Por más vueltas que le doy, no soy capaz de comprender ese argumento. Personas afines a un partido ya de entrada admiten que las personas candidatas a gobernar en nuestro pueblo no tienen capacidad suficiente para ello. Sin embargo, tratan de convencernos de que lo harán muy bien si llegan a gobernar. Hace unas semanas hablaba de acto de fe, que ciertamente era lo que necesitaba la persona que me decía que confiara en la futura lista electoral del PSOE, ya que parecía saber quienes la integrarían, y por tanto, ya sabía de sus pocas capacitaciones para representar dignamente a la ciudadanía huesquerina y gobernar en su nombre. La lista, en la que había que creer como si se tratara de un acto de fe, una vez conocida, descubrimos que no tiene chicha ni limoná. No se encuentran a personas expertas en turismo rural, en agricultura ecológica, en medioambiente, en educación y cultura, en igualdad, en nuevas tecnologías, en desarrollo sostenible; las áreas prioritarias y que deben preocupar en nuestro pueblo. Si encontramos, en cambio, a personas que defendieron públicamente la implantación de la macro incineradora en Huéscar.
Cuando nos alegramos por no haber tenido fe, aunque sí paciencia en su defecto, y cuestionamos la nula o escasa trayectoria profesional en defensa de un área específica de las prioritarias de cada una de las personas de la lista, la invisible trayectoria social, y la escasa formación en las áreas que más nos deben importar, entonces nos dicen que agradecidos y agradecidas debemos estar porque se hayan presentado, y añaden -personas afines a ese partido-, sin ningún pudor, que esas personas que están en las listas, tendrán que recibir alguna compensación por las "molestias" y por la "valentía". Están justificando las insinuaciones y acusaciones, más o menos fidedignas -que a juzgar por la justificación y no negación, son más fidedignas que otra cosa- acerca de esas personas y el enchufismo político que las rodea, tanto a ellas como a familiares, así como su escasa capacidad para ocuparse de la gobernanza local.
Es decir, un partido político consolidado y con aspiraciones a seguir gobernando no tiene en sus filas a personas cualificadas, capacitadas y con una vocación de servicio público aceptable, y tiene que echar mano de quienes acepten, a cambio de compensaciones materiales, formar parte de las listas, con y sin opciones a concejalía. Y después a la ciudadanía nos convencen de que son un equipo fabuloso que va a trabajar firmemente para mejorar las condiciones socio-económicas del pueblo. Pero, señores y señoras mías: si esas personas no tienen interés, ni son profesionales que hayan destacado por nada público y social anteriormente, ¿como van a desarrollar su trabajo en un área específica con eficacia?. Si están ahí, y luego estarán en el ayuntamiento, si es que la ciudadanía deposita su confianza en ellas y ellos, exclusivamente por intereses personales, por lo que hayan podido pedir a cambio, o le hayan ofrecido a cambio, que supondrá una mejora en su vida personal y en la de sus familias y en la de nadie más. Si no entienden de nada, si sus saberes y su compromiso con la ciudadanía se reduce a "sálvese quien pueda" y que los demás hagan lo que he hecho yo.
Lo que si comprendo ahora es que un concejal de medio ambiente defienda una incineradora para quemar residuos orgánicos, papel, vidrio, y productos tóxicos, todo en una; que una concejala de igualdad llame al orden a una asociación de mujeres para decirles que no se expresen libremente porque molestan a las asociaciones que están debidamente calladas y tuteladas; que una concejala de artesanía acabe la legislatura con una única toma de contacto con la artesanía, y eso, cogiendo el tema por los pelos y permitiéndome un alarde de generosidad: es la tesorera de la asociación que ha puesto en marcha la Universidad Popular, donde se ofertan algunos cursos de artesanías; que el alcalde, que es un gran machista, presuma de igualitarismo y que mientras firma un pacto por el empleo basado en el turismo (y la agricultura), da lugar a que en esa misma semana cierre la oficina de turismo local, y que nos diga a la ciudadanía que su sueldo es de mil quinientos euros cuando en realidad es de tres mil. Sin ruborizarse, ni por unas firmas, ni por otras declaraciones, ni por aquellas cifras.
Son personas sin vocación política, sin vocación social, sin amor por su pueblo, sin creencias en el futuro sostenible -en el futuro siquiera- de su pueblo; son estómagos agradecidos que vadean el temporal como buenamente pueden, cuando consiguen acceder al puesto en el ayuntamiento, improvisando día sí y día también, creando fantasías plasmadas en titulares y fotos de prensa; aportando, cuando se ven en la necesidad, datos sesgados, verdades a medias, cobijando bajo su ala a las personas a quienes les deben favores, y siendo generos@s con otras, para que esa generosidad sea agradecida y se vea reflejada en la siguiente urna.
Eso es todo lo que en realidad nos ofrecen: nos piden que entendamos su arrojo, y velemos por su propio bienestar. A cambio, alguna obra caerá, alguna firma para jornales caerá, algún contrato temporal caerá, y alguna subvencioncilla, o subvencionaza, caerá. No se sabe a quien, ni por cuanto. Esto es como las quinielas: se sellan con la vaga esperanza de que tal vez coincidan nuestros números con los resultados, aunque nos toque poco. Y si no toca nada, ya lo sabíamos, maldita suerte la nuestra. Pero la democracia, nuestra vida, el futuro de nuestro pueblo y de nuestros hijos e hijas no es cuestión de buena o mala suerte, una y otras dependen de la comprensión de la realidad que tengamos y de nuestras decisiones.
2 comentarios:
Suscribo y afirmo que todavia se han quedado cortas en sus afirmaciones, gobiernan como verdaderos sátrapas,sin ningun respeto por y para el gobernado, son una verdadera pesadilla, para cualquier ciudadano minimamente informado, en una palabra, son la peste de la democracia.
Claro y diáfano como el agua. Para cuando uno gobernantes minimamente dignos y formados para dar soluciones y servir la pueblo y no para servirse ellos.
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