No a la escultura de mujer arrodillada representando a Mariana Pineda en la Plaza Santa Adela de Huéscar

martes, 7 de septiembre de 2010

¿Hemos dado nuestro visto bueno a alguien para que destruya nuestro territorio?

Mientras yo contemplaba incrédula desde un mirador como por una de las principales avenidas de una ciudad de medio millón de habitantes el tráfico en hora punta consistía en catorce autobuses, tres taxis, dos bicicletas, dos furgones de reparto y un coche, y que entre todos apenas hacían notar la contaminación acústica en el entorno, y menos aún algo parecido a un atasco, aquí, en mi querida tierra, estaban ocurriendo hechos bien diferentes, como leía en el subtítulo -el titular me vergüenza reproducirlo- de la página:

http://www.riocastril.com/

"Unos 100 agentes de los cuerpos especiales de la guardia civil, a las órdenes del subdelegado del gobierno en Granada Antonio Cruz, han acompañado esta mañana a las máquinas que están destrozando el Río Castril a su paso por Cortes de Baza. Con total impunidad y recordando épocas pasadas, se han enfrentado a una marcha pacífica que contaba con niños, mujeres, personas mayores ... cuyo único propósito es la defensa de sus tierras de cultivo y del Río Castril."


Cierto que entre uno y otro lugar mediaban unos tres miles de kilómetros, pero ambos pertenecen a la UE y se presupone que debería existir una cierta cohesión entre uno y otro. Cierto que l@s españoles nos amparamos en nuestros cuarenta años de dictadura franquista y el consiguiente retraso respecto a Europa que ello supuso. Cierto que nos gusta presumir de nuestra idiosincrasia latina y mediterránea. Pero ni uno ni otra me convencen ni me hacen comprender la barbarie que nuestros gobernantes están llevando a cabo con el río Castril y su entorno, empleando para ello cualquier recurso disponible, desde hacer prevalecer una sentencia del tribunal de justicia provincial sobre una sentencia del Tribunal Supremo, hasta desplazar a Cortes de Baza a tantos agentes del cuerpo especial de la guardia civil (por cierto, ese desplazamiento, ¿cuanto nos cuesta en euros a la ciudadanía?).

Eso sin contar con los motivos alegados por los gobernantes comarcales acerca de la imperiosa necesidad del trasvase del río Castril: previniendo futuras épocas de sequía y las consecuencias negativas para Baza que pudieran derivarse de ellas, descartando que las demás poblaciones sufran consecuencias negativas durante un periodo de sequía (Baza, el ombligo del Altiplano de Granada); que Baza necesita agua potable y la del río Castril es de mejor calidad que la del Negratín, aunque del Negratín se hayan aprobado 7 Hm3 para consumo humano en el Almanzora (parece que los humanos y las humanas del Almanzora tienen un paladar menos exquisito y un estómago más resistente que los humanos y las humanas de Baza); que si el río hay que entubarlo desde el Portillo para evitar invertir en una bombeadora, al mismo tiempo que hay proyectada una bombeadora en el Jabalcón ... No quiero repetirme excesivamente, pero esas alegaciones son propias de niños de entre cuatro y cinco años justificándose por algo que sus educadores y educadoras les han dicho que está mal y que no hay que hacerlo, y pese a ello, lo han hecho.

Eso sin contar tampoco con que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que por un lado se queja por la merma del caudal del Guadalquivir (alimentado en parte por las aguas del Castril) que afecta a los regadíos de Córdoba y Sevilla aprobara en su momento con tanta premura el trasvase para ¿Baza? ¿Regantes del Almanzora? y siga empeñada en el trasvase, con el apoyo de la Delegación del Gobierno en Granada, ambas obviando la sentencia del Tribunal Supremo y la Directiva Marco de Aguas Europea.

Y sin contar con la extraña red de intermediarios que al parecer existe entre la Comunidad de Regantes del Almanzora y la Comunidad de Regantes del Jabalcón que a su vez busca intermediarios para que intermedien con el alcalde altiplánico disidente del trasvase (Ayuntamiento de Cortes de Baza) y lo convenzan para que se una a ellos y deje de interponerse al trasvase. Intermediarios regados convenientemente con billetitos de curso legal, procedencia secreta y sin factura, claro está. Ayuntamiento que seria convenientemente recompensado, por supuesto. Lo que nos lleva, sin mucho pensar ni deducir, que los ayuntamientos altiplánicos que tan fervientemente defienden el trasvase y tan infantiles justificaciones hacen de él, ya han sido recompensados de una forma u otra.

Lo que a su vez nos lleva a pensar que el caudal del río Castril, a pesar de la escasez de agua y del sistema agrícola tan absolutamente insostenible que permiten practicar, no es suficiente para que levante tantas pasiones entre el Delegado del Gobierno en Granada, el Ministerio de Medio Ambiente, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, la Comunidad de Regantes del Almanzora, la Comunidad de Regantes del Jabalcón, los alcaldes de Baza, Castril, Zújar, Benamaurel y no se si alguno más y que impliquen incluso a los tribunales de Granada y envíen a un centenar de agentes del cuerpo especial de la guardia civil a Cortes de Baza para que las obras no se retrasen ni un día más, pese a que la sentencia del tribunal de Granada está recurrida, y por tanto, no es firme aún, ni quizás ésta, aunque en su momento sea desfavorable a los defensores del río, sea la última vía legal contra el trasvase a la que puedan acogerse quienes defienden al río.

Llegar a la deducción de que existen poderosos y ocultos intereses económicos que pasan por el entubamiento de parte del caudal del río Castril, la pérdida de ecosistema y de la agricultura de esa zona del Altiplano para poder llevarlos a cabo posteriormente no es de nota, más bien es bastante básica. El aprovechamiento y reparto equitativo del agua no es el objetivo. Ni siquiera la prosperidad de unos basada en el apropiamiento ilegal del agua a otros es el objetivo. En realidad, el caudal del río Castril parece que les importa bien poco a quienes quieren modificarlo. Lo que les importa son las consecuencias negativas que tendrá en el entorno natural y agrícola y en el sistema económico actual de la población, de las cuales surgirá un macro proyecto salvador para los habitantes del Altiplano, vaya usted a saber en que consiste ese supuesto proyecto salvador de territorios mal gobernados y empobrecidos.

¿Por qué nos empeñamos en apoyar con nuestro voto a quienes trabajan con tanto ahínco para que sigamos siendo subdesarrollados e insostenibles?. ¿Por qué nos asusta ser ciudadanos y ciudadanas de primera en la UE? ¿Por qué no salimos la ciudadanía en masa, esos sesenta mil habitantes que dicen que somos en el Altiplano de Granada, a plantarle cara a quienes quieren destruirnos nuestro proyecto de vida digno y sostenible y el de las generaciones futuras? ...

NO AL TRASVASE DEL RÍO CASTRIL. NO A LA DESTRUCCIÓN DE NUESTRO TERRITORIO.

DahirA.

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