La experiencia fue muy gratificante, tanto para la diseñadora de la ruta y dinamizadora como para los y las participantes, que a pesar de la hora -después de la comida- y que los niños y niñas están afectados de cáncer y por tanto son mas suceptibles de acusar el cansancio del viaje y de las actividades de la mañana- que se volcaron tanto en la búsqueda de las pistas para localizar las plantas, como en la lectura de los pergaminos diseñados para esta ocasión en los que se explica el origen y las aplicaciones de cada planta, y la elaboración con plantas naturales de la sierra de un amuleto para cada persona.
El espíritu tan positivo de los niños y las niñas, participando activa y plenamente en el juego, su interés por el aprendizaje y sus sinceras, amplias y muchas sonrisas, junto con la ternura del niño, casi bebé todavía, que se quedó dormido en brazos de la dinamizadora, y la belleza y serenidad del entorno hicieron de esa tarde de principios de septiembre una hermosa tarde, revestida de color, voces alegres en diversos matices mezcladas en el aire, miradas atentas y escrutadoras, pasos ligeros, manos activas. Una tarde de diversión, confianza y aprendizaje en la naturaleza, por la que hay que darle las gracias al grupo de personas que la hicieron posible, a este maravilloso grupo de personas que constituyen un preciado amuleto por si mismas.
Confiamos en poder repetir esta experiencia con otros grupos de personas igual de maravillosas en este mismo entorno o en cualquier otro rincón tan mágico como este de entre los muchos que conforman el territorio del Altiplano de Granada, nuestro territorio, aprendiendo plantas, paisajes, patrimonio o cualquier otro matiz de los muchos que nos distinguen y que deseamos compartir.
Dahira.
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