora, Plasma System Group S.L. incluso desde meses antes de que existiera esa empresa, y un año antes de que la empresa solicitara a trámite al ayuntamiento la implantación de la incineradora. No es ahora, después de aprobado en pleno, cuando se deben pedir informes a Greenpeace, Ecologistas en Acción y la Junta de Andalucía. Esos informes los debía haber pedido el Ayuntamiento de Huéscar, como acto de responsabilidad básica, hace un año. Como hace un año el Ayuntamiento debía haber empezado a indagar y buscar información generalista, sin ir más lejos, a través de internet, acerca de las incineradoras de gasificación por plasma ya instaladas en diferentes puntos del planeta: empresas gestoras, capacidad de volumen, problemas técnicos, viabilidad económica, empleos que generan, donde se encuentran l@s técnic@s con la preparación necesaria, etc. Decir que lo está haciendo ahora, cuando ya se ha creado la alarma social, es tanto como decir que no estaba muy interesado en la viabilidad de la incineradora, que utilizó unas cifras sin ningún viso de realidad para obtener unos beneficios a través de ellas. Beneficios económicos para el Ayuntamiento, beneficios electorales. Beneficios, en definitiva.

No tuvo en cuenta que el municipio de Huéscar está formado por personas, como lo están los demás municipios de la comarca, que si bien no obtendrían beneficios económicos directos de la incineradora, si tendrían todas las desventajas derivadas de la incineradora: enfermedades generadas por la contaminación atmosférica derivada de la incineradora, la contaminación de la tierra y de los ríos y acuíferos, la escasez de agua en determinadas épocas en las que los recursos hídricos de los ríos y pantanos se vean considerablemente mermadas por épocas de sequía, carreteras deterioradas, contaminación acústica añadida, empleos de agricultura ecológica, ganadería y turismo rural destruidos, deterioro general del medio ambiente; considerable deterioro de la calidad de vida de los habitantes de la comarca en definitiva.

Tampoco el gobierno del Ayuntamiento de Huéscar ha mostrado ninguna sensibilidad ni respeto por el futuro digno del planeta y del género humano -que incluye a la localidad de Huéscar,- en un momento en el que estos penden de un hilo: si la temperatura del planeta aumenta más de dos grados, ya no hay vuelta atrás, ya no se puede rectificar, las sociedades serán caóticas, irremediablemente: se producirán grandes éxodos de población, faltarán alimentos y agua potable, surgirán nuevas enfermedades sin tratamiento. Una incineradora de las características que tendría la de Huéscar es absolutamente incompatible con el respeto al medio ambiente, y al género humano, por muchas razones: en ella se destruirian residuos que son perfectamente reciclables como los orgánicos, papel, vidrio, lata, textiles, metales, madera, para convertirlos en un producto, vitrificados, que según los estudios existentes hasta el momento, es tóxico. Los propios materiales necesarios para el funcionamiento de esos hornos no están fabricados con materias primas renovables. La necesidad de transportar los residuos desde lugares alejados generaría más consumo energético no renovable (las flotas de camiones de gran tonelaje alimentadas por electricidad, de momento no existen, ni se sabe cuando existirán). Se estaría fomentando el modelo actual de producción y consumo que ya se ha demostrado es inviable para el planeta y para el género humano, ya que se seguirian sobreexplotando los recursos no renovables, máxime cuando hemos abandonado la línea de reducción, reutilización y reciclaje. se seguirian producciendo materiales altamente tóxicos y de dificil destrucción cuando se convierte en residuos. Ni siquiera se conoce ningún estudio que avale la viabilidad técnica de una planta de incineración por gasificación de plasma con una capacidad para quinientas toneladas diarias; o no existen hornos para tal capacidad y tendrían que fabricarlos a medida, o tendrían que poner dos hornos al menos por línea de incineración, y para esta planta se han anunciado cuatro líneas.

Pero es que apoyando la implantación de esa incineradora en Huéscar ni siquiera se muestra respeto por todas las personas de la comarca que desde hace años están luchando, a base de mucho esfuerzo, mucho trabajo, por desarrollar, estabilizar y potenciar la agricultura, la ganadería, el turismo y otros sectores derivados. Ni se muestra respeto por otras muchas personas emprendedoras de la comarca que están invirtiendo su tiempo y su dinero investigando sobre nuevos productos basados en las materias primas locales ecológicas, y en el aprovechamiento de los recursos endógenos. Ni se muestra ningún respeto por la financiación pública recibida hasta el momento para desarrollar la ganadería, la agricultura, la ecología, el turismo rural. Si se implanta una incineradora de esas características aquí, Europa, España, la Junta de Andalucía y Diputación de Granada deberían pedirnos la devolución de todos ingresos que nos han hecho en la comarca para poner en valor, desarrollar, impulsar, comercializar y expandir estos sectores, porque en realidad, todas esas inversiones han sido inútiles, ya que hemos abandonado esas líneas en favor de otra única y contraria; hemos engañado, estafado, jugado con el dinero de tod@s, no solamente a nivel de nuestra comarca, si no de cualquier otra. Mientras nos han ingresado algunos millones de euros para destinarlos a turismo sostenible cuando este irremediablemente desaparecerá con la incineradora, no se les ha ingresado a otras comarcas de cualquier punto de la provincia, comunidad autónoma, país o paises europeos.

Una incineradora con una capacidad diaria de dos mil toneladas no se puede coger ni con pinzas quirúrgicas de alta precisión. Ni aquí ni en ningún lugar del planeta. Por muchas bondades acerca de los beneficios de las mismas que nos vendan las multinacionales proveedoras de tecnología. Y esto no lo decimos porque un partido político nos haya creado alarma social: esto lo decimos para cualquier partido político, organismo, entidad o particular que defienda, hoy o mañana, tamaños o similares atentados contra la salud de las personas, de esta generación y de la venideras, la salud del planeta y la marginación y rechazo del desarrollo sostenible de los pueblos, aquí o en cualquier lugar del planeta.

Una macro incineradora para residuos de toda índole y procedencia no es un pulso entre dos partidos políticos rivales. Es una cuestión o no sentido común y de respeto por las personas. Pero esto tendrían que haberlo analizado muy pormenorizadamente antes de pronunciar en público por primera vez "estamos de acuerdo con la implantación de una macro incineradora en Huéscar". Agrupar ahora bajo las siglas de un partido político contrario y acusar a éste de responsable único de la alarma social creada parece una rabieta infantil. Existen movimientos ecologistas, asociaciones que apuestan por el desarrollo sostenible, personas que sin ser activistas, ni militantes, ni socias también están totalmente en desacuerdo con la incineradora. Sr. Gallego, hay vida más allá del PP. No lo dude.

DahirA.

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