No a la escultura de mujer arrodillada representando a Mariana Pineda en la Plaza Santa Adela de Huéscar

jueves, 26 de agosto de 2010

Almendras de Órgiva

O el toque mágico a una tímida crema de calabacín.

Hoy, a media mañana, la sorpresiva y muy apreciada llamada de un amigo que acababa de llegar a Huéscar se ha convertido en una invitación por mi parte a comer, junto con otr@s compañer@s dahirian@s.

Después de colgar alegremente el teléfono me he dado cuenta y eso que me habían preguntado, hasta dos personas, si tenían que traer algo y responderles que no -avispada que es una- que mis únicas compras en las dos últimas semanas se han reducido a: un queso de oveja de Pozo Alcón, una cabeza de lomo, sin tabla, de La Puebla D. Fadrique, melocotones de Cortes de Baza (de los que no me quedaba ni uno), un queso fresco de cabra, un tarro de paté de aceitunas y mermelada de melocotón, también de Cortes de Baza.

Exigüos ingredientes para preparar una comida capaz de alimentar a varias personas. Y sin intenciones, ni claras ni confusas, de salir a hacer compra. Otros asuntos más placenteros ocupaban mi atención: la relectura del Río del Olvido de Julio Llamazares. El río es el Curueño y Llamazares el escritor, que nadie piense mal. Que ni yo ni DahirA nos hemos confabulado con el político Gaspar Llamazares para boicotear el trasvase del río Castril por nuestra cuenta.

Pero las neveras y las estanterías de las cocinas siempre contienen más ingredientes de los que estamos convencid@s que tienen. Y aunque en Huéscar es dificil -imposible lo dejamos para otro momento- encontrar a la venta productos ecológicos locales y comarcales, tengo la inmensa fortuna de contar con amig@s que durante la primavera y el verano van proveyendo mi despensa de alimentos frescos, ecológicos y locales de cultivo propio. Así que, con un rápido vistazo al capacho de esparto y una incursión observadora a la nevera, han ido apareciendo diversos productos: dos calabacines y una berenjena de Benamaurel, tomates de Huéscar, un tomate negro de Castril (negro por su color tanto de piel como de pulpa verde oscuro, casi negro, el auténtico tomate autóctono), una lechuga, pimientos y un melón de Castilléjar ... teniendo en cuenta que el invitado es vegetariano, ¡perfecto!. A esto le llamo yo tener suerte.

Así que una ensalada, pimientos fritos, berenjenas rebozadas, arroz blanco tostado al limón, queso, ciruelas y uvas pasas ... y crema de calabacín. A ésta le he añadido unas almendras peladas y tostadas de Órgiva, regalo de una compañera alpujarreña a una compañera dahiriana en su visita a Órgiva y que ésta me pasó a mí para que las preparara yo. Pero como el verano ha sido intenso en actividades e idas y venidas, aún estaban en su bolsa, tal cual me la dejó.

Gracias, compañera Salvadora, por tan exquisito regalo. A la próxima crema de calabacín que compartamos -ya compartimos una allá por el mes de octubre ¿recuerdas?, los Vínculos Solidarios dan para mucho- le añadiremos deliciosas almendras de la Alpujarra granadina.

Y si las almendras y la crema de calabacín me han recordado a Salvadora y a Arantxa y el fin de semana con tertulias y videoconferencia con Gaia incluidas en La casa Azul. Y ya puesta, me he enmarañado en los hermosos momentos compartidos en Huéscar, Orce, Baeza, Castilléjar, Galera, con Chave, María, Paquita, Carmen, Eva, Rosa, Felipa, ... ¡ay, dios! he olvidado el nombre de la compañera de Bolívar, encantadora y fuerte mujer, que nos trajo desde tan lejos la exquisita mermelada de mora que elaboran en su cooperativa, para compartirla con nosotras en los desayunos de nieve al otro lado de los cristales en Galera. He olvidado el nombre, pero no te he olvidado a tí. Y el nombre lo recuperaré, no te preocupes. Es cuestión de darle un poco de espacio a mi memoria.

Ay, compañeras, como echo de menos las jornadas compartidas; los debates, las charlas, los talleres ... sostenibilidad, naturaleza, igualdad, educación, artesanías ... desde las distintas experiencias, las distintas culturas, las distintas geografías; desbordándose los contenidos ... los contenidos que tanto faltan en otras jornadas, y que en las que hemos compartido eran tan intensos. Y vuestra humanidad y vuestro cariño, tan grandes, y que tan sabiamente sabeis compartir. Y vuestro espíritu de lucha, y vuestra inestimable contribución al desarrollo sostenible de vuestras comunidades.

Ay, compañeras ...tanta nostalgia debe ser por las Almendras de Órgiva.

DahirA.

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