De vuelta a la realidad, una vez superada la fantochada de macro incineradora, nos encontramos con un titular, que circula por los medios desde hace días, pero que ha estado relegado hasta hoy en nuestro orden de prioridades blogueras: "Huéscar acogerá a la primera escuela de pastores de Andalucía". 20 minutos.es , 22/05/10.
Tiene su lógica, ya que según se dice en la página corderoseguraylasagra.es , en Huéscar (y suponemos que Huéscar quiere decir comarca de) la cabaña de oveja segureña tiene doscientas mil cabezas y viven de ella seiscientas familias (empleos que habría que haber restado, más pronto que tarde, a los trescientos puestos de trabajo prometidos en la macro incineradora) y mueve unos diecinueve millones de euros anuales. En el 2008 le fué concedida, después de algunos años luchando por ella, especialmente ANCOS -Asociación Nacional de Criadores de Oveja Segureña-, la IGP (Identificación Geográfica Protegida), algo así como la Denominación de Origen, o el DNI de nuestra cabaña ovina, que le llaman otros.
La oveja segureña es una de las cuatro principales razas ovinas de España, si bien alcanzó esta categoría hace poco más de tres décadas, que se extiende por un territorio reducido entre las provincias de Almería, Granada, Murcia, Jaén y Albacete. El medio en el que se cría esta raza, de riguroso clima continental de temperaturas extremas, ha hecho de ella una raza ruda con una alta capacidad de adaptación a medios difíciles, y que se caracteriza por sus altos niveles reproductivos y productivos debido al bajo peso de la piel, buena capacidad lechera y una vida relativamente corta a consecuencia de la pérdida de los incisivos prematuramente por la alimentación basada en pastos cortos y duros . La alta pureza de la oveja segureña se la debemos a las dificultades de mezclarlas con sementales de otras razas provenientes de otras zonas, ya que éstos no han soportado la dureza del medio cuando se ha intentado. La explotación es en régimen de pastoreo, pernoctando los rebaños en apriscos o directamente a la interperie en el campo, aunque últimamente se está compaginando con el semi-extensivo y todavía queda una zona de Jaén que practica la transhumancia. La alimentación de las ovejas, la calidad de la leche y su capacidad lechera que permite alimentar a los corderos exclusivamente con leche durante las dos o tres primeras semanas y después alternar la leche con concentrados de paja y cereal hasta las seis o siete semanas así como la cantidad mínima de grasa que tienen estos animales, son los que proporcionan a la carne las características singulares que le dan el sabor final, exquisito, intenso y delicado al mismo tiempo, desprovisto del fuerte sabor y olor característico de otras carnes de cordero.
En la comarca de Huéscar tenemos pues una fuente de riqueza de considerables dimensiones con la oveja y el cordero segureño, ligado directamente con el desarrollo sostenible comarcal. Aunque hasta ahora solamente nos hemos dedicado a criar, sacrificar un 20 % del volumen total destinado a consumo y al consumo de proximidad, que en este caso, si que lo practicamos. Y no hemos tenido en cuenta en absoluto el desarrollo de otras actividades paralelas aprovechando ese recurso endógeno, y que pueden ser muchas y diversas, que pueden generar el desarrollo de otros sectores igualmente sostenibles, o ser complementarios de los ya existentes.
Debido a que los corderos se alimentan de leche durante un largo periodo de tiempo, no se (podría haberlo preguntarlo a ANCOS, si, pero no lo he hecho, es lo que ocurre cuando se escribe improvisadamente) si hay excedentes de leche o no, aunque en Cazorla se fabrica un queso artesanal, que merece la pena probar, sin ninguna duda, que según me ha dicho quien lo comercializa por esta zona-La Despensa del Turrilla, Pozo Alcón- proviene de la leche de las ovejas de Huéscar. ¿Y por qué razón no tenemos aquí un queso artesanal con leche de oveja segureña?. Y extendiéndonos un poco más, ¿por que razón no tenemos en Huéscar comarca un queso artesanal de cabra, y de paso, leche de cabra fresca?. Es cierto que en Cortes de Baza una emprendedora acaba de conseguir un dulce de leche de cabra realmente exquisito, y que quienes tienen rebaños de cabras frabrican requesón y quesos, pero solo para distribuir entre personas conocidas, sin más fines comerciales.
También se le podría sacar mucho más partido a la carne de cordero. Sí, ya se que ésta forma parte de los menús y cartas de todos los restaurantes de la comarca, especialmente en lata y a la brasa. Y que la carne de cordero segureño está presente en todas las carnicerías de la comarca, y que tod@s en la comarca con un mínimo de paladar sabemos cuales tienen el mejor cordero. Pero esta red de carne de cordero segureño también se podría extender a un punto intermedio entre el restaurante y el hogar familiar: casas de comidas preparadas para llevar. Locales donde solo se coninara cordero (fácilmente se pueden encontrar y adaptar cincuenta o sesenta recetas de orígenes diversos); tal vez también cabrito de la comarca (idem de las recetas de cordero), y trucha, aunque sea de piscifactoría, al fin y al cabo, la tenemos aquí y para la que también se pueden adaptar unas cuantas recetas. Todo ésto, con guarniciones originales con productos locales y con ensaladas de productos locales y tal vez sería conveniente añadir también aperitivos (patés de aceitunas, trufas de morcilla -Pablo García, el cocinero de El Albergue de la Villa de Orce las prepara de vicio-, embutidos locales, quesos locales, aceitunas encurtidas artesanales, almendras), donde también se puedan adquirir vinos del país embotellados -aunque hay que tener cuidado con ésto, porque últimamente las bodegas Irving, en los pack de tres botellas, vende una buena y dos picadas o directamente para el desagüe, aunque afortunadamente tenemos las bodegas de Quiles en Galera, Jabalcón en Baza y las de Campo Cámara, entre las que yo conozco-, junto con licores ecológicos como los de Licor de Castilléjar y ese exquisito licor de cerezas negras de Econat que todavía está en fase primaria; y ya puest@as, algunos postres, como macedonia de frutas naturales de la comarca, y frutos secos de la comarca (ay, esas almendras, esas nueces verdaderamente exquisitas, que aprovechamos de mala o ninguna manera, esas uvas pasas que igual ni existen). Comidas a precios asequibles en locales abiertos al menos durante todo el verano -fines de semana incluidos, que nos conocemos-, navidad, semana santa y puentes de guardar. Aprovecharíamos nuestros productos locales, apoyarían al sector turístico -a ver si nuestros visitantes dejan de traerse los ingredientes para comer de sus Carrefour y otros supermercados- y generarían unos cuantos puestos de trabajo. Eso sí: que nadie pretendiera enriquecerse el primer mes, ni siquiera el primer año; incluso es posible que no lleguen a enriquecerse nunca. Solamente será un trabajo digno a cambio de un sueldo o unos beneficios dignos. Algo a lo que aspiran cientos de millones de personas.
Luego tenemos otro detalle, que creo es muy importante y que afecta y beneficia directamente a l@s ganeder@s y a toda la sociedad indirectamente: los beneficios medioambientales del pastoreo y las ovejas "bombero". Tanto el ganadero como el agricultor producen biodiversidad. ¿Por qué no se les paga por ello?. "Los últimos guardianes de nuestros montes y sierras son los ganaderos", dice un artículo de Francisco Casero del CAAE, publicado en paralelo36.com , donde continúan diciendo "el aprovechamiento ganadero ecológico es una herramienta fundamental en el control de los incendios forestales ... la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía contrata todos los veranos a pastores con sus rebaños para que pastoreen los montes públicos controlando de esta manera la carga de combustible ... La mejor inversión, que no gasto, en mantener nuestros montes es incentivar la viabilidad de las explotaciones ganaderas extensivas ... No podemos pagar a un señor la mitad de los productos que le compramos, hay que pagar el precio completo ..." ¿Utilizamos y pagamos aquí a nuestr@s ganader@s por ese inestimable servicio?.
Por otro lado, Jordi Sargatall, dice en agendaviva.com "el paisaje es el aspecto que le damos al territorio, el peinado que le hacemos ... las gentes de las grandes ciudades, aunque quizás no lo sepan, huyen los fines de semana buscando paisaje ... la calidad de nuestros paisajes la define la fauna ... lo que da vida al paisaje es la fauna, la fauna es lo que lo hace vivir ..." Las personas que mantienen el paisaje vivo y la biodiversidad (propietarios de fincas que guardan un equilibrio ecológico), deberían cobrar por ello. Tomenos nota, porque podemos estar frente a una nueva fuente de ingresos al mismo tiempo que preservamos el medio ambiente. Lo preservamos de verdad, no como dice por ahí el GDR Altiplano, que adopta como medida un proyecto de incineradora.
También podemos sacarle partido económico, generando puestos de trabajo y educando ambientalmente y en desarrollo sostenible, a nuestra ganadería, tanto ovina como caprina, creando campos de trabajo y campamentos medioambientales. Y no me estoy refiriendo a las llamadas "granja escuela" tan tradicionales en las últimas décadas como artificiales que, aunque cumplen su misión, ya que por lo menos l@s niñ@s ya saben de donde viene la leche o los huevos, o como se amasa y se cuece el pan. Quiero decir campos de trabajo para jóvenes que estén realizando estudios relacionados con la agricultura y la ganadería, o simplemente prefieran pasar parte de sus vacaciones en contacto con el mundo rural y sus contenidos auténticos: como funciona una explotación ganadera extensiva, una jornada de pastoreo, ordeñar una oveja (o cabra, tanto da), tranformar la leche, un poco de historia, un poco de recorrido por la comarca visitando otros recursos en desarrollo ... Naturalmente, l@s organizador@s, monitor@s serían personas de la comarca; el catering sería comarcal, con productos comarcales, y los ganader@s y agricultor@s, cobrarían por los servicios prestados. Ahí tendríamos otra pequeña fuente de ingresos.
Los talleres abiertos temáticos (móviles, cuentos, de campo, demostrativos) dirigidos a grupos de escolares principalmente, alrededor de la lana y la leche son otra posibilidad, que también genera empleo y riqueza para la comarca. Talleres abiertos que se pueden ampliar a monográficos, lo que incidiría directamente sobre los sectores de alojamientos turísticos y restaurantes comarcales principalmente, además de l@s propi@s artesan@s que los imparten.
Otra alternativa son rutas turísticas -guiadas y limitadas o muy limitadas-, a pie, bicicleta y ocasionalmente vehículo, a zonas de interés paisajístico donde los rebaños viven en libertad, algo así como "avistamiento de rebaños en libertad". Complementaría la oferta de actividades turísticas y seguiría generando empleo.
Y luego tenemos el entramado artesanal derivado de la lana, y del que tantas veces hemos hablado ya, y que contempla distintos subapartados: lavado de lana, cardado, hilado, teñido, ovillado, extracción de lanolina, tejido artesanal (alfombras, mantas, tapices y prendas de vestir como gorros, bufandas, guantes, y bolsos y otros complementos), que a su vez llevaría a la apertura de alguna que otra tienda para vender esos productos. Empleo sostenible, en definitiva.
Y finalmente están otros usos que se le puede dar a la lana solamente con el proceso de lavado y cardado: para relleno de cojines y edredones, para embalajes de piezas delicadas, como paños de gran absorción aplicados a distintos sectores y como aislamiento en la construcción (no olvidemos que la lana es ignífuga). Más empleo sostenible y más aprovechamiento de recurso comarcal.
También podemos hablar de otras actuaciones derivadas: un museo sobre la historia de la oveja y la lana en la comarca, restaurantes temáticos, por poner algunos ejemplos. Darle un carácter innovador y atractivo a la Feria de la Oveja Segureña, en el apartado complementario.
Unas y otras actuaciones son viables. Si no nos ha asustado en absoluto conseguir quinientos veinte millones de dólares estadounidenses para jugárnoslos a una sola carta insostenible, ¿que nos impide empezar ya, hoy mismo, a invertir mínimamente en cualquiera o todas estas actuaciones?. Tenemos todo lo necesario. Y recordemos, como recordaba Carmen Valladares en el diario El País con fecha de ayer , la frase atribuida a Einstein "El mundo es un lugar muy peligroso, no por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver qué pasa".
Alrededor de la oveja segureña, que sostiene a 600 familias y genera 19 millones de euros anualmente, nos queda pendiente de poner en valor y desarrollar: medioambiente, paisaje, queserías, casas de comidas preparadas, campos de trabajo, campamentos, monográficos artesanales, talleres abiertos, rutas turísticas, lavado de lana, cardado de lana, hilado de lana, teñido de lana, tejido de prendas, mantas y alfombras y meramente artístico y decorativo; comercio, aislante para la construcción, embalajes ... En total unas dieciocho o veinte actuaciones aprovechando un recurso que ahora mismo se quema (con la dificultad que eso supone), se entierra o se amontona al aire libre hasta que desaparezca; o sacándole más rendimiento a la carne; o aprovechándolo para actuaciones medio ambientales y como barrera contraincendios. Y en algunos casos, suponiéndole ingresos a los propi@s ganader@s.
Por eso nos parece muy positiva la Escuela de Pastores. Y pastoras. Para que quienes estén interesad@s a priori en la ganadería ovina extensiva como profesión y negocio, reciban clases prácticas de pastoreo y gestión práctica de ganadería. Hace bastantes años, cuando yo vivía en un medio urbano del que escapaba siempre que me era posible a un medio rural por tierras de Castilla, Madrid, La Mancha, Extremadura, Euskadi, en esas escapadas siempre de una manera u otra, estaban presentes rebaños de ovejas. Y recuerdo muchas charlas con pastores. Personas enjutas, a veces de pocas palabras, otras de largas conversaciones, pero siempre palabras sabias, sensatas y realistas, propias de personas equilibradas, con unos conocimientos amplísimos no solo de temas ganaderos, comerciales y económicos, sino de la naturaleza en general, de la tierra, del medio ambiente, que hacen que todavía hoy, después de tantos años, les siga admirando. Entonces soñaba con ser pastora. No ganadera, si no pastora, pastora a sueldo. Persona que, acompañada de un cómplice o perro pastor, por las mañanas abría el redil y emprendía un lento camino, delante del rebaño, detrás del rebaño, apartada del rebaño, hacia los campos y los montes, con la mochila cargada con la comida del día, un libro, un cuaderno de fotos, una cámara fotográfica y un portálil (y eso que todavía internet no era lo que es, apenas si era), y que el día pasara despacioso, sereno, enriquecedor, libre. Y por la noche, de vuelta a casa, poder disfrutar de una buena ducha, una cena caliente sentada sobre una cómoda silla frente a una buena mesa, ver las noticias en la televisión, salir a tomar una copa y tertuliar con los amigos ... Y sigo creyendo que es totalmente compatible. Seguramente, es@s son l@s pastor@s del siglo XXI, de nuestro siglo.
DahirA.
Tiene su lógica, ya que según se dice en la página corderoseguraylasagra.es , en Huéscar (y suponemos que Huéscar quiere decir comarca de) la cabaña de oveja segureña tiene doscientas mil cabezas y viven de ella seiscientas familias (empleos que habría que haber restado, más pronto que tarde, a los trescientos puestos de trabajo prometidos en la macro incineradora) y mueve unos diecinueve millones de euros anuales. En el 2008 le fué concedida, después de algunos años luchando por ella, especialmente ANCOS -Asociación Nacional de Criadores de Oveja Segureña-, la IGP (Identificación Geográfica Protegida), algo así como la Denominación de Origen, o el DNI de nuestra cabaña ovina, que le llaman otros.
La oveja segureña es una de las cuatro principales razas ovinas de España, si bien alcanzó esta categoría hace poco más de tres décadas, que se extiende por un territorio reducido entre las provincias de Almería, Granada, Murcia, Jaén y Albacete. El medio en el que se cría esta raza, de riguroso clima continental de temperaturas extremas, ha hecho de ella una raza ruda con una alta capacidad de adaptación a medios difíciles, y que se caracteriza por sus altos niveles reproductivos y productivos debido al bajo peso de la piel, buena capacidad lechera y una vida relativamente corta a consecuencia de la pérdida de los incisivos prematuramente por la alimentación basada en pastos cortos y duros . La alta pureza de la oveja segureña se la debemos a las dificultades de mezclarlas con sementales de otras razas provenientes de otras zonas, ya que éstos no han soportado la dureza del medio cuando se ha intentado. La explotación es en régimen de pastoreo, pernoctando los rebaños en apriscos o directamente a la interperie en el campo, aunque últimamente se está compaginando con el semi-extensivo y todavía queda una zona de Jaén que practica la transhumancia. La alimentación de las ovejas, la calidad de la leche y su capacidad lechera que permite alimentar a los corderos exclusivamente con leche durante las dos o tres primeras semanas y después alternar la leche con concentrados de paja y cereal hasta las seis o siete semanas así como la cantidad mínima de grasa que tienen estos animales, son los que proporcionan a la carne las características singulares que le dan el sabor final, exquisito, intenso y delicado al mismo tiempo, desprovisto del fuerte sabor y olor característico de otras carnes de cordero.
En la comarca de Huéscar tenemos pues una fuente de riqueza de considerables dimensiones con la oveja y el cordero segureño, ligado directamente con el desarrollo sostenible comarcal. Aunque hasta ahora solamente nos hemos dedicado a criar, sacrificar un 20 % del volumen total destinado a consumo y al consumo de proximidad, que en este caso, si que lo practicamos. Y no hemos tenido en cuenta en absoluto el desarrollo de otras actividades paralelas aprovechando ese recurso endógeno, y que pueden ser muchas y diversas, que pueden generar el desarrollo de otros sectores igualmente sostenibles, o ser complementarios de los ya existentes.
Debido a que los corderos se alimentan de leche durante un largo periodo de tiempo, no se (podría haberlo preguntarlo a ANCOS, si, pero no lo he hecho, es lo que ocurre cuando se escribe improvisadamente) si hay excedentes de leche o no, aunque en Cazorla se fabrica un queso artesanal, que merece la pena probar, sin ninguna duda, que según me ha dicho quien lo comercializa por esta zona-La Despensa del Turrilla, Pozo Alcón- proviene de la leche de las ovejas de Huéscar. ¿Y por qué razón no tenemos aquí un queso artesanal con leche de oveja segureña?. Y extendiéndonos un poco más, ¿por que razón no tenemos en Huéscar comarca un queso artesanal de cabra, y de paso, leche de cabra fresca?. Es cierto que en Cortes de Baza una emprendedora acaba de conseguir un dulce de leche de cabra realmente exquisito, y que quienes tienen rebaños de cabras frabrican requesón y quesos, pero solo para distribuir entre personas conocidas, sin más fines comerciales.
También se le podría sacar mucho más partido a la carne de cordero. Sí, ya se que ésta forma parte de los menús y cartas de todos los restaurantes de la comarca, especialmente en lata y a la brasa. Y que la carne de cordero segureño está presente en todas las carnicerías de la comarca, y que tod@s en la comarca con un mínimo de paladar sabemos cuales tienen el mejor cordero. Pero esta red de carne de cordero segureño también se podría extender a un punto intermedio entre el restaurante y el hogar familiar: casas de comidas preparadas para llevar. Locales donde solo se coninara cordero (fácilmente se pueden encontrar y adaptar cincuenta o sesenta recetas de orígenes diversos); tal vez también cabrito de la comarca (idem de las recetas de cordero), y trucha, aunque sea de piscifactoría, al fin y al cabo, la tenemos aquí y para la que también se pueden adaptar unas cuantas recetas. Todo ésto, con guarniciones originales con productos locales y con ensaladas de productos locales y tal vez sería conveniente añadir también aperitivos (patés de aceitunas, trufas de morcilla -Pablo García, el cocinero de El Albergue de la Villa de Orce las prepara de vicio-, embutidos locales, quesos locales, aceitunas encurtidas artesanales, almendras), donde también se puedan adquirir vinos del país embotellados -aunque hay que tener cuidado con ésto, porque últimamente las bodegas Irving, en los pack de tres botellas, vende una buena y dos picadas o directamente para el desagüe, aunque afortunadamente tenemos las bodegas de Quiles en Galera, Jabalcón en Baza y las de Campo Cámara, entre las que yo conozco-, junto con licores ecológicos como los de Licor de Castilléjar y ese exquisito licor de cerezas negras de Econat que todavía está en fase primaria; y ya puest@as, algunos postres, como macedonia de frutas naturales de la comarca, y frutos secos de la comarca (ay, esas almendras, esas nueces verdaderamente exquisitas, que aprovechamos de mala o ninguna manera, esas uvas pasas que igual ni existen). Comidas a precios asequibles en locales abiertos al menos durante todo el verano -fines de semana incluidos, que nos conocemos-, navidad, semana santa y puentes de guardar. Aprovecharíamos nuestros productos locales, apoyarían al sector turístico -a ver si nuestros visitantes dejan de traerse los ingredientes para comer de sus Carrefour y otros supermercados- y generarían unos cuantos puestos de trabajo. Eso sí: que nadie pretendiera enriquecerse el primer mes, ni siquiera el primer año; incluso es posible que no lleguen a enriquecerse nunca. Solamente será un trabajo digno a cambio de un sueldo o unos beneficios dignos. Algo a lo que aspiran cientos de millones de personas.
Luego tenemos otro detalle, que creo es muy importante y que afecta y beneficia directamente a l@s ganeder@s y a toda la sociedad indirectamente: los beneficios medioambientales del pastoreo y las ovejas "bombero". Tanto el ganadero como el agricultor producen biodiversidad. ¿Por qué no se les paga por ello?. "Los últimos guardianes de nuestros montes y sierras son los ganaderos", dice un artículo de Francisco Casero del CAAE, publicado en paralelo36.com , donde continúan diciendo "el aprovechamiento ganadero ecológico es una herramienta fundamental en el control de los incendios forestales ... la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía contrata todos los veranos a pastores con sus rebaños para que pastoreen los montes públicos controlando de esta manera la carga de combustible ... La mejor inversión, que no gasto, en mantener nuestros montes es incentivar la viabilidad de las explotaciones ganaderas extensivas ... No podemos pagar a un señor la mitad de los productos que le compramos, hay que pagar el precio completo ..." ¿Utilizamos y pagamos aquí a nuestr@s ganader@s por ese inestimable servicio?.
Por otro lado, Jordi Sargatall, dice en agendaviva.com "el paisaje es el aspecto que le damos al territorio, el peinado que le hacemos ... las gentes de las grandes ciudades, aunque quizás no lo sepan, huyen los fines de semana buscando paisaje ... la calidad de nuestros paisajes la define la fauna ... lo que da vida al paisaje es la fauna, la fauna es lo que lo hace vivir ..." Las personas que mantienen el paisaje vivo y la biodiversidad (propietarios de fincas que guardan un equilibrio ecológico), deberían cobrar por ello. Tomenos nota, porque podemos estar frente a una nueva fuente de ingresos al mismo tiempo que preservamos el medio ambiente. Lo preservamos de verdad, no como dice por ahí el GDR Altiplano, que adopta como medida un proyecto de incineradora.
También podemos sacarle partido económico, generando puestos de trabajo y educando ambientalmente y en desarrollo sostenible, a nuestra ganadería, tanto ovina como caprina, creando campos de trabajo y campamentos medioambientales. Y no me estoy refiriendo a las llamadas "granja escuela" tan tradicionales en las últimas décadas como artificiales que, aunque cumplen su misión, ya que por lo menos l@s niñ@s ya saben de donde viene la leche o los huevos, o como se amasa y se cuece el pan. Quiero decir campos de trabajo para jóvenes que estén realizando estudios relacionados con la agricultura y la ganadería, o simplemente prefieran pasar parte de sus vacaciones en contacto con el mundo rural y sus contenidos auténticos: como funciona una explotación ganadera extensiva, una jornada de pastoreo, ordeñar una oveja (o cabra, tanto da), tranformar la leche, un poco de historia, un poco de recorrido por la comarca visitando otros recursos en desarrollo ... Naturalmente, l@s organizador@s, monitor@s serían personas de la comarca; el catering sería comarcal, con productos comarcales, y los ganader@s y agricultor@s, cobrarían por los servicios prestados. Ahí tendríamos otra pequeña fuente de ingresos.
Los talleres abiertos temáticos (móviles, cuentos, de campo, demostrativos) dirigidos a grupos de escolares principalmente, alrededor de la lana y la leche son otra posibilidad, que también genera empleo y riqueza para la comarca. Talleres abiertos que se pueden ampliar a monográficos, lo que incidiría directamente sobre los sectores de alojamientos turísticos y restaurantes comarcales principalmente, además de l@s propi@s artesan@s que los imparten.
Otra alternativa son rutas turísticas -guiadas y limitadas o muy limitadas-, a pie, bicicleta y ocasionalmente vehículo, a zonas de interés paisajístico donde los rebaños viven en libertad, algo así como "avistamiento de rebaños en libertad". Complementaría la oferta de actividades turísticas y seguiría generando empleo.
Y luego tenemos el entramado artesanal derivado de la lana, y del que tantas veces hemos hablado ya, y que contempla distintos subapartados: lavado de lana, cardado, hilado, teñido, ovillado, extracción de lanolina, tejido artesanal (alfombras, mantas, tapices y prendas de vestir como gorros, bufandas, guantes, y bolsos y otros complementos), que a su vez llevaría a la apertura de alguna que otra tienda para vender esos productos. Empleo sostenible, en definitiva.
Y finalmente están otros usos que se le puede dar a la lana solamente con el proceso de lavado y cardado: para relleno de cojines y edredones, para embalajes de piezas delicadas, como paños de gran absorción aplicados a distintos sectores y como aislamiento en la construcción (no olvidemos que la lana es ignífuga). Más empleo sostenible y más aprovechamiento de recurso comarcal.
También podemos hablar de otras actuaciones derivadas: un museo sobre la historia de la oveja y la lana en la comarca, restaurantes temáticos, por poner algunos ejemplos. Darle un carácter innovador y atractivo a la Feria de la Oveja Segureña, en el apartado complementario.
Unas y otras actuaciones son viables. Si no nos ha asustado en absoluto conseguir quinientos veinte millones de dólares estadounidenses para jugárnoslos a una sola carta insostenible, ¿que nos impide empezar ya, hoy mismo, a invertir mínimamente en cualquiera o todas estas actuaciones?. Tenemos todo lo necesario. Y recordemos, como recordaba Carmen Valladares en el diario El País con fecha de ayer , la frase atribuida a Einstein "El mundo es un lugar muy peligroso, no por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver qué pasa".
Alrededor de la oveja segureña, que sostiene a 600 familias y genera 19 millones de euros anualmente, nos queda pendiente de poner en valor y desarrollar: medioambiente, paisaje, queserías, casas de comidas preparadas, campos de trabajo, campamentos, monográficos artesanales, talleres abiertos, rutas turísticas, lavado de lana, cardado de lana, hilado de lana, teñido de lana, tejido de prendas, mantas y alfombras y meramente artístico y decorativo; comercio, aislante para la construcción, embalajes ... En total unas dieciocho o veinte actuaciones aprovechando un recurso que ahora mismo se quema (con la dificultad que eso supone), se entierra o se amontona al aire libre hasta que desaparezca; o sacándole más rendimiento a la carne; o aprovechándolo para actuaciones medio ambientales y como barrera contraincendios. Y en algunos casos, suponiéndole ingresos a los propi@s ganader@s.
Por eso nos parece muy positiva la Escuela de Pastores. Y pastoras. Para que quienes estén interesad@s a priori en la ganadería ovina extensiva como profesión y negocio, reciban clases prácticas de pastoreo y gestión práctica de ganadería. Hace bastantes años, cuando yo vivía en un medio urbano del que escapaba siempre que me era posible a un medio rural por tierras de Castilla, Madrid, La Mancha, Extremadura, Euskadi, en esas escapadas siempre de una manera u otra, estaban presentes rebaños de ovejas. Y recuerdo muchas charlas con pastores. Personas enjutas, a veces de pocas palabras, otras de largas conversaciones, pero siempre palabras sabias, sensatas y realistas, propias de personas equilibradas, con unos conocimientos amplísimos no solo de temas ganaderos, comerciales y económicos, sino de la naturaleza en general, de la tierra, del medio ambiente, que hacen que todavía hoy, después de tantos años, les siga admirando. Entonces soñaba con ser pastora. No ganadera, si no pastora, pastora a sueldo. Persona que, acompañada de un cómplice o perro pastor, por las mañanas abría el redil y emprendía un lento camino, delante del rebaño, detrás del rebaño, apartada del rebaño, hacia los campos y los montes, con la mochila cargada con la comida del día, un libro, un cuaderno de fotos, una cámara fotográfica y un portálil (y eso que todavía internet no era lo que es, apenas si era), y que el día pasara despacioso, sereno, enriquecedor, libre. Y por la noche, de vuelta a casa, poder disfrutar de una buena ducha, una cena caliente sentada sobre una cómoda silla frente a una buena mesa, ver las noticias en la televisión, salir a tomar una copa y tertuliar con los amigos ... Y sigo creyendo que es totalmente compatible. Seguramente, es@s son l@s pastor@s del siglo XXI, de nuestro siglo.
DahirA.
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