El Gobierno andaluz va a activar el próximo curso un plan para dar una segunda oportunidad educativa a los jóvenes que abandonaron los estudios obligatorios o posobligatorios para refugiarse en la construcción y ahora no tienen expectativas laborales por la crisis del sector.
http://www.elpais.com/articulo/andalucia/jovenes/hijos/vuelvan/aulas/cobraran/400/euros/mes/elpepuespand/20110627elpan
Todo lo que sean medidas sociales encaminadas a paliar la absoluta desprotección económica de las personas sin empleo deben ser bienvenidas. No obstante, esta noticia no acabo de entenderla del todo. Quizás porque han simplificado en exceso un tema que tiene muchos matices. En una primera lectura lo que parece que da a entender es que la Junta de Andalucía va a premiar con cuatrocientos euros mensuales a los chicos que abandonaron los estudios para dedicarse a trabajar de peones en la construcción y que, además, en sus ratos libres se hayan dedicado a procrear.
Empezando por que justificar el fracaso escolar, que alcanza la escandalosa cifra del 37%, es decir más de un tercio de los menores de 24 años en Andalucía no tienen siquiera el título de enseñanza básica obligatoria, llamándolo abandono escolar, me parece una indecencia suficientemente grave para que dimitan en pleno todas las personas responsables de educación de la Junta de Andalucía. Pero como eso no ha pasado por ninguna de las mentes de tanta eminencia política, cambian "fracaso escolar" por "abandono escolar", ya que lo segundo suena más bien a cosa de los niños y niñas, de adolescentes, todos y todas menores de edad, pero a los y las que se les adjudica la responsabilidad "ellos y ellas han abandonado, han decidido no seguir, pero el sistema no es responsable, el sistema funciona perfectamente", y tema solucionado, o tema en reserva por si les es útil para publicitar alguna medida social impactante en tiempos revueltos.
Por otro lado, en el artículo hablan en masculino exclusivamente, y este detalle, unido al sector construcción, hace que visualicemos directamente a albañiles hombres, y no a albañiles mujeres -o albañilas- que tantísimo escasean en ese sector, masculino por excelencia. Por tanto, parece que esa propuesta de estudios pagados está dirigida exclusivamente a jóvenes de sexo masculino, lo que la convertiría en discriminatoria en primera instancia. Aunque tal vez solo se trate de la utilización de un lenguaje sexista, ese que repudia el PSOE, pero que tan bien se les da utilizarlo, desde una modesta concejala rural, al Presidente de la Junta si es que "los jóvenes" a que hace referencia en el artículo engloba a los dos sexos.
En segunda instancia, han aprovechado la ya estallada burbuja inmobiliaria para, mira por donde, echar la balones fuera otra vez y justificar el fracaso escolar. Olé. Diversificación de responsabilidades: de los críos y crías por un lado y de la maldita burbuja inmobiliaria. El sistema educativo, una vez más no tiene nada que ver, se mantiene virgen e impoluto.
Cuando en realidad, resulta difícil de creer que, al menos en la gran mayoría de casos, un chico o una chica que haya asistido regularmente al colegio desde los tres años, y haya aprobado curso tras curso sin mayores dificultades, al llegar a los doce o trece años, de repente diga "yo voy a ser albañil, así que ya no quiero estudiar más, se acabó, a partir de ahora me niego a aprender nada nuevo, quiero ser un analfabeto funcional y un albañil el resto de mi vida" y se dedica a escaquearse de clase cuando puede utilizando las más ingeniosas patrañas, o asiste a clase pasando a formar parte de la silla que lo sostiene, sin más consecuencias que la de hacer bulto. Primero, eso no es así, y si lo fuera ¿las personas adultas estamos de adorno?.
Culpar a la especulación inmobiliaria, que fue cosa exclusivamente de personas adultas poco o nada relacionadas con el mundo de la educación: políticas, banqueras, empresarias, es el paroxismo del absurdo. Y si un chico o una chica de diez, doce años, dice que de mayor quiere ser albañil, perfecto; pero eso no está reñido con que las personas adultas de su entorno (familia, profesorado) le expliquen muy claritamente, y se lo repitan con todo el cariño y toda la firmeza necesarias y las veces que haga falta, que la profesión de albañil es una profesión muy digna, pero que antes tienen que terminar el colegio y obtener el título de estudios básicos.
Cuando el analfabetismo y la ignorancia de la familia no alcance para la comprensión y las explicaciones, ahí está el sistema educativo y formativo público; cuando el sistema educativo y formativo no sepa hacerlo por ignorancia y dejadez, ahí está la familia. El problema es cuando no está ninguna de las dos partes, cuando a las dos partes les importa menos que un pimiento el sano desarrollo intelectual de esos niños y niñas.
Y este es un problema político, de la política, y de las políticas que no han sabido implantar y fomentar, hacer un seguimiento adecuado de la formación obligatoria, ni con las familias ni con el profesorado, ni en la sociedad. Por que ¿quien se cree que un niño o una niña decide de pronto que como va a ser albañil no necesita saber nada de nada, ni operaciones matemáticas, ni historia, ni informática, ni lenguaje, ni geografía, ni idiomas, ni naturales, ni literatura, y a partir de ese momento se declara en huelga indefinida a todo conocimiento nuevo, se despoja de la curiosidad, y decide, en pleno uso de la irrresponsabilidad que le otorga la legislación en base a su corta edad, convertirse en un figurante que ocupa una silla en clase durante un curso, dos, tres, a la espera de cumplir los dieciseis años?. Y mientras tanto, las personas adultas de su entorno, las que dicen cumplir las leyes y se adjudican el derecho de sangre, que están, ¿en Babia?
No, las cosas no son así, y no pretendan hacérnoslas creer así. La mayoría de fracasos escolares vienen desde atrás, desde primaria, desde que tienen seis, siete años, quizás desde antes, y los motivos pueden ser muy diversos: desde los padres y madres que dicen "pobrecito, si es que me da pena levantarlo tan temprano, y para lo que van a hacer...", cuando se trata de preescolar; un poco más adelante es que la niña se acuesta tarde y va medio dormida al cole, otro que salieron de fin de semana y la niña no pudo hacer los deberes, otro que... incluso conozco a una madre que, cuando su hijo tenía cuatro años decía "éste, éste no sirve para estudiar, en cuanto cumpla los dieciseis se pone a trabajar". Ese niño, ha cumplido los dieciseis años y, efectivamente, ha sido un fracaso escolar rotundo. Ni la madre, ni el padre, ni el sistema educativo público supieron hacer nada por él, cuando más lo necesitaba, cuando era un niño de tres, cuatro, cinco años, seis años; cuando era la responsabilidad de unos y de otro. Cuidado cuando un chaval o una chavala dicen de sí mismas "no sirvo para estudiar", porque es posible que eso es lo que están escuchando de las personas adultas desde que son muy pequeños. Y luego las administraciones, para terminar la faena, dicen que la culpa fue del boom inmobiliario, y paz y gloria, pero no, educadores y educadoras, profesores y profesoras, padres y madres, políticos y políticas, las culpas, en la iglesia, en lo demás, responsabilidades, res-pon-sa-bi-li-da-des.
En tercera instancia, queda en el aire el baremo de selección para acceder a esas becas. La documentación que deban aportar para solicitar ese subsidio ¿cual será? ¿El certificado de haber suspendido la enseñanza obligatoria, la partida de nacimiento del hijo o la hija y las nóminas percibidas y firmadas por empresas de construcción? Porque en ese caso, estarían incurriendo otra vez en discriminaciones, ya que, igual el chaval o la chavala se fue a trabajar a una fábrica de conservas, o a una funeraria, o a limpiar escaleras, pero son menores de 24 años, tienen un hijo o hija, y un suspenso igual de grande que el que se fue a poner ladrillos para que unos señores especularan y se enriquecieran tranquilamente.
Y ¿qué pasa con un chico y una chica que habiendo aprobado hasta selectividad, por ejemplo, no encuentra trabajo, ni de auxiliares en una fábrica, pero que también han procreado? ¿Ellos y ellas no tienen derecho a seguir estudiando a cambio de una pequeña paga? Y, qué pasa con los chicos y chicas de veintitrés años que han terminado una carrera universitaria, a base de mucho esfuerzo, suyo estudiando, suyo trabajando fines de semana, vacaciones, y de la familia apoyando económicamente hasta más allá de lo que han podido, sin tener jamás un euro para emplearlo en ocio, a diferencia de esos chicos albañiles de dieciseis años, que tenían dinero a espuertas, motos, ropa, coche el mismo día de cumplir la edad mínima para conducir ¿Esos chicos y chicas estudiantes ejemplares desde pequeños y pequeñas, no merecen un premio económico por parte de la administración? ¿A esos y esas, que les den?... o que se vayan a trabajar de temporeros, para cubrir las vacantes de los chicos a los que les pagan ahora para que estudien lo básico que no quisieron estudiar cuando les correspondía... No se, no me parece justo, sigue sin haber equilibrio, o hay para todos y todas o no hay para nadie.
Y en cuarta instancia nuestros políticos lumbreras ¿han creído que una familia de tres miembros, entre los que se encuentre un bebé o un niño o niña de corta edad, con cuatrocientos euros mensuales va a sobrevivir con dignidad, mientras el papá, de entre 18 y 24 años, se dedica sesudamente a estudiar para obtener el título de enseñanza obligatoria? Ese mismo título que no fue capaz de obtener después de trece años escolarizado con el objetivo de obtener dicho título.
En el mismo artículo dicen que las becas-subsidio van a ser 3.000. Quizás han hecho un estudio exahustivo y esa es la cantidad de personas en Andalucía que reúnen el perfil exacto: fracaso escolar, progenitor, de entre 18 y 24 años, en paro, y ex-trabajador de la construcción, y en Andalucía son tres mil los jóvenes que reúnen el perfil exacto. Aunque tal vez es una versión nueva y ampliada del Plan de Empleo Rural: más de uno y una dirá ahora "para qué voy a estudiar ahora, si luego me van a pagar por hacerlo, bien para aprobar lo que ahora tendría que aprobar gratis, bien en un taller de empleo".
En fin, que esos catorce millones de euros que anuncian bien podían hacerlo de forma más eficaz por ejemplo creando puestos de trabajo de media jornada, agrícolas, forestales, ganaderos, aprendices de otros oficios, y que en el perfil exijan a quienes no tengan el título de enseñanza básica, que estén matriculados para obtenerlo y que el contrato se renovará cada tres meses, siempre que tengan aprobado el trimestre, y con el examen presentado, que ya me estoy viendo el fraude también por parte del profesorado "lástima, como lo voy a suspender, entonces perderá el trabajo", que es lo que va a suceder en cualquier caso "como lo voy a suspender, si tiene que mantener a su hijo, y este es el único ingreso económico de su casa". Pero parece que a los políticos el solo hecho de pensar en generar empleo y actuar pensando en la eficacia les da grima. Prefieren asegurarse votos a cambio de los más estrambóticos subsidios. Y así nos va: la mitad de los jóvenes parados, unos muy preparados, otros analfabetos potenciales. Los muy preparados ya se les han ido de las manos. Ahora irán a amarrar a los vulnerables, a los que no saben, a esos que, con cuatro euros los conforman, son hijos del PER, saben de eso. Igual han calculado que los votos que les proporcione esa medida les alcanzará para ganar las próximas elecciones.
DahirA.
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