No a la escultura de mujer arrodillada representando a Mariana Pineda en la Plaza Santa Adela de Huéscar

jueves, 22 de julio de 2010

Mujeres y religiones

http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/iran-lapidacion-mujer/

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Judias/ortodoxia/elpepusoc/20100722elpepisoc_5/Tes

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Polemica/Iglesia/catolica/ordenacion/mujeres/sacerdotes/elpepusoc/20080721elpepusoc_8/Tes


Tres noticias diferentes, tres religiones distintas, un mismo apartado: mujeres discriminadas por las religiones.

La primera de las tres noticias es sangrante y urgente de resolver: Sakineh ha sido condenada a morir lapidada por haber cometido el delito de mantener una"relación extramatrimonial". ¡Qué fácil es condenar a muerte legalmente a una mujer en algunos países! basándose en supuestos hechos de su vida privada. Supuestos o ciertos, no tiene la menor importancia. Se trata de su vida privada. No ha atentado contra el gobierno ni contra la sociedad. No ha robado ni ha traficado ilegalmente. No ha matado a nadie. No ha destruído ningún bien público ni privado. No ha atentado contra nadie ni contra nada. Pero la justicia de su país, interpretando los principios de su religión, le inflingió 99 latigazos por mantener una "relación ilícita" y ahora la condena a muerte.

¿Las mujeres y hombres de cualquier parte del mundo nos vamos a quedar de brazos cruzados ante tan vil asesinato?. Por que eso es lo que es: un repugnante asesinato legalizado. La pena de muerte lo es siempre, sea cual sea el país que la aplique, desde Estados Unidos a China, y los motivos por los que la aplique. Nunca hay un motivo suficiente para matar a un ser humano legal y premeditadamente. Pero el caso de Sakineh, y el de otras mujeres en situación similar, traspasa todas las fronteras del más ínfimo resquicio de decencia humana. No merecen ser incluidos en el género humano quienes deciden sobre la vida y la muerte de una mujer basándose en las vivencias personales de ésta. Las leyes de su país controlan hasta sus sentimientos y deseos más íntimos e intransferibles.

¿Esa es la justicia que aplican los hombres en nombre de los dioses con mayúscula? ¿Donde están esos dioses? ¡quiero tener una entrevista con ellos ahora mismo! ¡quiero que me den explicaciones convincentes! ¿Por qué todos los dioses con mayúscula son hombres? ¿Por qué tantas mujeres siguen reverenciándolos?.

Mientras una mujer crea en un dios, se llame Jesús, Alá, Buda o cualquier otro, que es a todas luces tremendamente injusto, y particularmente injusto con ella misma, no le debe estar permitido hablar de igualdad de género, porque no sabe lo que significa ese concepto. Y mientras un hombre crea en un dios que excluye a su compañera de especie y le confiere a él supremacía sobre ella y limitaciones en su propio desarrollo como persona, tampoco le debe estar permitido hablar de igualdad de género, porque no tiene la más remota idea de lo que es eso.

DahirA.

No hay comentarios: