Hace unos días, concretamente el 20 de julio, hice una entrada en este mismo blog, "Una radio, dos radios, tres radios..." que fue la desencadenante del hilo "radio martillo" en el foro Pikaza Huéscar. En este hilo, alguien nos estaba dando un toque de atención a Dahira, sutil y públicamente, a raíz de esa entrada. Nada que objetar al respecto: si DahirA expresamos nuestras opiniones e impresiones públicamente, deseable y justo es que los aludidos respondan en público, aunque no esperara de antemano ser respondida, ni fue la intención de la entrada. Pero la respuesta se produjo, así que bienvenida sea.
Si no fuera porque en un momento dado, el tono de los comentarios fue subiendo hasta llegar a un punto insostenible. Radio Pikaza, y el programa La Cocina del Hay_unta es una herida que sigue estando abierta, y urgar en ella produce dolor suficiente como para dar un bote y un grito. Bien mirado, esto no tiene porqué ser negativo, sino todo lo contrario; quien alguna vez haya padecido en carne propia una herida de considerable profundidad sabrá que su curación es lenta y dolorosa, especialmente cuando se hace necesario cuidarla con productos que escuecen; el dolor, en este caso, es un aviso, y una constatación de que el organismo sigue vivo.
Los comentarios, reproches y contrarreproches defensivos, subidos de tono, fuera de lugar, y hasta diría yo, rastreros en algunos momentos, no estuvieron dirigidos a DahirA, no éramos el objeto; DahirA, si acaso, habíamos despertado la duermevela de un sobresalto y hubimos de responder por ello.
Una de las tres partes implicadas, llegados a este punto, decidió que lo sensato era poner fin a tan disparatadas y dañinas palabras, y empezó por pedir disculpas para continuar por la senda de las explicaciones, haciendo un recorrido cronológico de los hechos, admitiendo cuantos incisos fueron introducidos. Esta parte no fue pública, así que cualquiera que esté interesado o interesada en este tema tendrá que conformarse con lo que yo diga, y con lo que diga la otra persona. Bien es cierto que DahirA no somos la dueña legítima de las disculpas, ni de las explicaciones, puesto que ni estuvieron dirigidas a DahirA las ofensas, ni DahirA somos las únicas personas que nos quedamos a dos velas en cuanto a información ciudadana comarcal cuando decidieron cerrar Radio Pikaza. Quizás hemos sido el vínculo accidental entre unos y otros. Quizás, las disculpas y el análisis objetivo, a día de hoy, ya lo han hecho directamente las partes implicadas. Posiblemente, o al menos así lo deseamos, más pronto que tarde, las y los oyentes de La Cocina del Hay_unta escuchemos públicamente las explicaciones que correspondan. Hay voluntad, falta encontrar el momento.
La cuestión, lo que se pregunta más de una persona anónima, es ¿que ha ocurrido con Radio Pikaza? y si vamos a poder seguir escuchándola en un futuro próximo. Desgraciadamente, no tengo la respuesta, ni conozco las claves para llegar a ella. Conozco algunos datos, tal vez alguno más que otras personas, pero eso no es mucho, más bien es apenas nada. Ni yo ni DahirA, como ya hemos dicho en otras ocasiones, formamos parte de esa asociación, la Pikaza, y de su funcionamiento interno no sabemos nada.
No obstante, si que podríamos decir que como todo grupo que se base en unos parámetros de horizontalidad, su funcionamiento a veces puede llegar a ser muy complejo, hasta el punto de desencadenar crisis internas porque el grupo, si bien es homogéneo, con unos objetivos comunes bien definidos, está compuesto por identidades individuales heterogéneas que si bien todas pueden ser igual de razonables por separado, llegar a un consenso ante determinadas situaciones no previstas, es harto complicado, especialmente si existe por medio la premura del tiempo.
Llegados a ese punto, se desencadena automáticamente, sin que nadie se de cuenta, una explosión compuesta por amistades, perspectivas, malentendidos, silencios, intereses, roces, perspectivas, puntos de vista, razones... cada una de ellas individuales, que producen el efecto de tambaleo y desequilibrio colectivo por efecto de la explosión, y cada cual se aferra al punto estable que encuentra más cerca, aunque ese punto termine produciéndole otras heridas; en ese momento se trata de no caer, nadie se da cuenta de que el poste al que se aferra por puro instinto para evitar la caída tiene clavos oxidados.
Y, bueno, una vez que he cumplido con mi parte para mantener mi estatus de "abrumadora elocuencia literaria" (¡qué más quisiera yo!), a ver si consigo centrarme recortando palabrería, e ir al grano. Aunque me voy a permitir otro exceso, el último por hoy, palabrita de niña buena. También yo debo pedir disculpas por algo que dije en la entrada "Querida Pikaza" donde, también en un ataque de rabia personal por la interrupción de La Cocina del Hay_unta sin más explicaciones, dije que (más o menos, no voy a releer la entrada ahora, luego si queremos, podemos comprobar si es cierto o no) el Movimiento Pikaza seguiría vivo, aunque los integrantes irresponsables de esa Pikaza que no daban explicaciones y que parecían ir por derroteros bien diferentes a los que nos habían hecho creer, no tendrían cabida en ese movimiento social.
Y pido disculpas porque estoy convencida de que estaba equivocada. Es decir, en aquel momento no reflexioné ni tenia ningún dato que avalara ni que confirmara, el enfado era descomunal, creo que con razón: un grupo dedicado a la comunicación ciudadana, de golpe y porrazo elimina toda comunicación ciudadana. La incongruencia, hay que reconocerlo, fue de dimensiones considerables. Y como todos y todas, también saqué de paseo mis armas dialécticas, y mi enfado: farsantes, que sois unos farsantes.
Pero, pasado el tiempo, con algo más de conocimiento de causa, y una buena dosis de objetividad, el blanco y el negro me devuelven la perspectiva de la gama cromática y descubro una extensa variedad de grises intermedios: los que forman el colectivo, el conjunto. Blanco, negros y muchos grises, algunos de tonalidades muy hermosas.
En resumen:
Que la Pikaza es un movimiento social que sigue apuntando maneras, una vez que resuelva la primera gran crisis interna a la que se ha enfrentado, y que no debemos verla como el final de su proyecto, sino como el verdadero principio, antes estaban de preambúlo, ahora es el momento de iniciar el primer capítulo.
Que La Cocina del Hay-unta fue un programa que aunque naciera sin más pretensiones que las internas del grupo con un objetivo únicamente local, terminó siendo un referente en comunicación comarcal y ciudadana.
Que descubrimos a un gran profesional de la comunicación, que es "nuestro", de la comarca.
Que queremos una radio pública comarcal honesta y participativa, basada en el modelo comunicativo que implantó Radio Pikaza, con las variantes y adaptaciones pertinentes teniendo en cuenta los cambios que se han producido en la comarca desde que empezó a emitir Radio Comunitaria Pikaza.
Que La Puebla tiene una emisora pública.
Que queremos recuperar la conexión con La Puebla, volver a sentirla muy cercana y parte de la comarca, hablando en términos ciudadanos.
Que La Puebla tiene un alcalde que debería hacerse eco de lo que mucha gente, no solo en su pueblo, sino en la comarca, estamos esperando de él en materia de comunicación pública, no tengamos que echar la radio municipal de La Puebla al mismo saco que la Encantada FM de Huéscar.
Que La Puebla tiene un concejal en la oposición que seguramente está por la labor de una radio pública local honesta y participativa, y que su obligación es luchar para que se abra esa radio.
Que siempre agradeceremos a la Pikaza por un lado, y al conductor de La Cocina del Hay-unta, por otro, y en ese orden, el maravilloso mundo de la libertad de expresión que nos han descubierto, y los conocimientos que nos han aportado, a base de mucha perseverancia, de mucha profesionalidad, y de mucha valentía, y que nos ha hecho sentirnos más vivos y más vivas.
Que se pongan a trabajar todas las partes implicadas, ¡por favor!: Alcalde, Concejal, Locutor, Pikaza hasta conseguir que volvamos a escuchar la radio ciudadana, esta vez, de manos de un ayuntamiento, que sería un grandísimo paso en el avance democrático y social de la comarca.
Y, por si todavía queda alguien que piense, que de todo hay en la viña del señor, que el Locutor busca un enchufe, recordar que un enchufe es un trabajo obtenido sin méritos académicos y profesionales algunos, por el simple echo de ser familiar o amig@ de, o a causa de un intercambio privado de favores de los que solamente se benefician esas dos partes; y el Locutor, nos ha demostrado, con su trabajo diario, que tiene méritos más que suficientes para hacer un programa de radio local y/o comarcal, informativo, independiente, de opinión, divertido, cultural, sostenible, de primera clase capaz de llegar a muchas personas de diferentes edades y pensamientos.
Queda abierto el turno de réplica...
DahirA.
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