Hasta hace tres o cuatro años, cuando decía "soy artesana" en la comarca, en cualquier foro de desarrollo rural, invariablemente me encontraba con una mirada y un gesto de sorpresa y escepticismo, como si quisieran decir "quita, quita, ¿no pretenderás que volvamos al pasado?". Las artesanías locales se consideraban cosa del pasado, propias de una época oscura, aptas sólo para sociedades muy pobres y atrasadas. La respuesta que recibía, también era siempre la misma: "aquí la artesanía no funciona". Seguramente somos la única comarca del país que pretende desarrollar un turismo rural y niega la artesanía local. Somos diferentes, sin ninguna duda. No se nos caen los anillos por negar un legado cultural centenario y milenario, una innovación artística, una posibilidad de autoempleo, un recurso turístico, un añadido para el prestigio de la comarca. Aquí no nos interesan las artesanías. Claro que, visto lo visto, ciertamente, aquí interesan más las macro incineradoras (y disculpar mi insistencia sobre el tema, pero es que esa incineradora no nata será punto de referencia durante años para entender muchas cosas inentendibles; el proyecto de incineradora, aunque abortado dentro del antiguo plazo de legalidad, apenas contaba con nueve semanas desde su concepción, ya que el tiempo durante el que se pusieron manos a la obra para concebirla no cuenta, ha conseguido destapar la caja de pandora). También interesan más las urbanizaciones en zonas naturales, o entubar un río para que se destruya el ecosistema de la ribera a cambio de enriquecer a especuladores de otra provincia. Actuaciones modernas, sí. Que se note que estamos al día. Que no somos unos "pueblerinos" incultos y atrasados. Aunque de cuando en cuando hacemos alguna excepción en la comarca, por ejemplo, proyectando una pista de paddel, que como tod@s sabemos, es un deporte tradicional de la comarca, cuyos orígenes se remontan a los más ancestrales orígenes del ser humano en la comarca. De hecho, en cualquiera de nuestros yacimientos arqueológicos que se precie, se han hallado vestigios que confirman la práctica del paddel en la comarca desde el neolítico. Así que, bien merecía la pena hacer una excepción con el paddel. Son unos cuantos milenios de tradición, y contra eso no puede luchar la modernidad.
Vayamos por partes. Pongamos un ejemplo para empezar: Dinamarca, uno de los mejores países del mundo para vivir por la alta calidad de vida, crecimiento económico, libertades personales, su democracia, la igualdad social, el pacifismo, la solidaridad, los salarios más altos y mas igualitarios y por ser el país menos corrupto del planeta. En el centro de Copenague, la capital del país, Per Bo, un artesano ceramista, tiene instalado su taller-tienda. Y en Christiania, el Barrio Libre de Copenague, cuyo gobierno se basa en la democria directa, la auto administración y la toma de decisiones por consenso democrático de sus habitantes, conviven talleres y tiendas artesanas, anticuarios, talleres de bicicletas, proyectos ecológicos y cooperativas, entre otras actividades.
Por otro lado, en la edición del 2007 de Estudios de Fundación Caja Rural, refiriéndose al Altiplano de Granada, en el capítulo V Las actividades industriales y de servicios, cuadro v.2, que hace referencia al análisis DAFO, señana como una de las debilidades del territorio Altiplano de Granada "la pérdida de la tradición artesanal" y en el apartado oportunidades incluye "el desarrollo de la artesanía". Igualmente, en el I Plan de Igualdad de Oportunidades de Huéscar, se menciona en el apartado 3 de la página 45 relativa al Área de Empleo y Desarrollo Rural "realización de actividades que potencien y promocionen el sector rural y turístico de la zona: arteanas ...". Así mismo, en la edición de Nueva Estrategia Rural del Altiplano de Granada, pg. 190, apartado oportunidades, punto 6 se menciona la "Revalorización de la artesanía" y en la pg. 199, punto 0 (4)4 "promover la recuperación y el fortalecimiento de la artesanía en el Altiplano" y en los apartados de líneas estratégicas y actuaciones de la pg. 215 se dice "impulsar la actividad artesana (4.1), "Ordenación de la actividad artesana en el Altiplano (1.1), "Apoyo a los negocios artesanasos y a la implantación de centros de producción y comercialización"; "Potenciar el prestigio social de la artesanía y garantizar la calidad de los productos" (4.2): "Desarrollo de actuaciones de información e investigación" (4.2.1) y "Fomento de marcas de calidad" (4.2.2). Y debemos recordar que el PSOE de Huéscar, en su programa electoral del 2007 incluyó entre las promesas para esta legislatura un Centro de Artesanos; centro del que nunca más se supo, salvo que el alcalde, nueve meses después de empezar esta legislatura dijo "es que la artesanía no vende, pero no os preocupeis, que tendreis (por Dahira) un sitio para poner vuestras cosas". Antes de eso, se designó a dos concejalas el Área de Artesanía, eso sí, tal vez por lo que pudiera pasar ... De la misma forma que el GDR impulsó hace años una asociación de artesanos artificial, suponemos que para que pudiera encajar en alguna partida subvencionable o previamente subvencionada. Y como asociación artificial ni tuvo actividad, ni fue eficaz ni perduró. Incluso devolvieron la cuota a l@s asociad@s. Eso sí, dañó considerablemente la credibilidad de posteriores asociaciones artesanales.
Es decir, que en la capital del país con mayor calidad de vida y salarios más altos del planeta tienen cabida los talleres y la actividad comercial de l@s artesan@s, y que en el informe DAFO y el NERA del Altiplano se contempla la pérdida de artesanía local como una debilidad, unos y otros tontean y rondan al sector artesanal, y tanto en éstos como en el I Plan de Igualdad de Oportunidades de Huéscar, expresan las oportunidades y líneas de actuación para mejorar este sector, entonces ¿por qué esos respingos cuando se pronuncia en voz alta "artesanías locales"? ¿por qué esas respuestas de negación?. La respuesta más generalizada es la de "aquí no hay artesan@s", a la que suelo responder a mi vez "tampoco había turismo rural hace diez años, y mira que apoyos institucionales y subvenciones millonarias está recibiendo".
Es cierto que el sector artesanal del Altiplano no está articulado, que bastantes artesanías han desaparecido, que otras están al borde de la extinción, que otras son complementarias a la profesión que sustenta la economía familiar o individual, que otras son temporales, que otras no están regularizadas administrativamente, que otras son emergentes, que otras sustentan el calificativo de artesanías cuando en realidad no lo son. Pero también es cierto que se están recuperando algunas artesanías tradicionales y que se están implantado nuevas artesanías, y unas y otras, unidas a las pocas que han permanecido, forman un conjunto artesanal a tener en cuenta, con representación de distintos gremios artesanales: forja, cerámica, textil, jabones y esencias, vidrio, esparto, espejuelos, mármol, carpetería, alimentación, instrumentos musicales y ebanistería. La mayoría de ellas elaboradas, o con posibilidades de elaboración, con materías primas de la comarca, lo que supone un valor añadido.
Las pocas políticas que se han llevado a cabo respecto a las artesanías en los últimos años en la comarca han sido siempre interesadas desde una u otra administración y sus interlocutores en la comarca. Algunas, incluso nacieron con buena voluntad de ser eficaces, tanto como valor cultural como valor generador de empleo. Pero las secuelas han sido poco positivas: talleres que cierran cuando se acaba el periodo al que obligan las subvenciones recibidas, proteccionismo que deriva en apatía, la no concesión de licencias de apertura de taller, cursos de formación ineficaces (posiblemente por que se trataba de justificar una subvención por una parte, y por la otra, que todo el interés del alumnado por la formación consistía en el sueldo que cobraban por asistir al curso), implantación de tiendas de la tierra (alguna la he encontrado cerrada, y alguna otra en la que conviven los refrescos y las patatas fritas de marcas comerciales a nivel nacional o mundial y las piezas en serie con manufactura de fábrica importadas y entre unas otras, alguna artesanía local entremezclada), las famosas vitrinas de los restaurantes de carretera (¿a alguien se le ocurriría poner a la venta unos zapatos "manolos" o corbatas de modistos de alta costura en vitrinas de restaurantes de carretera? ... pues eso). El verano pasado se ofertó en Huéscar y Castilléjar un curso formativo para esparter@s, creo que organizado y/o gestionado por la Asociación El Espejuelo, para el que se contrataron a profesores de Murcia, aunque debo reconocer que ignoro cual era el objetivo de dicho curso de formación, la programación temática de las clases, la cualificación y titulación homologada que recibieron l@s alumn@s que aprobaran el curso, cual fue el interés que motivó a l@s alumn@s a matricularse en el curso, y si en la actualidad algun@ de ell@s está ejerciendo la profesión, bien como artesano, bien como dinamizador, bien como comerciante, o bien como empresari@ del gremio. También tenemos el taller de vidrio José Saramago, pero éste prefiere difundirse en otros países antes que en la comarca, por lo tanto, no lo podemos considerar nuestro, de nuestro territorio, pese a la centenaria tradición del vidrio en nuestra comarca, no solamente en Castril, que fué el centro, si no en el Pinar del Duque -que cambió su nombre precisamente por este motivo a Pinar de la Vidriera-, La Puebla y Castilléjar. Y el reciente taller ocupacional de recuperación de teja árabe, también impartido en Castril, que como casi todos, se quedó en un taller remunerado para el alumnado sin más objetivos. Tampoco me sorprendería en absoluto encontrar cualquier día de estos un titular de prensa anunciando alguna macro subvención relacionada con un tema artesanal del Altiplano, de parte de nuestros gobernantes, y por supuesto, completamente ajena al sector. Ya se sabe como funcionamos aquí.
Entre tanto, el sector artesanal del Altiplano, pese a los numerosos gremios que lo componen, sigue disperso, menguante, escéptico, protegido en algunos casos y completamente desprotegido en otros, condicionado siempre. Sin una oportunidad de comercialización en el Altiplano. Sin una sola tienda exclusiva de artesanías locales en todo el Altiplano. Pese a la maravillosa forja del taller de Rosendo, en La Puebla, el taller cerámico de Algova, en Cortes de Baza, las depuradísimas técnicas y profusa creatividad de los maestros esparteros de toda la comarca, la excelente calidad de los aceites esenciales de Espirit Nature y sus derivados, los tapices que van a desaparecer antes de que haya una sola persona en toda la comarca que haya recibido formación para dar la oportunidad de continuidad a los mismos, las reproducciones cerámicas de los hallazgos arqueológicos de la comarca, especialmente las argáricas, ibéricas, romanas y árabes, la bisutería de espejuelos, lo que podrían ser magníficas mermeladas si se les diera la oportunidad de comercializarse sin perder su esencia artesana ...
Quizás alguna vez nos liberemos del complejo de "pueblerinos caducos" en relación a las artesanías y empecemos a vincularlas con los valores históricos, culturales y artísticos de las que son merecedoras, y las asociemos al concepto de progreso sostenible, y las relacionemos con el turismo rural, y nos demos cuenta de que los talleres artesanos generan autoempleo siempre que se les de la oportunidad de comercializar los productos. De que un tejido artesanal organizado, estable, de calidad, diverso, revaloriza nuestro territorio cultural, social y económicamente, y forma parte de nuestro desarrollo y nuestro futuro.
Y los visitantes no tengan que escuchar de la persona que atiende a l@s clientes, cuando acuden a una central de reservas que ofrece artesanías a la venta, y se interesan por una pieza "nada, eso lo hace un artesano de aquí ¡que tiene el taller en su propia casa!", demostrando de esa forma la absoluta falta de conocimientos más elementales sobre la artesanía que está vendiendo, amén de un desprecio hacia la artesanía y l@s artesan@s comarcales totalmente inmerecida, ya que uno de los factores que componen la idiosincrasia propia de la artesanía es precisamente que la mayoría de talleres están ubicados junto o en el propio domicilio del artesano o artesana, que esa es una de las garantías de que el producto ofertado es realmente artesanal. Que a veces, y sin darse cuenta, quien pretende dar una imagen de sí mism@a más formad@ y puest@ al día -vamos, al nivel que le presupone a esa persona de gran ciudad, culta y resuelta, a la que se está dirigiendo- se define a sí mism@ como la persona más inculta. Y por derivación, termina definiendo de la misma forma a la población en general. Que las artesanías son algo muy serio y requieren una preparación específica incluso para quien solamente está contratad@ para venderla.
DahirA.
Vayamos por partes. Pongamos un ejemplo para empezar: Dinamarca, uno de los mejores países del mundo para vivir por la alta calidad de vida, crecimiento económico, libertades personales, su democracia, la igualdad social, el pacifismo, la solidaridad, los salarios más altos y mas igualitarios y por ser el país menos corrupto del planeta. En el centro de Copenague, la capital del país, Per Bo, un artesano ceramista, tiene instalado su taller-tienda. Y en Christiania, el Barrio Libre de Copenague, cuyo gobierno se basa en la democria directa, la auto administración y la toma de decisiones por consenso democrático de sus habitantes, conviven talleres y tiendas artesanas, anticuarios, talleres de bicicletas, proyectos ecológicos y cooperativas, entre otras actividades.
Por otro lado, en la edición del 2007 de Estudios de Fundación Caja Rural, refiriéndose al Altiplano de Granada, en el capítulo V Las actividades industriales y de servicios, cuadro v.2, que hace referencia al análisis DAFO, señana como una de las debilidades del territorio Altiplano de Granada "la pérdida de la tradición artesanal" y en el apartado oportunidades incluye "el desarrollo de la artesanía". Igualmente, en el I Plan de Igualdad de Oportunidades de Huéscar, se menciona en el apartado 3 de la página 45 relativa al Área de Empleo y Desarrollo Rural "realización de actividades que potencien y promocionen el sector rural y turístico de la zona: arteanas ...". Así mismo, en la edición de Nueva Estrategia Rural del Altiplano de Granada, pg. 190, apartado oportunidades, punto 6 se menciona la "Revalorización de la artesanía" y en la pg. 199, punto 0 (4)4 "promover la recuperación y el fortalecimiento de la artesanía en el Altiplano" y en los apartados de líneas estratégicas y actuaciones de la pg. 215 se dice "impulsar la actividad artesana (4.1), "Ordenación de la actividad artesana en el Altiplano (1.1), "Apoyo a los negocios artesanasos y a la implantación de centros de producción y comercialización"; "Potenciar el prestigio social de la artesanía y garantizar la calidad de los productos" (4.2): "Desarrollo de actuaciones de información e investigación" (4.2.1) y "Fomento de marcas de calidad" (4.2.2). Y debemos recordar que el PSOE de Huéscar, en su programa electoral del 2007 incluyó entre las promesas para esta legislatura un Centro de Artesanos; centro del que nunca más se supo, salvo que el alcalde, nueve meses después de empezar esta legislatura dijo "es que la artesanía no vende, pero no os preocupeis, que tendreis (por Dahira) un sitio para poner vuestras cosas". Antes de eso, se designó a dos concejalas el Área de Artesanía, eso sí, tal vez por lo que pudiera pasar ... De la misma forma que el GDR impulsó hace años una asociación de artesanos artificial, suponemos que para que pudiera encajar en alguna partida subvencionable o previamente subvencionada. Y como asociación artificial ni tuvo actividad, ni fue eficaz ni perduró. Incluso devolvieron la cuota a l@s asociad@s. Eso sí, dañó considerablemente la credibilidad de posteriores asociaciones artesanales.
Es decir, que en la capital del país con mayor calidad de vida y salarios más altos del planeta tienen cabida los talleres y la actividad comercial de l@s artesan@s, y que en el informe DAFO y el NERA del Altiplano se contempla la pérdida de artesanía local como una debilidad, unos y otros tontean y rondan al sector artesanal, y tanto en éstos como en el I Plan de Igualdad de Oportunidades de Huéscar, expresan las oportunidades y líneas de actuación para mejorar este sector, entonces ¿por qué esos respingos cuando se pronuncia en voz alta "artesanías locales"? ¿por qué esas respuestas de negación?. La respuesta más generalizada es la de "aquí no hay artesan@s", a la que suelo responder a mi vez "tampoco había turismo rural hace diez años, y mira que apoyos institucionales y subvenciones millonarias está recibiendo".
Es cierto que el sector artesanal del Altiplano no está articulado, que bastantes artesanías han desaparecido, que otras están al borde de la extinción, que otras son complementarias a la profesión que sustenta la economía familiar o individual, que otras son temporales, que otras no están regularizadas administrativamente, que otras son emergentes, que otras sustentan el calificativo de artesanías cuando en realidad no lo son. Pero también es cierto que se están recuperando algunas artesanías tradicionales y que se están implantado nuevas artesanías, y unas y otras, unidas a las pocas que han permanecido, forman un conjunto artesanal a tener en cuenta, con representación de distintos gremios artesanales: forja, cerámica, textil, jabones y esencias, vidrio, esparto, espejuelos, mármol, carpetería, alimentación, instrumentos musicales y ebanistería. La mayoría de ellas elaboradas, o con posibilidades de elaboración, con materías primas de la comarca, lo que supone un valor añadido.
Las pocas políticas que se han llevado a cabo respecto a las artesanías en los últimos años en la comarca han sido siempre interesadas desde una u otra administración y sus interlocutores en la comarca. Algunas, incluso nacieron con buena voluntad de ser eficaces, tanto como valor cultural como valor generador de empleo. Pero las secuelas han sido poco positivas: talleres que cierran cuando se acaba el periodo al que obligan las subvenciones recibidas, proteccionismo que deriva en apatía, la no concesión de licencias de apertura de taller, cursos de formación ineficaces (posiblemente por que se trataba de justificar una subvención por una parte, y por la otra, que todo el interés del alumnado por la formación consistía en el sueldo que cobraban por asistir al curso), implantación de tiendas de la tierra (alguna la he encontrado cerrada, y alguna otra en la que conviven los refrescos y las patatas fritas de marcas comerciales a nivel nacional o mundial y las piezas en serie con manufactura de fábrica importadas y entre unas otras, alguna artesanía local entremezclada), las famosas vitrinas de los restaurantes de carretera (¿a alguien se le ocurriría poner a la venta unos zapatos "manolos" o corbatas de modistos de alta costura en vitrinas de restaurantes de carretera? ... pues eso). El verano pasado se ofertó en Huéscar y Castilléjar un curso formativo para esparter@s, creo que organizado y/o gestionado por la Asociación El Espejuelo, para el que se contrataron a profesores de Murcia, aunque debo reconocer que ignoro cual era el objetivo de dicho curso de formación, la programación temática de las clases, la cualificación y titulación homologada que recibieron l@s alumn@s que aprobaran el curso, cual fue el interés que motivó a l@s alumn@s a matricularse en el curso, y si en la actualidad algun@ de ell@s está ejerciendo la profesión, bien como artesano, bien como dinamizador, bien como comerciante, o bien como empresari@ del gremio. También tenemos el taller de vidrio José Saramago, pero éste prefiere difundirse en otros países antes que en la comarca, por lo tanto, no lo podemos considerar nuestro, de nuestro territorio, pese a la centenaria tradición del vidrio en nuestra comarca, no solamente en Castril, que fué el centro, si no en el Pinar del Duque -que cambió su nombre precisamente por este motivo a Pinar de la Vidriera-, La Puebla y Castilléjar. Y el reciente taller ocupacional de recuperación de teja árabe, también impartido en Castril, que como casi todos, se quedó en un taller remunerado para el alumnado sin más objetivos. Tampoco me sorprendería en absoluto encontrar cualquier día de estos un titular de prensa anunciando alguna macro subvención relacionada con un tema artesanal del Altiplano, de parte de nuestros gobernantes, y por supuesto, completamente ajena al sector. Ya se sabe como funcionamos aquí.
Entre tanto, el sector artesanal del Altiplano, pese a los numerosos gremios que lo componen, sigue disperso, menguante, escéptico, protegido en algunos casos y completamente desprotegido en otros, condicionado siempre. Sin una oportunidad de comercialización en el Altiplano. Sin una sola tienda exclusiva de artesanías locales en todo el Altiplano. Pese a la maravillosa forja del taller de Rosendo, en La Puebla, el taller cerámico de Algova, en Cortes de Baza, las depuradísimas técnicas y profusa creatividad de los maestros esparteros de toda la comarca, la excelente calidad de los aceites esenciales de Espirit Nature y sus derivados, los tapices que van a desaparecer antes de que haya una sola persona en toda la comarca que haya recibido formación para dar la oportunidad de continuidad a los mismos, las reproducciones cerámicas de los hallazgos arqueológicos de la comarca, especialmente las argáricas, ibéricas, romanas y árabes, la bisutería de espejuelos, lo que podrían ser magníficas mermeladas si se les diera la oportunidad de comercializarse sin perder su esencia artesana ...
Quizás alguna vez nos liberemos del complejo de "pueblerinos caducos" en relación a las artesanías y empecemos a vincularlas con los valores históricos, culturales y artísticos de las que son merecedoras, y las asociemos al concepto de progreso sostenible, y las relacionemos con el turismo rural, y nos demos cuenta de que los talleres artesanos generan autoempleo siempre que se les de la oportunidad de comercializar los productos. De que un tejido artesanal organizado, estable, de calidad, diverso, revaloriza nuestro territorio cultural, social y económicamente, y forma parte de nuestro desarrollo y nuestro futuro.
Y los visitantes no tengan que escuchar de la persona que atiende a l@s clientes, cuando acuden a una central de reservas que ofrece artesanías a la venta, y se interesan por una pieza "nada, eso lo hace un artesano de aquí ¡que tiene el taller en su propia casa!", demostrando de esa forma la absoluta falta de conocimientos más elementales sobre la artesanía que está vendiendo, amén de un desprecio hacia la artesanía y l@s artesan@s comarcales totalmente inmerecida, ya que uno de los factores que componen la idiosincrasia propia de la artesanía es precisamente que la mayoría de talleres están ubicados junto o en el propio domicilio del artesano o artesana, que esa es una de las garantías de que el producto ofertado es realmente artesanal. Que a veces, y sin darse cuenta, quien pretende dar una imagen de sí mism@a más formad@ y puest@ al día -vamos, al nivel que le presupone a esa persona de gran ciudad, culta y resuelta, a la que se está dirigiendo- se define a sí mism@ como la persona más inculta. Y por derivación, termina definiendo de la misma forma a la población en general. Que las artesanías son algo muy serio y requieren una preparación específica incluso para quien solamente está contratad@ para venderla.
DahirA.
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