No a la escultura de mujer arrodillada representando a Mariana Pineda en la Plaza Santa Adela de Huéscar

sábado, 28 de agosto de 2010

Preciada Marlene

Pues claro que recordé el nombre de nuestra querida compañera ecuatoriana: Marlene. Si el recuerdo de la persona permanece, el nombre de ésta podrá jugar a esconderse en la memoria cuantas veces quiera, pero cuando se aburre de estar escondido, o se siente solo, vuelve a aparecer y se coloca, él solito, junto a esa persona.

Y quienes tuvimos la fortuna de conocer a Marlene en las Jornadas de clausura de la Campaña Vínculos Solidarios promovida por Ayuda en Acción -gracias Gaia por la magnífica organización y por tu capacidad resolutiva frente a los imprevistos, que fueron muchos- que se celebraron en Galera los días 12-14 de febrero de este año en el Hotel Galera -gracias, Pedro, por todas las atenciones que tuviste con el grupo-, no olvidamos a esa mujer joven, menuda, de sonrisa tímida y sincera, de mirada limpia y viva; ni podemos olvidar su capacidad de lucha por los derechos de las mujeres de su comunidad, ni por su contribución activa al desarrollo sostenible de su comunidad; ni podemos olvidar algo común en todas las compañeras americanas que hemos conocido: su gran dignidad de persona.

Pocas semanas después, una compañera dahiriana llegó hasta La Palma, provincia de Bolívar -el viaje formaba parte también de la campaña de AeA- y pudo volver a compartir otra jornada con Marlene, y conocer su comunidad, su familia, su trabajo, su entorno.

La Palma es una pequeña comunidad a más de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar, en la cordillera andina, formada por un pequeño núcleo urbano y viviendas diseminadas por la montaña a las que únicamente se puede acceder en mulo o a caballo.

Hasta hace poco también era complicado el acceso a La Palma, especialmente en la época de lluvias, pero ahora, gracias al trabajo comunal, ya cuentan con una carretera con firme de piedras, más consistente que el anterior camino. También tienen guardería y escuela. Y un pequeño centro sanitario. Y una cooperativa de elaboración de mermeladas -la de mora es auténticamente exquisita, con un ligero sabor ácido a limón- y otra de fabricación de queso. Para la elaboración de éstos, una camioneta va recogiendo la leche fresca que los campesinos bajan hasta determinados puntos -un cántaro o dos cada vez, esa es su única fuente de ingresos- y los quesos, una vez elaborados los recoge una empresa que los distribuye por el país e incluso los exporta.

Marlene es la Presidenta de la Asociación de Autónom@s de la comunidad. Trabaja en la cooperativa, se encarga de la limpieza del centro sanitario, es madre de dos hijos pequeños y es estudiante; precisamente tenía un examen dos o tres días después de su regreso de España. La intervención de AeA en su comunidad y el coraje de los hombres y mujeres palmeños, arreglando caminos, formándose, emprendiendo, está haciendo posible el desarrollo sostenible en su comunidad y está frenando la emigración de l@s jóvenes.

¿Como olvidar a una mujer así después de haberla conocido? ... el nombre irá y vendrá. Pero ella, la persona, no será olvidada. Su ejemplo nos dignifica, nos devuelve la confianza en los seres humanos, nos aporta dulzura y fuerza al mismo tiempo.

Preciada Marlene: nuestro abrazo colectivo para tí y para tu comunidad.

DahirA.

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