No a la escultura de mujer arrodillada representando a Mariana Pineda en la Plaza Santa Adela de Huéscar

viernes, 25 de junio de 2010

Artesan@s: monit@s de feria

Con demasiada frecuencia, y eso ya lo hemos dicho en más de una ocasión, los ayuntamientos tratan a l@s artesan@s como "monitos de feria", aún sin darse cuenta y con su mejor voluntad, por puro desconocimiento del sector y porque, nunca conseguiré saber la razón, dan por hecho que l@s artesanas somos profesionales altruistas y disponibles en cualquier momento. Es muy fácil llegar a conclusión. Organizan un evento, a veces con una gran inversión económica, pero descubren que les falta un toque ¿ como diría? ... etnográfico, con sabor a tierra, a bohemia, a nostalgia, y hasta a exotismo. Y ¿quien mejor que l@s artesan@s para cubrir ese hueco? Reunimos todas las características: somos un poco nómadas, un poco hippies; ofertamos productos curiosos, unas veces innovadores, otras con claras reminiscencias al pasado. Admitimos los horarios y las fechas que nos imponen. Entretenemos al público un rato en un amplio horario a elegir por el público, y sin ningún coste para la organización. Y además, nos están haciendo un favor, ya que gracias a esa iniciativa nos están dando la oportunidad de comercializar nuestra producción, de aumentar nuestras ventas y por tanto, mejorar nuestra economía.

Pero en realidad no es así. Vayamos por partes. Lo de que l@s artesan@s somos nómadas y hippies es simplificar excesivamente y hasta caer en estereotipos falsos. Los y las artesanas necesitamos vender nuestra producción para poder vivir dignamente de nuestra profesión, sea cual sea el gremio al que pertenezcamos. Y como no existe un tejido comercial adecuado, en determinadas épocas nos acogemos a cualquier oferta que se nos presente, en un intento desesperado de vender el resultado de nuestro trabajo, ya que como cualquier otra persona necesitamos ingresos económicos para poder sustentarnos. Cuando no encontramos mejores canales de distribución, probamos con la oferta ferial. Que, eso sí, es amplia, diversa y cubre toda la geografía española. Y lo hacemos en nuestro tiempo libre o restamos jornadas de producción. Después de trabajar en los talleres cuarenta, cincuenta horas semanales, embalamos la parte de la producción que creemos oportuna -a veces, las piezas son delicadas y requieren embalajes especiales y un tiempo considerable-, cargamos, llegamos al lugar, descargamos, montamos el stand con mayor o menor estética, dependiendo de cada cual, y lo atendemos al público durante ocho, diez, doce horas al día. A veces, los eventos son de una sola jornada, a veces de tres o cuatro, y hasta de una semana. Finalizado el evento, realizamos el trabajo de recogida: volver a embalar, cargar, trasladarnos, descargar. Y a trabajar otra vez. Si hemos vendido suficiente, porque hay que reponer; si las ventas han sido irrelevantes, porque nos duele el fracaso comercial y estamos pensando en cambiar el estilo, o las piezas, abaratar costes y tiempo, o todo a la vez.

Si la feria a la que hemos acudido es cercana a nuestro lugar de residencia, ha sido de una sola jornada y el stand ha sido gratuito, es aceptable, aún en el caso de que no se hayan producido ventas relevantes. La inversión ha sido mínima. Y todavía nos podemos permitir un día de descanso semanal.

Pero si la feria se encuentra a cientos de kilómetros de nuestra residencia y tenemos que pagar por el stand, se complica demasiado, teniendo en cuenta que las ventas son una incertidumbre. Kilometraje, hotel, dietas, stand. Es frecuente que el importe de las ventas sea muy similar a los gastos que nos ha ocasionado, y con cierta frecuencia estos superan a los ingresos obtenidos por las ventas. Cuando ya se tiene una cierta experiencia en este último modelo de ferias, lo que se suele hacer es incrementar el precio de las piezas, para que éstas puedan resultar rentables. Pero eso es un arma de doble filo: a más precio, menos ventas.

El éxito de la ventas no depende exclusivamente de los productos ofertados. Existen múltiples variantes: día del mes, época del año, tipo de visitantes, poder adquisitivo de ést@s, ubicación dentro del recinto ferial, temperatura, cualidades de vendedor o vendedora que tengamos, el cansancio físico o psicológico que nos invada en esos momentos. Un mismo producto artesanal tiene fácil salida en unos lugares y muy dificil en otros. En mi caso, que tejía tapices con lanas -tejía, si; no es que haya dejado de ser artesana, que lo seguiré siendo siempre, es que las secuelas de una fractura me impiden seguir haciéndolo-, llevar éstos a ferias en verano es un suicidio comercial. También influyen las características socio culturales de la población. A veces, en los pueblitos, la mayoría de visitantes son personas mayores y familias con niñ@s con pocos proyectos decorativos o necesidades de rodearse de objetos singulares no relacionados con la oferta standard. Aunque esas personas se entretienen curioseando en los puestos, preguntando precios, comentando lo que les recuerdan a objetos que tenían en su casa cuando eran jóvenes, o que recuerdan de la casa de sus abuelos, y se enzarzan en charlas nostálgicas que van enlazando con otros temas. O regañando a l@s niñ@s. O los maridos apurando a las esposas para que no se entretengan tanto. En definitiva, unas y otras personas han pasado unas horas entretenidas, han visto cosas nuevas y curiosas y no les ha costado nada económicamente. Unas y otras, apuestan para que el ayuntamiento vuelva a organizar la feria el año próximo.

En otras ferias ocurre que el rigor de los organizadores para baremar la artesanía es muy difuso, o nulo. En la mayoría de ferias de las llamadas "mercados medievales" que se organizan en los pueblos pequeños, la muestra de productos ofertados es una mezcla imposible: artesanías puras, semi artesanías, productos de mercadillo, productos de reventa, manualidades de aficionad@s, productos importados, productos de fabricación industrial, a veces camuflados como artesanales y otras con el sello inequívoco de China ... en esas ferias, si hay alguien que gana, es el más listo: quien ha conseguido un producto muy barato, que llame la atención del cliente, y que el vendedor sea bueno. Normalmente, ese producto tiene poco o nada que ver con la artesanía.

Entre unos y otros motivos, el artesano y la artesana, después de haber hecho varias ferias sigue sin saber si su producción es comercial o no. Para saberlo necesita tener sus productos en diferentes puntos de venta estables, abiertos todo el año y en los que sólo se venda artesanía. Ese si es un buen filtro para saber si son comerciales. Y si no lo son, los motivos: precio, materia prima, diseño. Entonces sí que puede plantearse continuar esa línea o modificarla. También puede suceder que en unos puntos se vendan y en otros no. En esos casos, el artesano o la artesana producirá una línea para unos comercios y reinventará otras líneas para otros. Pero siempre contará con una cierta estabilidad en las ventas y los ingresos y distribuirá su tiempo laboral y su tiempo libre y de descanso de forma racional. Esa estabilidad mínima sólo nos la puede proporcionar una red de tiendas de artesanía que hoy por hoy no existen. De ahí que nos veamos en la necesidad de ser nómadas temporales.

En cuanto a que l@s artesan@s somos bohemios y hippies es puro tópico. L@s artesan@s somos bohemios, hippies, tradicionales, activistas, pasotas, resignados, conservadores, progresistas, creyentes, ate@s, vegetarian@s, carnívor@s; nos gusta la vida ordenada o desordenada; somos fumadores de cigarrillos de marihuana o de tabaco rubio de picadura, o de tabaco negro, o ex-fumadores o no fumadores; nos gusta el alcohol o somos abstemios; tenemos familia o somos solter@s; nos gusta conducir o no; somos habladores o callad@s; cultos o incultos; tenemos formación universitaria o no; nos gusta el fútbol o la literatura; tenemos mala leche o somos afables. Como cualquier funcionari@, arquitect@, fontaner@ o dependiente, o cualquier otra profesión. Como personas, cada cual pertenecemos a un grupo social.

Como profesionales tenemos nuestra propia idiosincrasia, como la tienen los médic@s o los mecánic@s. Nos gusta compartir conocimientos y experiencias con colegas. La mayor singularidad que podamos tener es a consecuencia del trabajo en talleres individuales generalmente -casi nunca con más de dos o tres personas- y necesitar de un entorno en el que poder desarrollar la creatividad implícita y explícita en el trabajo manual. A veces por las técnicas empleadas -si necesitas que una pieza salga del horno a tal hora, tienes que poner éste a cual, sean las seis de la tarde o la una de la madrugada-, a veces por cuestiones creativas -más de una vez he abandonado un tapiz en un punto en el que me resultaba imposible continuar, por más intentos que hiciera, y al día siguiente me he despertado a las cuatro de la madrugada con la forma precisa de hacerlo, y he dado un salto de la cama y he corrido a terminarlo antes de que se diluyera la idea-, a veces por plazos de entrega tenemos que modificar horarios o alargar jornadas. Pero ahí se acaban nuestras singularidades. Ni tenemos el don de la ubicuidad ni somos vendedores. Y nos gusta descansar dos días a la semana como a cualquier otro trabajador o trabajadora. O elegir nosotr@s mism@s que eventos feriales nos interesan, cuales pueden ser más beneficiosos a corto, medio y largo plazo para nuestro desarrollo profesional y comercial. En cuales nos sentimos mejor representados como sector. En cuales se dignifica nuestra profesión y nuestra producción.

Pero estos detalles no los conocen l@s organizadores de eventos feriales, ni les interesan lo más mínimo. A est@s organizadores sólo les interesa redondear su evento sin precio añadido, o pagar el precio pactado con la empresa que ofrece el pack de feria artesanal, aunque esa empresa esté explotando a l@s artesan@s participantes, como suele ocurrir con este tipo de empresas, que mediante extravagantes métodos utilizan a l@s artesanos en su propio beneficio económico.

Todo ésto viene a cuento porque esta mañana Dahira hemos tenido una reunión para hablar de una oferta de feria artesanal en Castilléjar. La alcaldesa había pensado en una feria en la que hubiera mucho público y que consistia exclusivamente en que se aprovechara la carpa instalada para fines festivos y Dahira convocara a l@s artesan@s, que muy gustosamente estarán encantad@s de pasar un sábado o domingo de agosto metidos en la carpa ocho o diez horas, más montaje y desmontaje y que cuando toque sol y se convierta en una sauna, pues a saunarnos, sin más connotaciones artesanales, ni de consumo de proximidad, ni culturales, ni comerciales, ni de desarrollo sostenible. Y todo por puro desconocimiento. Como suele ocurrir, salvo honrosas excepciones, como es el ayuntamiento de Cortes de Baza que entendió hace ya tres años que un mercadillo artesanal beneficia a la ciudadanía y al municipio tanto o más que a l@s artesan@s y que como nuestro trabajo y nuestro tiempo de descanso es muy respetable, ha creído oportuna una pequeña inversión económica para dignificar el evento y a l@s artesan@s que acudimos, siempre con la duda de si se producirán ventas o no. En Cortes de Baza la ciudadanía se beneficia, el evento es congruente y l@s artesan@s no perdemos, con opción a ganar también. Luego, ganamos tod@s.

Sólo faltan 13 municipios de los 14 que integran el Altiplano de Granada que respeten al sector artesanal y apuesten por las artesanías comarcales.

DahirA.

miércoles, 23 de junio de 2010

El feminismo visto por l@s prehistóric@s comarcales

Artesanía es una palabra tabú en la comarca. Ecología es una palabra despreciada, salvo excepciones, cuando nos salva de un gran desaguisado. Feminismo también lo es. Feminista es casi un insulto. Muchas "erres" vamos acumulando en DahirA. Sólo nos falta hablar de aborto, homosexualidad y matrimonios del mismo sexo y el fantasma de Torquemada se avalanzará sobre nuestras cabezas femeninas y masculinas y artesanas y ecologistas.

El tema, feminismo, me lo han proporcionado casualmente unos comentarios que acabo de leer en el foro pikazahuescar.superforos.com . Un, o una comentarista sugiere que, puesto que en la comarca hay muy poco empleo, este se debería reservar para los hombres, de forma que las mujeres puedan dedicarse tranquilamente a las labores domésticas y al cuidado de l@s hij@s, y de paso, en ninguna familia habría paro absoluto.

Hay otros comentarios similares, enlazados en la dinámica de respuestas. También se sugiere que los hombres deberían quejarse por los empleos "exclusivamente" femeninos que se están creando en la comarca, en referencia a las trabajadoras en empresas de atención a las personas dependientes. Otro comentario dice que las mujeres tenemos cualidades naturales para ser cuidadoras.

En la próxima reunión de equipo directivo de la asociación voy a proponer, para que sea incluída en el orden del día de la próxima asamblea, y someterla posteriormente a votación, la creación de los premios "Mejor Prehistóric@ del Año" para Huéscar. Podrán optar al premio personas de ambos sexos, y cualquier edad, formación académica, religión y filiación política. Posiblemente, nos llevaríamos más de una sorpresa, y l@s candidat@s serán más abundantes de lo que suponemos. Y ya suponemos, que no lo dude nadie.

Quienes piensan, da igual que sean hombres o mujeres, que sería más lógico volver a una sociedad donde existan dos roles entre hombres y mujeres claramente diferenciados, merecen cuanto menos, ser relegados a los museos de pehistoria. En el José Gilbert de Orce quedarían muy bien junto al esqueleto de un mamífero extinguido.

Así que en esas estamos: las mujeres de Huéscar y comarca, afortunadas por continuar nuestra ancestral labor de cuidadoras; pero como los tiempos evolucionan, ahora remuneradas, y seguramente con derecho a vacaciones, pagas extraordinarias, bajas médicas y permisos de maternidad. Todo un logro. Tan grande que los hombres hasta se pueden sentir heridos en su, también ancestral, modo de sentir la vida vista desde su pedestal de machos dominantes.

No, señores míos, no; al principio de la humanidad, allá por la más remota prehistoria y por la prehistoria más reciente, las sociedades si estaban distribuidas en roles perfectamente diferenciados: chamanes y chamanas, artesanos, cazadores y recolectoras. Entonces tenía sentido, se trataba de preservar la especie. Los hombres salían a cazar, a veces a territorios alejados de sus asentamientos, y las mujeres se quedaban en la tribu gestando, pariendo y amamantando. Hace algunos años leí -lamento no recordar la fuente- que las mujeres por aquellos tiempos menstruaban una vez al año, coincidiendo con la vuelta de los hombres de sus viajes cazadores y exploratorios; o quizás los hombres volvían atraídos por la llamada reproductora, no debe estar muy claro. Con el tiempo, los períodos menstruales fueron acortándose, de forma que los hombres regresaban antes, o para que los hombres regresaran antes. El ser humano debía haber descubierto ya el placer de la sexualidad, añadido al reproductor. Pero es posible que todo esto sea una leyenda, sin ningún rigor científico, ya digo que no recuerdo donde lo leí, ni por quien está firmado.

Las mujeres, en aquellos remotos tiempos de la humanidad, cumplían su papel de hembras: gestaban, parían y amamantaban por pura biología y por puro instinto de conservación. Pero desde entonces, ha llovido bastante, incluso en territorios en los que ahora llueve poco. Está demostrado, y doy fe de ello, que los hombres son tan estupendos cuidadores de sus hij@s como lo son las mujeres; también son buenos cuidadores de padres y madres y personas dependientes. De hecho, muchos hombres eligen la profesión de enfermería. Que algún retrógrado o alguna retrógrada diga que las mujeres tenemos más instinto de cuidadoras es una memez tan grande que, si no fuera por el terrible significado que tiene, no merecería siquiera que le miráramos de igual a igual.

Lo de que si los hombres de la comarca se dedicaran a traer el sustento a casa y las mujeres a sustentarla, eliminando de esta forma los porcentajes de desempleo, es una memez, al menos, tan retrógrada como la anterior. Puro estilo machista y religioso. Instinto de dominio de unos a otras que, como cualquier situación de dominio que se precie, esconde un tremendo complejo de inferioridad.

En cuanto a lo de que los hombres, si trabajan fuera de casa no pueden "colaborar" (terrible palabra esa de colaborar), es otra memez más. Si las mujeres pueden, ¿los hombres no?; acaso son más débiles que las mujeres?. A ver si ahora debemos invertir los conceptos y para definir a los hombres de la comarca debemos decir "machos pertenecientes a las especie humana con menor capacidad, inteligencia emocional y mayor vulnerabilidad que sus compañeras de especie, las mujeres".

¿Cuanto falta todavía para que llegue aquí una verdadera educación integral no sexista? Igualdad debería tomar cartas en este asunto con urgencia. No nos olvidemos de que siempre estamos educando a la siguiente generación y si seguimos con las ñoñerías tipo asociaciones de mujeres, asociaciones de hombres, y pasitos de tortuga tipo me reúno con las compañeras una vez al año para comer y brindar por la igualdad, comentarios como los que he leído hoy seguirán escuchándolos mis tataraniet@s.

Y en el camino, unas cuantas generaciones de hombres y de mujeres seguirán sin conocer la libertad y la igualdad de género.

Por cierto, hoy es noche de San Juan, noche de solsticio -aunque creo que fué antes de ayer el verdadero solsticio-. En cualquier caso, la tradición, pagana y católica, dota a esta noche de fuego, magia y deseos. Noche de akelarres.

¡Feliz solsticio a todos y todas, pagan@s y creyentes!

DahirA.

lunes, 21 de junio de 2010

Nuevo tequio en la Comarca de Huéscar


Ya conocíamos un tequio en la comarca, el que con tanto empeño llevan a cabo en La Puebla de Don Fadrique las personas que defienden día a día Radio Pikaza, una pequeña radio comunitaria, que apenas tiene cobertura en la citada población en la que hay censadas unas dos mil quinientas personas, pero que en realidad viven muchas menos. A pesar de la escasísima cobertura, gracias a la red de redes podemos escuchar su programa de la mañana "La cocina del Ay-Unta" en radiopikazaonline.blogspot.com en cualquier lugar del mundo (sabemos que en Argentina la escucha una persona encantadora y en Escocia la escucha otra persona encantadora). El objetivo de Radio Pikaza es que los jóvenes de La Puebla no se vean en la necesidad de emigrar arrastrados por la falta de oportunidades laborales y culturales en su pueblo.

Ahora DahirA estamos organizando otro pequeño tequio en Huéscar: Made in Altiplano de Granada, un punto estable de exposición y promoción de productos artesanos y ecológicos comarcales, así como la difusión de los museos y un mapa comarcal localizando los puntos sostenibles existentes, con el objetivo prioritario de fomentar el desarrollo sostenible de la comarca.

Bien mirado, perseguimos los mismos objetivos, aunque utilizamos herramientas diferentes para llevarlos a cabo, ambas partiendo del concepto de tequio. Cada cual utiliza las herramientas que mejor sabe: un@s los medios de comunicación comunitarios y las nuevas tecnologías, y otr@s las artesanías. Tanto una como otra creemos en el futuro de la comarca. Y queremos seguir perteneciendo a la comarca. Viviendo de forma digna en nuestra comarca, en nuestros pequeños pueblos. Y que nuestr@s hij@s también puedan vivir aquí en el futuro con el mismo status de dignidad, o superior, que es lo que corresponde: un poco más de evolución para cada nueva generación.

No sabemos de momento si el tequio de DahirA sufrirá persecuciones municipales como las que sufre de cuando en cuando el tequio vecino. Pero todo podría ser. Cuando organizamos la I Semana de Desarrollo Sostenible de la Comarca de Huéscar, en esta localidad, el sr. García, teniente de alcalde del ayuntamiento de Huéscar, nos negó hasta el agua. Y la frase es literal. Junto a la carpa de la Mancomunidad de Municipios, que es donde organizamos el evento, hay un grifo de agua para el servicio de la carpa, y cuando solicitamos al sr. García que nos abrieran la llave que da agua al grifo nos respondió "no". Rotundo y categórico. También intentó sabotear el evento, llamándonos seis días antes diciendo que tenían que desmontar un 40 % de la carpa para llevarla a arreglar, lo que a DahirA le supuso tener que seleccionar entre l@s expositores que habían confirmado su participación, y llamar a algun@s (el 40 %) para denegarles el derecho a participar en ese evento. La carpa no fué desmontada, aunque no lo supimos hasta el último día que teníamos que montar los stand necesariamente, por tanto, tuvimos un 40 % del espacio vacío.

No sería sorprendente que ahora tampoco le den ni agua a la sede de DahirA y el punto de exposición y promoción de Made in Altiplano de Granada en Huéscar. Sede y servicio público que no cuesta dinero a nadie, que no se va a comer ni un euro de dinero público, que va a depender exclusivamente del trabajo voluntario de l@s soci@s de DahirA y del apoyo de otras personas que también creen en este proyecto.

Aunque las antipatías por DahirA vienen desde bastante antes, incluso de antes de ser DahirA. Cuando un grupo de artesanas de la comarca nos planteamos constituirnos en asociación, a petición de una de las futuras socias fundadoras, fuimos a pedir unos estatutos estandard sobre los que basarnos al Centro Información a la Mujer de Huéscar. Días después, la técnica, sra. Nieto, que estaba de permiso maternal por aquellas fechas, nos encontró en la Feria de la Oveja Segureña y nos instó a que no nos constuyéramos en asociación con frases como "no vais a saber hacer el papeleo, es muy complicado", "casi con toda seguridad os denegarán el registro" "ya hay una asociación de artesanos en Cúllar, no merece la pena hacer otra aquí, uniros a ellos", "de verdad que es muy complicado, mi consejo es que no lo intenteis", y otras que con el tiempo he olvidado.

Posiblemente el tequio de DahirA en Huéscar tampoco sea bienvenido ahora. Es lo que tiene ser mujeres emprendedoras y defensoras del desarrollo sostenible en un país gobernado por un partido político que ha creado un Ministerio de Igualdad y está promocionando el Desarrollo Sostenible.

¿Qué será, será, del tequio Made in Altiplano de Granada? ... pronto lo sabremos.

DahirA.

domingo, 13 de junio de 2010

Comarca de Huéscar, ¿asociacionismo o sociacionismo?

"La asociación sin ánimo de lucro se crea para fovorecer a terceros y no para recibir beneficios ni gozar de sus servicios, por lo cual, los beneficios que se obtengan del desarrollo de las actividades de la asociación se destinarán a la propia entidad para que ésta pueda seguir desarrollando sus actividades de forma que la colectividad obtenga de mejor manera los objetivos que la asociación persigue." emplea.universia.es

En Huéscar, esta población del Altiplano de Granada con título de ciudad y cabeza de comarca, de apenas ocho mil habitantes, perteneciente al mundo rural un tanto desestructurado y confuso, se concentran un número importante de asociaciones, unas de carácter local, otras comarcal, otras autónomico y otras nacional, que representan distintos sectores y colectivos: empresarios, desarrollo rural, personas discapacitas, ganadería, turismo, artesanía, igualdad de género ... Cada una, como es lógico, actua en la defensa de los intereses generales del colectivo o temática en la que se basan sus objetivos: sensibilización, difusión, derechos, formación, desarrollo, mejoras, legislación, apoyos, reivindicaciones, expansión, cooperación, denuncias ... a través de distintas actividades y actuaciones: campañas, recursos legales, ferias, jornadas, cursos, seminarios, comunicación, manifiestos, exposiciones, eventos culturales, talleres, propuestas, adhesiones, rechazos ... Normalmente, cualquiera de estas iniciativas son de carácter público y general, ya que se trata de dar a conocer a la sociedad en general la problemática y la importancia social, cultural o económica de la temática que representa cada asociación, así como la necesidad de que la sociedad en general se haga eco de ella y sea comprendida; que la sociedad sienta que es parte de esa temática, que la sociedad, la ciudadanía, tome conciencia de que también le afecta a ella, cualquier tema, cualquier problema, cualquier logro, cualquier derecho, cualquier progreso, es cosa de tod@s, aunque no nos afecte directamente ... favorecer a terceros, que dice el texto del principio. Porque terceros somos tod@s en algún momento, igual que somos primer@s en otros momentos.

A raíz de la propuesta y aprobación del Ayuntamiento de Huéscar para instalar en la comarca una macro incineradora, altamente contaminante, como el propio alcalde, Sr. Gallego reconoció posteriormente, y durante los casi dos meses que mantuvieron firme la propuesta, y el debate y rechazo social que se generó sobre ella, nos hemos dado cuenta, como ya hemos apuntado en alguna otra entrada en este mismo espacio, que la mayoría de asociaciones de Huéscar son asociaciones pasivas, sin capacidad analítica y sin verdadera vocación de defensa y reivincicación de sus propios intereses y mucho menos de intereses indirectos. La asociación nacional de la oveja segureña no relacionó la contamininación del territorio con la degradación que supondría para su sector; la asociación de turismo tampoco relacionó un territorio contaminado con la pérdida consiguiente de visitantes turísticos que buscan calidad y salud del territorio que eligen para sus vacaciones; las asociaciones de mujeres tampoco se pronunciaron, no vieron la relación entre ser ciudadanas, trabajadoras, desempleadas, y la pertenencia a un territorio contaminado, excluído de los nuevos yacimientos de empleo y de empleo sostenible y de futuro para ellas y sus familias y sus convecin@s. La contaminación que generaría esa macro incineradora, de haberse llevado a cabo, habría supuesto la pérdida de numersos empleos, ya establecidos, de todos o la mayoría de empleos relacionados con la agricultura, la ganadería, la viticultura, el turismo rural, justamente de los sectores afianzados o emergentes de la comarca. Pero a ninguna, o a casi ninguna, asociación sectorial pareció importarle ni se sintió amenazada. O al menos, así lo ha parecido por su silencio manifiesto. Los apenas sesenta días de duración pública del proyecto de la macro incineradora de Huéscar están siendo muy útiles a posteriori para, a poco que reflexionemos, darnos cuenta de la verdadera realidad en la que se encuentra la comarca, en cualquiera de los apartados sobre los que hagamos la reflexión.

Parece que cada una de estas asociaciones, tan recatadas a la hora de discernir entre lo perjudicial o beneficioso para la colectividad y emprender las oportunas reivindicaciones públicas a favor o en contra, tengan como primer punto de los objetivos de sus estatutos practicar el silencio frente a cualquier agresión que les afecte directa o indirectamente. Quizás, porque son asociaciones tuteladas; quizás porque temen que si difieren públicamente de las políticas gobernantes se les relacione con las políticas de la oposición, entendiendo oposición como la otra parte del binomio político PSOE-PP, PP-PSOE; quizás porque temen perder fuentes de financiación seguras; quizás porque ni siquiera saben cuales son sus objetivos, pasaban por aquí y les han ofertado/vendido algo, que más da lo que sea, o las condiciones, se trata de estar, figurar, aparecer, no de ser.

Entre estas asociaciones silenciosas están algunas asociaciones de mujeres de Huéscar. Asociaciones con un número importante de socias, dos de ellas tienen hasta doscientas cincuenta o más socias; cuentan con el apoyo del ayuntamiento, en forma de locales gratuitos, subvenciones estables -mínimas, pero estables, al menos hasta hace poco- y otras puntuales de mucha mayor cuantía concedida a alguna asociación para un proyecto de cierta relevancia del que se han apropiado de alguna manera, pasando a ser la asociación de la idea y ejecutura del proyecto, parte secundaria y sin capacidad de decisión sobre su propio proyecto (no nos han dicho cuando,... nos han dicho que lo van a llevar a ... gracias a ellos .... estamos esperando que ellos nos digan ...). Desde el momento en que una asociación recibe financiación pública, es decir, dinero que es de tod@s, está obligada a que esa inversión repercuta directamente en tod@s, que las acciones que se emprendan partiendo de esa financiación sean abiertas a tod@s. Y su obligación es defender el proyecto, no dejarlo en manos de. En el caso de las asociaciones de mujeres cuyo objetivo primero es la igualdad de género deben emprender actividades abiertas claramente identificadas con ese objetivo. Las excursiones lúdicas para algunas socias y los maridos de éstas no está nada claro que sean acciones por la igualdad de género. Ni las comidas para un número restringido de socias y maridos de éstas parecen actuaciones reivindicativas en cuestiones de igualdad de derechos. Ni las excursiones campestres y las actividades que las secundan organizadas por una federación y financiadas con dinero público, válidas únicamente para diez socias de cada asociación se pueden considerar ni reivindicativas ni abiertas; esto ha sido motivo, por ejemplo, para que una asociación de Castril haya presentado la baja en la federación comarcal. El dinero público invertido en esas actividades se convierte, por tanto, en una inversión privada y restringida para beneficio de un número limitado y minoritario de mujeres, entre el total de mujeres asociadas y de las asociaciones asociadas a la federación. Tendríamos que aprender a distinguir entre la reivindicación de espacios privados exclusivos para mujeres, necesariamente promovidos y organizados y financiados por éstas con toda legitimidad, por supuesto, y actuaciones para y en igualdad de género en los que tengan cabida mujeres y hombres, asociad@s o no, familiares o no, especialmente en el caso de que hayan sido financiados con dinero de tod@s.

En la comarca de Huéscar, en el Altiplano de Granada, con las asociaciones, hablando en términos generales, y en términos particulares para el caso de las asociaciones de mujeres, pasa como con todo lo demás: todo está camuflado, encubierto, ni si ni no, negro pero blanco al mismo tiempo, que no se moleste nadie, con parecer ya hemos avanzado, con figurar ya existimos, tampoco hay que correr, peor estábamos antes ... y Papá Estado, dándonos dinero de bolsillo para nuestros gastos, que para eso somos l@s hij@s sobreprotegidos, inmadur@s, dependientes y algo aprovechad@s, como cualquier hij@ mimad@ por un progenitor irresponsable e interesado en asegurarse con esa dependencia los cuidados de su propia vejez. Aunque ya se sabe: las personas inmaduras tampoco se responsabilizan nunca de nada, y en cualquier momento se van detrás del tito o de la tita que les ofrece mejor caramelo, o mejor deportivo, dependiendo de las edades y ambiciones de cada cual.

Mientras no se demuestre lo contrario, aquí, en la Comarca de Huéscar, en el Altiplano de Granada, y salvo honrosas excepciones siempre que sea demostrable, a las asociaciones habría que retirarles la "a" del principio de la palabra: sociaciones. La "a" de asociación, como las denominaciones de origen y las identificaciones geográficas protegidas, debe ganarse a base de hechos reiterados que demuestren sobradamente la calidad y el merecimiento.

DahirA.

sábado, 12 de junio de 2010

Movimiento Pikaza en el Altiplano de Granada

¿Que es una picaza? ... en mi tierra biológica, la cercana Murcia, es una azada pequeña, herramienta para escarbar la tierra con el objeto de esponjarla y prepararla para una plantación, liberarla de las malas hierbas, o excavar un hueco con la capacidad suficiente para albergar el bulbo, semilla o esqueje o brote que se quiere plantar para que crezca sano y saludable.

¿Qué es una Pikaza? ... una pequeñísima radio comunitaria de un pequeñísimo pueblo del Altiplano, PDF, o lo que es lo mismo Puebla Don Fadrique, que existe gracias a un grupo de personas que practican la modalidad de "tequio", comprometidas con el medio ambiente, con el desarrollo sostenible local y global-el verdadero, no el de titulares-, con la justicia social, y que se han convertido en la voz de la conciencia de quienes gobiernan la localidad y que a veces llama la atención de la administración autónomica, quizás porque le resulta insoportable su propia conciencia y necesita acallarla, acallarse.

¿Qué es el Movimiento Pikaza? ... podríamos definirlo como los grupos locales de personas que sin alineación alguna con el partido gobernante en su localidad y la comunidad autónoma, sea este el mismo o distinto, abren vías de comunicación participativa, diversa, crítica y constructiva a través de radios comunitarias, radios comunitarias en proyecto, foros abiertos y blog y se intercomunican entre sí, dando lugar de esta forma a una comunicación entre todos los habitantes de la comarca y de cualquier otro lugar, en los que se denuncia, se propone, se opina, se pregunta, se informa y en los que juega un papel importante el conocimiento, el rigor, la ironía y hasta la parodia. Radios, foros y blog donde unos y otras hablan sin tabues de democracia horizontal, de ecología, de economía, de modelos sostenibles, de política local y comarcal, de música y de actividades cotidianas. Radios y foros donde las personas que creemos en la libertad y la verdadera democracia, la sostenibilidad y la ecología como futuro, la igualdad social y de género, nos sentimos representadas y bienvenidas. Donde el sentido común y el conocimiento suplen la falta de transportes públicos en la comarca y la falta de transparencia política. Radio Pikaza PDF no sabe que ha iniciado un movimiento social. Pero ahí están los foros y los blog:

radiopikaza.superforos.com
riodecortes.superforos.com
riocastril.superforos.com
radiopikazaonline.blogspot.com

Vivimos en un momento de apatía política, cultural, económica y social genaralizadas, pero como en todo momento histórico de represión, impotencia ciudadana, pérdida de identidad, alineación, abusos políticos, y/o conformismo ciudadano, en cualquier lugar, en el lugar más insospechado, alguien -ya sea inicialmente individual o grupalmente- habla en voz alta, pregunta en voz alta, descubre en voz alta, opina en voz alta, reclama derechos en voz alta, denuncia en voz alta. Y cuanto más le niega el poder, más fuerza adquiere. Eso deberían recordarlo muy bien quienes vivieron la dictadura franquista y la transición, política a la democracia en nuestro país, y quienes, siendo más jóvenes, han recibido formación política de izquierdas. Aunque hoy he leído, en unos y otros foros, frases como "que alguien le pare los pies al alcalducho de Cortes", o "atajo de comunistas" aplicadas a quienes están en contra del trasvase del río Castril; trasvase que está firmemente apoyado y defendido por un alcalde socialista. y que es totalmente insostenible, incongruente y dañino. Quizás es precisamente esta confusión política, este intercambio de ideologías, la que está haciendo que las personas sensatas, lógicas, honestas, con sentido común simplemente, sean tildadas despectivamente de alcalduchos y de comunistas. Y ahí es donde nace, casi sin darse cuenta, casi sin querer, sin ser conscientes de ello, el "Movimiento Pikaza"; movimiento que tendrá una durabilidad en función del tiempo que permanezcan las personas y l@s polític@s irresponsables, incapaces, confus@s, equívoc@s, engaños@s, interesad@s, acomplejad@s, desinformad@s. Ni un día más. Ni un día menos.

DahirA.

jueves, 10 de junio de 2010

El lugar por donde empieza a cambiar el mundo es nuestro lugar

Así dice en el texto recibido por DahirA a propósito del proyecto Pascua Lama. Este es un proyecto minero de la multinacional canadiense Barrick Gold, la mayor empresa del mundo dedicada a la extracción de oro. Respecto al proyecto de Pascua Lama, que se situaria en la región entre Atacama en Chile y San Juan en Argentina y al que la propia empresa le augura una vida de 23 años a la mina, Greenpeace ya emitió un informe en el 2005 denunciando que afectará a tres glaciares y la utilización de cianuro de sodio empleada en la extracción contaminará el río Huasco, comprometiendo las actividades agricolas tradicionales de la comarca, que afectarán a unos setenta mil agricultores. Por otro lado, Amnistia Internacional ha emitido otro informe este año en el que recuerda que los proyectos de desarrollo a gran escala ponen en peligro los medios de subsistencia de los pueblos indígenas, e incluye en ese informe el impacto que tendría en la región el proyecto de Pascua Lama.

Desde que una expedición encontró el filón de oro en el 1994 y la Barrick Gold se interesó por la explotación, numerosas asociaciones indígenas y ecologistas están batallando contra ese proyecto, con el apoyo de organizaciones internacionales, como Greenpeace y Amnistia Internacional, aunque a DahirA la primera noticia de Pascua Lama le llegara hace apenas unos días. El último correo que ha llegado a la asociación, pidiendo firmas solidarias, está titulado "Cuando hay que apoyar hay que hacerlo" y está remitido por una mujer de la comarca de Huéscar, que es quien le ha puesto el título al correo. Una mujer comprometida en temas medioambientales y de derechos humanos internacionales, como avala su propia firma sumada a la lista de otras muchas contra el proyecto de Pascua Lama.

Una mujer de la que DahirA no recibió ningún correo solicitando firmas solidarias contra del proyecto de macro incineradora de Huéscar, seguramente porque "cuando no hay que apoyar no hay que hacerlo" y la incineradora de Huéscar no era "el lugar por donde empieza a cambiar el mundo es nuestro lugar". Los jefes son los jefes, y si eso puede perjudicar la salud futura de l@s hij@s y el futuro de la tierra donde ella ha decidido traerlos al mundo, pues que le vamos a hacer. Ninguna situación es perfecta. Pero queda claro que esta mujer es una mujer solidaria en temas medioambientales, siempre que no vayan a afectar ni remotamente a su economía. Argentina y Chile quedan lejos, y las relaciones entre estos y España son cosa de la diplomacia y de la política internacional a nivel de estado. Por tanto, un nombre en medio de un listado, sin incluir siquiera la población o el país, pasará totalmente desapercibida. La nómina no peligra y el honor solidario y medioambiental queda a salvo: la destrucción de glaciares en Chile y Argentina, la contaminación del río Huasco y la calidad de vida de los habitantes de las regiones de Atacama y San Juan son malos, y así, mediante la inclusión del nombre, se manifiesta públicamente. La contaminación del aire, la tierra y el agua y la destrucción de cientos de puestos de trabajo en su comarca, con la consiguiente contaminación de las personas y el empobrecimiento de éstas, parece que no tiene importancia, por tanto, no es necesario manifestarse públicamente en contra.

¡Ay!, si Mariana de Pineda levantara la cabeza y viera esa estatua que han erigido en su nombre y en nombre de todas las mujeres de la comarca, y que han colocado, bien visible, en el centro de una céntrica plaza de Huéscar -posiblemente con el nombre de la heroína-, en actitud humillada y sumisa, representándola a ella, que con tanta dignidad defendió sus principios políticos, con tanta dignidad ocultó los nombres con cuyo conocimiento las autoridades la habrían eximido de la condena a muerte, y con tanta dignidad llegó al patíbulo, y se viera así, desnuda y arrodillada, a la vista de tod@s, como ejemplo para las mujeres del siglo XXI en Huéscar ... esas mujeres que son solidarias con los conflictos lejanos y silenciosas con los propios, esas mujeres que están para defender los derechos y el progreso de las mujeres de la comarca. En silencio. Y en privado. Que nadie, ni hombre ni mujer, se asuste y se escandalice. ¡Ay! que pena que ni Mariana de Pineda en el siglo XVIII, ni Josefa Caballero en el siglo XXI, sean dignas de tener en cuenta para las mujeres que abanderan la igualdad de género en nuestra querida Huéscar.

DahirA.

miércoles, 9 de junio de 2010

¿Hablamos de artesanías del Atiplano de Granana?

Hasta hace tres o cuatro años, cuando decía "soy artesana" en la comarca, en cualquier foro de desarrollo rural, invariablemente me encontraba con una mirada y un gesto de sorpresa y escepticismo, como si quisieran decir "quita, quita, ¿no pretenderás que volvamos al pasado?". Las artesanías locales se consideraban cosa del pasado, propias de una época oscura, aptas sólo para sociedades muy pobres y atrasadas. La respuesta que recibía, también era siempre la misma: "aquí la artesanía no funciona". Seguramente somos la única comarca del país que pretende desarrollar un turismo rural y niega la artesanía local. Somos diferentes, sin ninguna duda. No se nos caen los anillos por negar un legado cultural centenario y milenario, una innovación artística, una posibilidad de autoempleo, un recurso turístico, un añadido para el prestigio de la comarca. Aquí no nos interesan las artesanías. Claro que, visto lo visto, ciertamente, aquí interesan más las macro incineradoras (y disculpar mi insistencia sobre el tema, pero es que esa incineradora no nata será punto de referencia durante años para entender muchas cosas inentendibles; el proyecto de incineradora, aunque abortado dentro del antiguo plazo de legalidad, apenas contaba con nueve semanas desde su concepción, ya que el tiempo durante el que se pusieron manos a la obra para concebirla no cuenta, ha conseguido destapar la caja de pandora). También interesan más las urbanizaciones en zonas naturales, o entubar un río para que se destruya el ecosistema de la ribera a cambio de enriquecer a especuladores de otra provincia. Actuaciones modernas, sí. Que se note que estamos al día. Que no somos unos "pueblerinos" incultos y atrasados. Aunque de cuando en cuando hacemos alguna excepción en la comarca, por ejemplo, proyectando una pista de paddel, que como tod@s sabemos, es un deporte tradicional de la comarca, cuyos orígenes se remontan a los más ancestrales orígenes del ser humano en la comarca. De hecho, en cualquiera de nuestros yacimientos arqueológicos que se precie, se han hallado vestigios que confirman la práctica del paddel en la comarca desde el neolítico. Así que, bien merecía la pena hacer una excepción con el paddel. Son unos cuantos milenios de tradición, y contra eso no puede luchar la modernidad.

Vayamos por partes. Pongamos un ejemplo para empezar: Dinamarca, uno de los mejores países del mundo para vivir por la alta calidad de vida, crecimiento económico, libertades personales, su democracia, la igualdad social, el pacifismo, la solidaridad, los salarios más altos y mas igualitarios y por ser el país menos corrupto del planeta. En el centro de Copenague, la capital del país, Per Bo, un artesano ceramista, tiene instalado su taller-tienda. Y en Christiania, el Barrio Libre de Copenague, cuyo gobierno se basa en la democria directa, la auto administración y la toma de decisiones por consenso democrático de sus habitantes, conviven talleres y tiendas artesanas, anticuarios, talleres de bicicletas, proyectos ecológicos y cooperativas, entre otras actividades.

Por otro lado, en la edición del 2007 de Estudios de Fundación Caja Rural, refiriéndose al Altiplano de Granada, en el capítulo V Las actividades industriales y de servicios, cuadro v.2, que hace referencia al análisis DAFO, señana como una de las debilidades del territorio Altiplano de Granada "la pérdida de la tradición artesanal" y en el apartado oportunidades incluye "el desarrollo de la artesanía". Igualmente, en el I Plan de Igualdad de Oportunidades de Huéscar, se menciona en el apartado 3 de la página 45 relativa al Área de Empleo y Desarrollo Rural "realización de actividades que potencien y promocionen el sector rural y turístico de la zona: arteanas ...". Así mismo, en la edición de Nueva Estrategia Rural del Altiplano de Granada, pg. 190, apartado oportunidades, punto 6 se menciona la "Revalorización de la artesanía" y en la pg. 199, punto 0 (4)4 "promover la recuperación y el fortalecimiento de la artesanía en el Altiplano" y en los apartados de líneas estratégicas y actuaciones de la pg. 215 se dice "impulsar la actividad artesana (4.1), "Ordenación de la actividad artesana en el Altiplano (1.1), "Apoyo a los negocios artesanasos y a la implantación de centros de producción y comercialización"; "Potenciar el prestigio social de la artesanía y garantizar la calidad de los productos" (4.2): "Desarrollo de actuaciones de información e investigación" (4.2.1) y "Fomento de marcas de calidad" (4.2.2). Y debemos recordar que el PSOE de Huéscar, en su programa electoral del 2007 incluyó entre las promesas para esta legislatura un Centro de Artesanos; centro del que nunca más se supo, salvo que el alcalde, nueve meses después de empezar esta legislatura dijo "es que la artesanía no vende, pero no os preocupeis, que tendreis (por Dahira) un sitio para poner vuestras cosas". Antes de eso, se designó a dos concejalas el Área de Artesanía, eso sí, tal vez por lo que pudiera pasar ... De la misma forma que el GDR impulsó hace años una asociación de artesanos artificial, suponemos que para que pudiera encajar en alguna partida subvencionable o previamente subvencionada. Y como asociación artificial ni tuvo actividad, ni fue eficaz ni perduró. Incluso devolvieron la cuota a l@s asociad@s. Eso sí, dañó considerablemente la credibilidad de posteriores asociaciones artesanales.

Es decir, que en la capital del país con mayor calidad de vida y salarios más altos del planeta tienen cabida los talleres y la actividad comercial de l@s artesan@s, y que en el informe DAFO y el NERA del Altiplano se contempla la pérdida de artesanía local como una debilidad, unos y otros tontean y rondan al sector artesanal, y tanto en éstos como en el I Plan de Igualdad de Oportunidades de Huéscar, expresan las oportunidades y líneas de actuación para mejorar este sector, entonces ¿por qué esos respingos cuando se pronuncia en voz alta "artesanías locales"? ¿por qué esas respuestas de negación?. La respuesta más generalizada es la de "aquí no hay artesan@s", a la que suelo responder a mi vez "tampoco había turismo rural hace diez años, y mira que apoyos institucionales y subvenciones millonarias está recibiendo".

Es cierto que el sector artesanal del Altiplano no está articulado, que bastantes artesanías han desaparecido, que otras están al borde de la extinción, que otras son complementarias a la profesión que sustenta la economía familiar o individual, que otras son temporales, que otras no están regularizadas administrativamente, que otras son emergentes, que otras sustentan el calificativo de artesanías cuando en realidad no lo son. Pero también es cierto que se están recuperando algunas artesanías tradicionales y que se están implantado nuevas artesanías, y unas y otras, unidas a las pocas que han permanecido, forman un conjunto artesanal a tener en cuenta, con representación de distintos gremios artesanales: forja, cerámica, textil, jabones y esencias, vidrio, esparto, espejuelos, mármol, carpetería, alimentación, instrumentos musicales y ebanistería. La mayoría de ellas elaboradas, o con posibilidades de elaboración, con materías primas de la comarca, lo que supone un valor añadido.

Las pocas políticas que se han llevado a cabo respecto a las artesanías en los últimos años en la comarca han sido siempre interesadas desde una u otra administración y sus interlocutores en la comarca. Algunas, incluso nacieron con buena voluntad de ser eficaces, tanto como valor cultural como valor generador de empleo. Pero las secuelas han sido poco positivas: talleres que cierran cuando se acaba el periodo al que obligan las subvenciones recibidas, proteccionismo que deriva en apatía, la no concesión de licencias de apertura de taller, cursos de formación ineficaces (posiblemente por que se trataba de justificar una subvención por una parte, y por la otra, que todo el interés del alumnado por la formación consistía en el sueldo que cobraban por asistir al curso), implantación de tiendas de la tierra (alguna la he encontrado cerrada, y alguna otra en la que conviven los refrescos y las patatas fritas de marcas comerciales a nivel nacional o mundial y las piezas en serie con manufactura de fábrica importadas y entre unas otras, alguna artesanía local entremezclada), las famosas vitrinas de los restaurantes de carretera (¿a alguien se le ocurriría poner a la venta unos zapatos "manolos" o corbatas de modistos de alta costura en vitrinas de restaurantes de carretera? ... pues eso). El verano pasado se ofertó en Huéscar y Castilléjar un curso formativo para esparter@s, creo que organizado y/o gestionado por la Asociación El Espejuelo, para el que se contrataron a profesores de Murcia, aunque debo reconocer que ignoro cual era el objetivo de dicho curso de formación, la programación temática de las clases, la cualificación y titulación homologada que recibieron l@s alumn@s que aprobaran el curso, cual fue el interés que motivó a l@s alumn@s a matricularse en el curso, y si en la actualidad algun@ de ell@s está ejerciendo la profesión, bien como artesano, bien como dinamizador, bien como comerciante, o bien como empresari@ del gremio. También tenemos el taller de vidrio José Saramago, pero éste prefiere difundirse en otros países antes que en la comarca, por lo tanto, no lo podemos considerar nuestro, de nuestro territorio, pese a la centenaria tradición del vidrio en nuestra comarca, no solamente en Castril, que fué el centro, si no en el Pinar del Duque -que cambió su nombre precisamente por este motivo a Pinar de la Vidriera-, La Puebla y Castilléjar. Y el reciente taller ocupacional de recuperación de teja árabe, también impartido en Castril, que como casi todos, se quedó en un taller remunerado para el alumnado sin más objetivos. Tampoco me sorprendería en absoluto encontrar cualquier día de estos un titular de prensa anunciando alguna macro subvención relacionada con un tema artesanal del Altiplano, de parte de nuestros gobernantes, y por supuesto, completamente ajena al sector. Ya se sabe como funcionamos aquí.

Entre tanto, el sector artesanal del Altiplano, pese a los numerosos gremios que lo componen, sigue disperso, menguante, escéptico, protegido en algunos casos y completamente desprotegido en otros, condicionado siempre. Sin una oportunidad de comercialización en el Altiplano. Sin una sola tienda exclusiva de artesanías locales en todo el Altiplano. Pese a la maravillosa forja del taller de Rosendo, en La Puebla, el taller cerámico de Algova, en Cortes de Baza, las depuradísimas técnicas y profusa creatividad de los maestros esparteros de toda la comarca, la excelente calidad de los aceites esenciales de Espirit Nature y sus derivados, los tapices que van a desaparecer antes de que haya una sola persona en toda la comarca que haya recibido formación para dar la oportunidad de continuidad a los mismos, las reproducciones cerámicas de los hallazgos arqueológicos de la comarca, especialmente las argáricas, ibéricas, romanas y árabes, la bisutería de espejuelos, lo que podrían ser magníficas mermeladas si se les diera la oportunidad de comercializarse sin perder su esencia artesana ...

Quizás alguna vez nos liberemos del complejo de "pueblerinos caducos" en relación a las artesanías y empecemos a vincularlas con los valores históricos, culturales y artísticos de las que son merecedoras, y las asociemos al concepto de progreso sostenible, y las relacionemos con el turismo rural, y nos demos cuenta de que los talleres artesanos generan autoempleo siempre que se les de la oportunidad de comercializar los productos. De que un tejido artesanal organizado, estable, de calidad, diverso, revaloriza nuestro territorio cultural, social y económicamente, y forma parte de nuestro desarrollo y nuestro futuro.

Y los visitantes no tengan que escuchar de la persona que atiende a l@s clientes, cuando acuden a una central de reservas que ofrece artesanías a la venta, y se interesan por una pieza "nada, eso lo hace un artesano de aquí ¡que tiene el taller en su propia casa!", demostrando de esa forma la absoluta falta de conocimientos más elementales sobre la artesanía que está vendiendo, amén de un desprecio hacia la artesanía y l@s artesan@s comarcales totalmente inmerecida, ya que uno de los factores que componen la idiosincrasia propia de la artesanía es precisamente que la mayoría de talleres están ubicados junto o en el propio domicilio del artesano o artesana, que esa es una de las garantías de que el producto ofertado es realmente artesanal. Que a veces, y sin darse cuenta, quien pretende dar una imagen de sí mism@a más formad@ y puest@ al día -vamos, al nivel que le presupone a esa persona de gran ciudad, culta y resuelta, a la que se está dirigiendo- se define a sí mism@ como la persona más inculta. Y por derivación, termina definiendo de la misma forma a la población en general. Que las artesanías son algo muy serio y requieren una preparación específica incluso para quien solamente está contratad@ para venderla.

DahirA.



domingo, 6 de junio de 2010

Los cerezos del Altiplano de Granada no están solos

"La recuerdo muy bien y no porque en sus labios se trajera cerezas del Valle del Jerte", dice Pablo Guerrero en una de sus canciones, que escuché por primera vez siendo todavía una niña. Desde entonces, quise conocer el Valle del Jerte y probar sus cerezas. El mayor problema residía en que no sabía donde estaba el Valle del Jerte. Ni siquiera sabía si existía realmente. Podía ser un nombre inventado por el cantautor. Nunca había oído hablar de ese lugar, ni nadie a quien preguntaba lo conocía. Así anduve, de vueltas con la bellísima canción y el nombre del valle misterioso, hasta que años después, casualmente, en una frutería de Vitoria-Gasteiz, mientras esperaba mi turno, ví una cajita de madera con cerezas expuesta al público. Puedo asegurar que se aceleraron las palpitaciones de mi corazón, mientras me acercaba a ella; tal vez ... en uno de los laterales de la caja decía "Valle del Jerte, Cáceres". ¡Existía el lugar!. Y lo tenía ubicado. Transcurrieron todavía algunos años más hasta que, otra vez por pura casualidad, participé en una reunión donde se debatía el lugar apropiado para que un colectivo con el que yo no tenía nada que ver celebrara sus 25 años. Me permití intervenir y propuse el Valle del Jerte. Propuse y vendí, todo hay que reconocerlo. Y no debí hacerlo mal porque se aceptó mi propuesta. Contactaron con Jerte, enviaron a dos personas para comprobar la idoneidad del lugar, les pareció apropiado. Y celebraron los 25 años allí. Naturalmente, yo no formé parte del grupo. Sólo puede ver un vídeo del lugar, que alguien amablemente me prestó. Pero llegó a oídos del propietario del hotel donde se alojaron la anécdota de por qué habían elegido ese lugar. Y el propietario cursó una invitación para mí y mi familia para pasar un fin de semana en el hotel. Fuimos a principios de junio, cuando las cerezas ya estaban maduras en los árboles. El propietario del hotel, un urbanita regenado -había dejado un trabajo de ejecutivo en una multinacional en Madrid y se había arriesgado a construir y gestionar aquel hotel rural, el único en la comarca por aquel entonces-, además de obsequiarnos con una cena cuyo plato principal fue trucha de río, pescada por él mismo, indicarnos donde podíamos ver y comprar artesanías de madera y de mármol, por donde ir a los bosques de castaños, darnos a probar el licor de cerezas y hablarnos de la comarca, contactó con los propietarios de una plantación de cerezos cercana y les pidió permiso para que pudiéramos acceder sin problemas mi familia y yo y coger cerezas de los propios árboles. Naturalmente, efectuamos el "robo" de la fruta: saltamos la tapia de piedras que rodeaba el huerto, elegimos las cerezas que quisimos de los árboles almacenándolas en un improvisado cesto con el borde de las camisetas girado y sujeto hacia arriba, lavamos las cerezas en alguna de las múltiples acequias por las que corría el agua libremente y, sentados al borde del camino, por primera vez saboreé las cerezas que aquella muchacha de la canción no traía en sus labios desde hacía tantos años.

También hace unos años, aunque menos, cuando fuí a encontrarme por primera vez con el Chillida Leku, ese maravilloso museo al aire libre, y cuando en mi mochila portaba tres pequeñas manzanas recogidas en uno de esos frutales del jardín del museo -manzanas que de alguna manera, y salvando todas las insalvables distancias, naturalmente, me unen con otras dos mujeres, Amparitxu Gastón y Pilar Belzunce, que en su juventud les gustaba robar manzanas en ese mismo jardín, como supe después- mientras curioseba por la calle de las tiendas al aire libre en el barrio marinero de Hondarribia, descubrí unas cerezas de intenso y oscuro color amarillo, que antes nunca había visto. Son cerezas de Navarra. Y convivian con las del Jerte en la frutería. Así que compré de ambas y fui comiéndolas mientras paseaba por la playa y luego me senté en un banco del paseo junto a la lonja a contemplar el mar con la ciudad de Hendaya enfrente, y a los buscadores de almejas en la orilla más próxima a mí.

La primera vez que visité la Comarca de Huéscar -recordemos que soy hija adoptiva de la tierra, y no porque nadie me haya adoptado oficialmente, si no porque yo misma he sentido la necesidad de pertenecer a esta tierra- y ví cerezos, concretamente en el paraje del camping "El Cortijillo" en la Sierra de Castril, cercano al nacimiento del río, los consideré un valor añadido a los muchos que ya había ido acumulando de la comarca. Un día de otra primavera posterior, cuando ya vivía aquí, salimos a encontrarnos con nuevos rincones sorprendentes de la comarca -estos rincones parecen inagotables aquí- y entre Galera y Orce, a mano izquierda, divisamos desde la carretera una "cueva-chalet" y decidimos acercarnos a ella a pie. A esa cueva se accede a través de una finca particular, a la que se llega por un camino que en un momento determinado está cerrado por una puerta valla. En aquellos momentos la valla estaba abierta, así que nos tomamos la libertad de continuarlo. La cueva chalet, bautizada así por la amiga que formaba parte de esa "expedición" debido a que tiene tres pisos y un balcón, estaba abandonada y forma parte de toda una "manzana" de cuevas, un cortijo excavado en la roca al pie de un monte salino, con vistas a otro montículo de similares características al otro lado de la carretera y en el que se puede divisar otra cueva mimetizada en la tierra: la cueva mansión, como la bautizó la misma persona, ya que la fachada parece la de una casa señorial de los siglos XVIII ó XIX por el estilo de enrejado de las ventanas. Volviendo al camino de nuestra cueva-chalet, desde la empalizada que delimita la finca y hasta las cuevas, siempre a la izquierda del camino, encontramos otras dos sorpresas: un huerto de cerezos -que en aquel momento, ni estaba en flor ni tenía fruto maduro- y un ribazo siguiendo la línea de una acequia por la que discurre ligera el agua en el que abundan las esparragueras. Y las tentaciones, buscadas o no, no pueden desaprovecharse; y menos cuando se trata de espárragos y de una buscadora nata de espárragos. Algunas esparragueras son enormes, bien alimentadas por el agua de la acequia, y no fue sencillo acceder a algunos de los frutos que nacían entre la maraña de hebras pinchosas de la mata. Pero todo es cuestión de maña, para no dañar la esparraguera, cálculo y presición para localizar el mejor punto desde el que acceder al fruto con los menores riesgos físicos posibles, y asumir las protestas de ésta por la invasión humana imprevista y traicionera, traducidas en avisos de arañazos y en arañazos. Y así regresamos hasta donde habíamos dejado el coche: cruzando el huerto de frondosos cerezos y con el manojo de espárragos apenas sostenido con la mano por el volumen que había alcanzado, como si se tratara de un trofeo. Como comprobamos más tarde, realmente se trataba de un premio escaso: son los mejores espárragos que he comido nunca, con diferencia. Y lo dice alguien que es una vieja buscadora de espárragos silvestres. Tenían un sabor delicado y genuino, con el amargor propio de los espárragos silvestres muy atenuado. Un verdadero manjar. El o los propietarios de la finca debían poner en valor esos espárragos.

Esa franja entre cerros calcinados y espartales que nos lleva a Orce, también alberga una vega exquisita distribuida en parcelas casi en miniatura y otras bondades, en la que además de los cerezos se encuentran choperas, otras pequeñas huertas, el nacimiento de Fuencaliente convertido en piscina de aguas ligeramente frías, absolutamente incoloras, refrescantes, sin ningún aditivo, seductoras tanto para el baño como para la contemplación, un aprisco de ovejas y vacas que es la delicia de niñ@s urbanitas al ver en su propio entorno corderos y cabritos; y al otro lado de la carretera, almendrales -estos almendros enormes que son frecuentes por esta zona-, caminos serpenteantes que nos llevan hasta un nacimiento de agua -otro más- y algún rebaño de ovejas guiadas por el pastor que, amablemente, nos informa de cuanto preguntamos. Y ni siquiera hemos llegado a Orce. Pero este es otro tema.

Estaba con los cerezos. En concreto, con mi segundo encuentro con los cerezos de la comarca. El tercero es otro huerto situado entre Huéscar y Galera, a mano derecha de la carretera. Como ese trayecto lo hago con una cierta frecuencia, observo la evolución de los árboles en cada época del año: cuando empiezan a brotar las primeras flores, cuando los árboles están cuajados de flor, formando un conglomerado compacto blanco y rosado, cuando empiezan a verdear, cuando forman un conjunto unitario verde profundo, cuando entre ese verde intenso está salpidado de pequeñas motas rojas, cuando el verde empieza a decaer, hasta amarillear en tonalidades ocres y cuando los árboles nos muestran su desnudez mientras duermen el largo invierno desafiando los fríos y las nieves. Pero ahora es época de cerezas. Hace unos días, al atardecer, de camino a Galera con la intención de tomar un vino en la terraza del Hotel Galera -esa terraza con vistas a la dulce, serena, verde y blanca Galera, ascendiendo por el cerro hasta coronarse en la ermita donde fue castillo que los últimos conquistadores, en nombre de nuestros queridos reyes católicos, asediaron, conquistaron, quemaron, destruyeron y esparcieron sal por la tierra para que nunca más volviera a crecer la hierba allí- encontramos una novedad en el paisaje tan sabido y del que tanto saber, que nos hizo retroceder: un puesto de venta de cerezas junto a la carretera. Cerezas del Altiplano de Huéscar. Cerezas recién cogidas del árbol. Cerezas sabrosas, jugosas, con ese punto ácido inconfundible de las buenas cerezas -que las hay insípidas, sosas, pastosas, ásperas aunque estén maduras-. Cerezas que no han gastado ninguna energía en transporte, ni saben lo que es una cámara frigorífica. Cerezas curtidas por el duro clima de nuestra tierra, maduradas límpiamente a pequeñas raciones de sol diario, aderezadas con el agua de cualquiera de nuestros riachuelos y de las lluvias que la naturaleza quiera regalarnos. La persona a la que acompañaba las probó y certificó "sí, tienen el sabor de las cerezas de aquí".

Luego tenemos otros huertos de cerezas negras en Castril. Aún no los conozco. Espero poder hacerlo este verano. Tampoco he probado esas cerezas frescas. Se que el año pasado no pudieron vender la cosecha, cuestión de precios, como siempre, los interminables intermediarios y quienes controlan el mercado, deben creer que los frutos nacen sin ninguna ayuda humana y el agricultor es un aprovechado, y se que alguien aprovechó para crear un licor de cerezas que incluye las propias cerezas, verdaderamente exquisito. Nada que ver con el kirsch del Valle del Jerte, incoloro y de alta graduación. Este es un licor de color rojo oscuro y fresco, que adjunta las propias cerezas maceradas.

Cerezas del Valle del Jerte, cerezas de Navarra, cerezas del Altiplano de Huéscar. Estas últimas que no encontramos en nuestros mercados -tiene delito que compremos cerezas en los mercados y supermercados de aquí, transportadas de unos sitios a otros y conservadas artificialmente, cuando aquí tenemos cerezas verdaderamente exquisitas, y que no se han derrochado energías ni en su transporte ni en su conservación-, que no son aprovechadas tampoco en mermeladas, repostería y licorería. Sinceramente, no lo entiendo ... ¿para cuando una verdadera y eficaz coordinación entre entidades que gestionan la financiación y las personas desempleadas de la comarca, más las personas que tienen ideas, más el apoyo, serio, realista y eficaz de los políticos locales?. Tenemos recursos, tenemos desempleo, tenemos financiación ... ¿que nos falta? ¿tal vez voluntad política? ... ¿tal vez dejar de creer que somos los nuevos ricos y que o se hace a lo grande -incineradora, formación de 17 formadores para formar a 15 personas a doscientos cinco mil euros, y mejor no seguimos con los ejemplos, que ya no son horas por hoy- o no se hace, que los pequeños emprendimientos, sin titulares de prensa, son poca cosa?.

No, esos motivos no son válidos. Como no lo son las viejas frases políticas y allegadas de "aquí no hay personas emprendedoras". Señores míos -y digo señores no por una cuestión sexista, si no porque la alcaldía, la manconunidad de municipios, el GDR tanto en presidencia como en gerencia, la Escuela de Empresas, la Asociación de Empresarios, la Asociación de Turismo, ANCOS, están dirigidos por hombres-, teniendo en cuenta la alta tasa de paro de Huéscar, los recursos que se pueden poner en valor, la facilidad con la que se obtienen doscientos mil euros de financiación para formar y la cantidad de técnic@s a sueldo que tenemos relacionados con el desarrollo rural, pongan a trabajar la imaginación, encuentren la fórmula para motivar, den facilidades (no me refiero a que cuando alguien dice "buenos días" le respondan, "hay subvenciones" y cuando alguien les lleva un proyecto les respondan "no hay dinero", o lo que todavía es peor: "invierte veinte mil como yo te diga, y te doy otros veinte mil"), a quien tiene una modesta idea. Y si no encuentran a nadie con esas características, busquen otra fórmula. Es su obligación. Para eso fueron votados. Para eso cobran sus sueldos l@s técnic@as. Para eso son subvencionas las asociaciones. Para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Para reducir el desempleo. Para aprovechar los recursos endógenos. Y no me estoy refiriendo a l@s amig@s, soci@s y militantes. Me estoy refiriendo a la ciudadanía. A la comarca. Y de forma sostenible. No queremos más despropósitos. No queremos más si pero no. No queremos titulares que son cortinas de humo.

Queremos que nuestras cerezas, por ejemplo, reciban el trato que se merecen. Y no están solas.

DahirA.

martes, 1 de junio de 2010

Comarca de Huéscar, ¿donde comemos?



Hace dos o tres años llegué de un pequeño viaje justo al mediodía. Venía de pasar unos días en casa de unos amigos auténticamente carnívoros -no contemplan el pescado en su dieta y las verduras, poco-. Un amigo me estaba esperando a la llegada del autobús, y fuimos directamente a comer a un restaurante de la comarca, en Fátima. Lógicamente, puesto que soy poco carnívora, estaba saturada de carne, pero los pescados que ofrecían en la carta olían ya a congelados desde la propia carta -¿alguien se ha fijado alguna vez en el corte que presenta el emperador en el plato, por ejemplo?-, salvo la trucha, que se daba por hecho que era fresca, puesto que tenemos una piscifactoría a pocos kilómetros del restaurante -sinceramente, prefiero la trucha de río, una trucha que sea autóctona, pero no tenía ninguna intención de ponerme tikismikis en aquel momento-. Así que pedí trucha a la espalda de segundo. Aunque hay diferentes recetas de hacer un pescado a la espalda, ésta parecía hecha al horno o a la plancha y por encima habían salpidado perejil y ajos picados crudos. Nada que objetar, el pescado estaba fresco y con retirar el perejil y los ajos, quedaba perfecto, especialmente en un día como aquel, que tenía mono de pescado. Lo que me resultó dañino incluso para la vista fué la guarnición: menestra de verduras congeladas pasadas por aceite como bien quedaba patente en la gran cantidad de éste que fluía entre los guisantes, los champiñones y las zanahorias. Precio del plato: 10,50 €. Traducido a pesetas, unas 1.765. Teniendo en cuenta que el mantel era de papel, no pusieron cubiertos de pescado, el servicio ni fú ni fá, y el bullicio de los comensales alrededor excedía cualquier tono medianamente prudente, lo que obligaba a hablar también en un tono alto, amén de escuchar todas las conversaciones entremezcladas, el precio me pareció excesivo.

En la Comarca de Huéscar tenemos unas materias primas de excelente calidad, tanto en carnes y aveces como en verduras y hortalizas, aceite, legumbres, jamón y embutidos, huevos, frutas; incluso en época todavía invernal, ya que podemos recurrir a las conservas y a las secadas a final de temporada. Tenemos incluso patatas de una calidad alta. Sin embargo, en la gran mayoría de los restaurantes, recurren a unas guarniciones penosas en todos los sentidos: calidad, singularidad, presentación y precios. El ejemplo de antes es una anécdota nada más. Una entre las muchas a las que podría recurrir por experiencia propia, y lo que es mucho más grave: por experiencia de personas de otras regiones a las que he invitado a venir aquí convencida de que les iba a encantar el lugar. Y el lugar les gusta, si. Aunque se van con un "pero ...". Y eso, en una zona que quiere ser turística, es grave.

Sorprende, en cuestiones de restauración comarcal, la poca imaginación para elaborar las cartas. Todas incluyen el chuletón a la pimienta y/ o al roquefort. Y todas incluyen cordero, aunque no siempre tienen existencias y cuando las tienen a veces éste no es precisamente de calidad (si, ya se, en una tierra con un cordero que tiene la IGP, que el ofrecido en restaurantes que se les presupone una cierta calidad, a juzgar por los precios, no sea de primera es sorprendente y un tanto increíble). Y todas incluyen emperador. Y carnes a la brasa. Y algunas hasta incluyen paella y migas, como en cualquier otro restaurante del país -recuerdo haber comido unas migas exquisitas en Sigüenza, y en Madrid ciudad son típicas de tapa y de ración en muchos sitios, igual que en Murcia y en Extremadura-. Y gazpacho, como en otras regiones. Y una larga lista más de platos, cierto. Pero casi ninguno auténticamente propio y elaborado con todos los ingredientes de la tierra. Muy pocos de cuchara que sean verdaderos. Ni siquiera se incluyen en las recetas las alcaparras y las almendras, de las que aquí tenemos en abundancia. No digo ya mermeladas de aceitunas, o patés de aceitunas, o compota de cerezas, o pasas y nueces, o níscalos, orejones, setas de chopo. Los servales, almeces, moras de zarza, trigueros silvestres, ni los mencionamos.

Como sorprende la escasa calidad del servicio, incluso donde ha sido bueno, tanto el servicio como los platos, deja de serlo. El ejemplo más sangrante que he conocido en los últimos años ha sido el restaurante X de Huéscar. Ahí he probado la mejor crema de espárragos, unos aperitivos originales y sabrosos, unos gazpachos delicados como los he probado en pocos sitios, un pavo a la plancha exquisito, un servicio atento en su justa medida, manteles y cubiertos como manda el más mínimo protocolo, hasta que vuelves otra vez y te sientan en la cafetería, con mantel de papel, te atienden a gritos desde la barra, te sirven un gazpacho incomestible, unos segundos rancios, te cobran un combinado como un menú completo-el mismo segundo del menú, en el que también se incluye el postre además del primero- y los escasos clientes de barra, amigos del propietario, terminan llamándote pueblerin@ por quejarte, entre grito y grito e insultos a sus hijos. O El Maño, también en Huéscar, donde suelen dar unas tapas variadas, ricas y hasta abundantes, hasta que vas un día a primera hora del mediodía y preguntas si tienen algún plato caliente, a ser posible propio de la zona, para raciones y/o tapas, ya que las personas que me acompañan salen de viaje en un rato, y te dicen que van a preguntar en la cocina pero no te responden. Y cuando al rato le pides la cuenta de los vinos que hemos consumido entonces te responden "acaba de salir de la cocina una paella de marisco, ¿les pongo unas raciones?". No, no pudo ser despiste por exceso de trabajo, no hubo ningún otro cliente en todo el tiempo que estuvimos allí. O te sirven, en el otro Maño, un segundo de pescado en salsa que huele a "sobre", con su respectiva guarnición de verduras congeladas. O en Castril, que donde en invierno te ponen una tapa con la cerveza o el vino, en verano no te la ponen, aunque hayas ido con un grupo de gente especialmente a ese lugar, porque las tapas son muy ricas y quieres que las prueben.

A ver, que nadie se confunda: hay restaurantes, escasísimos, donde se come bien por unos 50 € persona, y restaurantes donde sirven un menú de nota por unos 10 € o un menú degustación que puede estar entre los 14 y los 20 €, como es el Felipe, en Huéscar, que hace unos pimientos rellenos de perdices en escabeche, una tempura de verduras, un remojo de san antón y unas croquetas -entre otras cosas- y unos postres, que bien merece la pena probarlos, son de buena nota y mejor degustación. Entre el segundo grupo, los restaurantes humildes de buenos profesionales a muy buen precio, hay algunos ejemplos a tener en cuenta si se va a venir por aquí a pasar unos días, o si por cualquier razón, se va a comer fuera de casa. Por ejemplo, en Almaciles, junto a la carretera hacia Murcia, hay un restaurante (no recuerdo el nombre, pero de los dos, el que está más a la izquierda, de frente a la fachada) que los miércoles, al menos en otoño, hace un arroz con costillas de cerdo y setas, que tod@s deberíamos probar alguna vez en nuestra vida. El pollo a la brasa también merece la pena. Y el flan de café. Y ésto último lo dice alguien que no es precisamente golosa. En la Antigua Estación de Castilléjar, preparan un pollo en lata muy, muy interesante. Igual que el que hacen en el Hotel Galera, de Galera, donde además, el servicio es bueno y si tienes suerte te ponen un aperitivo de embotello ecológico realmente bueno; además, tanto el comedor como la terraza de verano, tiene unas vistas sobre el pueblo, ese pueblo colgado en la ladera del monte, que merece la pena disfrutar. O El Albergue de la Villa, en Orce, que ofrecen unos menús -es necesario llamar primero- auténticamente caseros con productos de temporada a precio muy económico, que puedes llevarlos o degustarlos en el comedor, que es parte de un convento y en el que se respira mucha tranquilidad. Del cocinero ya he hablado en alguna otra ocasión, creo: trufa de morcilla, habichuelas con liebre, y un delicioso salmorejo de atún. Para ensaladas, tenemos el Alcadima, en Huéscar, con el añadido de que está ubicado en una cueva con una decoración un tanto singular, de estilo árabe, y donde además se pueden comer unas pizzas interesantes y beber té con nombres muy sugestivos, que suele gustar a l@s visitantes por la singularidad del edificio, especialmente si ést@s vienen con niños, y porque el servicio suele ser agradable, incluso con los niños. El restauarente Fuencaliente, también en Huéscar, junto a la piscina natural, es un molino restaurado que conforma un ambiente agradable, también tiene unas ensaladas singurales muy ricas, los menús son económicos, también por debajo de la media de la zona, y la carta un poco cara, comparativamente con la calidad, salvo las ensaladas. Y no podemos olvidarnos de La Universidad en Huéscar, que no es un restaurante, ni de sus patatas fritas chips, de elaboración propia, que se pueden comparar con las mejores y más tradicionales patatas fritas de Madrid; y ya de paso, tampoco podemos olvidarnos de la terraza interior en verano que es muy agradable.

Así que, sí, en la Comarca de Huéscar se puede comer bien. Pero hay que conocer los sitios precisos. De lo contrario, fácilmente se termina desencantado con la restauración que nos ofrece. En unos y otros sitios. Por falta de iniciativas, por falta de querer mejorar sin necesidad de incrementar inversión, trabajo o precios; por falta de creatividad, por falta de respeto hacia l@s clientes, tanto si somos de la comarca como si son visitantes. Y porque la restauración es una parte fundamental del entramado turístico. Si la calidad de ésta se generaliza, se beneficia el sector y nos beneficiamos todos. Sin complejos. La excelente calidad de las materias primas ya la tenemos, una rica cocina tradicional también. Sólo falta iniciativa para adaptarla y ofrecerla a unos y otras renovada, ecológica, vistosa, rica. Sólo nos falta que el sector de la restauración se sienta parte de un todo, y ponga lo mejor de sí mismo en sus platos para adquirir fama de buenos, de especiales. Sin complejos y sin desprecios hacia la clientela, hacia la propia tierra.

DahirA.