Huéscar sigue envejeciendo, casi cuatrocientas personas más en tan solo un año traspasan la frontera de los 65 años , y ya suponen el 27,6 % de la población (datos del 2009 y 2010 respectivamente). En cambio, las menores de 19 años (15,6% de la población), han descendido en 23 personas (datos 2009 y 2010 respectivamente).
Sin embargo, pese a que cada vez hay menos personas en edad activa, el desempleo sigue en aumento. La media de los últimos cuatro meses de 2009 fue de 497 personas desempleadas y en el mismo periodo de 2010 la media es de 607 personas.
Es decir, 418 personas menos en edad laboral y 110 personas desempleadas más.
Del 2011 no dispongo de datos de población (los datos que he mencionado los he obtenido en forociudad.com), pero si de cifras de desempleo de los cuatro primeros meses del año, que la media es de 642, es decir, entre los cuatro últimos meses de 2010 y los cuatro primeros de 2011, la media de personas desempleadas sigue en aumento.
Por sectores, los más afectados son Servicios y Construcción, y por género, más desempleo femenino que masculino.
Respecto al desempleo, me acaba de surgir una duda, ya que hace un par de meses, fuentes fiables, me dijeron que el desempleo en Huéscar sobrepasaba ya las 1.400 personas, cifra más del doble de la ofrecida por forociudad, lo que hace que me pregunte si las personas que cobran el subsidio agrario se consideran a efectos administrativos oficiales desempleadas o no, ya que pese a estar cobrando un subsidio de paro, están dadas de alta en la Seguridad Social, en el Régimen Agrario. Esta cifra, la de 1.400 desempleadas, es la que arroja un 35% de desempleo, y es el porcentaje de paro del que se habla respecto a Huéscar.
Estamos, por tanto, ante algo más de un tercio de la población activa de Huéscar sin empleo. Bastante por delante del 21% de media del país, que ya es totalmente insostenible. Leí hace tiempo, aunque lamento no recordar la fuente, ni el nombre del autor o autora -así que esta cifra se queda en cuarentena de momento-, que los países pueden hacer frente al 5% de desempleo sin que se produzca un delequilibrio. Ahora mismo en España las cifras son del 21% general, del 45% de jóvenes, del 35% general en Huéscar... Ante estos porcentajes absolutamente indecentes del desempleo huesquerino me pregunto que tipo de sangre tenemos en las venas para que aceptemos con total resignación nuestra condición de desempleados, o lo que es lo mismo, de ciudadanos y ciudadanas de segunda clase.
Cierto que los motivos sociológicos pueden ser muchos. Uno de ellos, seguramente el principal, es el de los subsidios. Más de la mitad de las personas desempleadas cobran el subsidio agrario (ojo, que no estoy en desacuerdo con el subsidio agrario, siempre que se destine a las personas temporeras agrarias, que creo fue el origen de este subsidio, y que apoyé totalmente en su momento). Otras cobran el subsidio de desempleo a razón de los meses o años trabajados y cotizados. Otras se acogen a los subsidios de ayuda familiar. Otras a los subsidios para mayores de 45 y de 52 años. Otras, aunque las menos, alternan subsidios agrarios con escuelas de empleo, seguidas de subsidio de desempleo, a las que sigue ayuda familiar. Otras, alternan subsidios agrarios con trabajo autónomo, y no solo del llamado chapuzas, si no que llegan a ser empresas con varios trabajadores (no en nómina, claro, porque a su vez, éstos cobran el subsidio agrario o cualquier otro).
Total, que entre subsidios anda la cosa. Entre subsidios, casa de propiedad libre de hipoteca, terrenito que provee la despensa y pequeñas cosechas que incrementan el presupuesto, trabajos temporales subvencionados, y trabajos en negro, a lo que hay que añadir la red clientelar política, ya que si tienes un familiar, o conocido, o simplemente, sabes hacer bien la pelota haciéndote el tonto o la tonta, siempre podrás conseguir algo mejor, o más estable. En esta situación, ¿como nos vamos a quejar? Al fin y al cabo, tenemos cubiertas las necesidades básicas, y con muy poco esfuerzo, si descontamos las idas y venidas al ayuntamiento, o a cualquier otro político o allegado a político, a peticionar (o a rogar, que no se nos caen los anillos por eso). Pero exigir nada de nada. No sea que nos retiren los favores concedidos hasta ahora, que no nos enchufen más, siquiera en un taller ocupacional (que con eso tiramos tres o cuatro años, y después ya nos engancharemos a otro) o con unos jornales que nos permitan mantener el subsidio, hasta la jubilación, que en cuanto nos descuidemos, está a la vuelta de la esquina.
Hemos entrado en una espiral de comodidad (poco sueldo pero menos esfuerzo) que a la vez supone la comodidad de la clase política local, ya que, más allá de las peticiones para ser enchufados aquí o allí, no molestamos más. Y las molestias que les podamos causar con las peticiones de enchufe y firmas de jornales se las cobran con creces en forma de voto, por tanto, si fuera agradecida la clase política local, más que molestarse por ello, estará contentísima, ya que gracias a esta dinámica, ellos y ellas tienen poder, y sueldos que yo diría indecentes (véase los sueldos de los alcaldes de la comarca, que oscilan entre los tres mil y los cuatro mil euros mensuales, salvo el de Orce, que es más discreto; o los de los concejales, por media jornada de trabajo diaria), o logran trabajos estables en las empresas públicas y las y los más espabilados y ambiciosos, cargos en Diputación y la Junta.
Las altas tasas de paro endémico de Huéscar y la comarca han sido, por otro lado, el salvoconducto que los políticos locales han presentado en la UE para que el ayuntamiento obtenga más ayudas y subvenciones, con lo que el negocio se redondea aún más y sirve para que el ayuntamiento lave la cara al pueblo, y termine pareciendo lo que no es. Pero lo importante es que parezca. Y, desde luego, visto desde fuera, Huéscar parece una pequeña ciudad con todos los servicios necesarios y algunos no tan necesarios, pero sí valorados.
El desempleo también ha sido útil para las pocas personas emprendedoras, esas que ni ponen la cara y el nombre en política, ni se conforman con las miserias de los subsidios y temporalidades y han hecho del desempleo general una oportunidad de negocio, vía subvenciones millonarias que con el paso del tiempo se ha demostrado que han sido ineficaces para el desarrollo y el empleo local, pero el dinero ya está gastado, y ya sabemos "santa rita, rita, rita, lo que se da no se quita".
Hasta aquí, vamos bien, todas las partes conformes. Pero creo que a una y a otras se nos ha olvidado algo fundamental. Hemos basado la paz social local en los más variados subsidios y subvenciones que, con el paso del tiempo, van disminuyendo, y otros tenderán a desaparecer, o no cubrirán las necesidades de la siguiente generación, la que ahora tiene veinte o veinticinco años. Porque en todo este tiempo de profundo oleaje entre financiación pública, desarrollismo del ladrillo y red clientelar política, hemos ido descuidando la formación de nuestros hijos e hijas. Ahora el porcentaje de fracasos escolares es mayor(vamos a dejar aparcado el matiz de que la calidad de la enseñanza ha bajado considerablemente el nivel), y el de los chicos y chicas que han crecido en hogares permisivos y consumistas, también. Debimos pensar que no era necesario que nuestros hijos e hijas se prepararan para el futuro. Total, entre los subsidios, las subvenciones, la construcción, y los enchufillos, llegarían lejos. Y si todo esto fallaba, siempre les quedaría la emigración, como en los años 60 y 70, que Cataluña y Levante nos necesitaba y era muy fácil llegar y conseguir un empleo. Pero no nos enteramos, o no queremos enterarnos, que ni la industria en Cataluña ni el turismo en Levante nos necesita ahora; tampoco la construcción, que ya tocó techo; ni siquiera los empresarios agrícolas, a los que, comparativamente, les resultamos más vagos, respondones y caros que las personas inmigrantes ilegales.
Entonces, ¿ahora qué? ¿Como va a construirse la juventud huesquerina su futuro? Aunque cada vez esta sea más escasa. ¿O quizás es que lo que objetivamente puede ser un escollo, en realidad sea una virtud desde el punto de vista político local? Menos jóvenes, menos necesidad de crear empleo. A poco que nos descuidemos, a la juventud puede absorberla la clase política con la financiación pública, y de paso, esa misma estirpe política se asegura la continuidad en el poder.
El círculo se cierra: mayor población anciana, menor población joven... la población anciana necesita cuidados, la población joven se los proporcionará. Ese es todo el futuro que nos espera en Huéscar. Un futuro triste y endógamo, consecuencia de la comodidad y conformismo ciudadano y el egoísmo y la ignorancia de la clase política local.
DahirA.
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