Debo advertir que hoy voy a usurpar el blog de Dahira para escribir en mi propio nombre, así que cualquier reclamación o queja, debe dirigirse a Catalina Vidal directamente.
Hasta hace apenas cinco años, cuando llegué por primera vez a la Comarca de Huéscar, y me enamoré de esta tierra o, mejor dicho, esta tierra desplegó conmigo sus grandes dotes de seductora nata, apenas habia tenido contacto con Andalucía, y mucho menos sentía especial interés por esta región, a la que conocía casi exclusivamente a través de los estereotipos por los que normalmente es conocida: toros, pescaíto frito, el gracejo del acento andaluz, sevillanas, feria de abril y del Rocío, altas temperaturas ... Nada que me atrajera especialmente. Me atraían La Alhambra, visitada muchos años atrás, cuando todavía no era necesario hacer colas ni reservar día y hora, y me sigue atrayendo la Mezquita de Córdoba, que debo reconocer, aun no la he visitado, aunque no por falta de interés.
A partir de fijar mi residencia aquí, en la Comarca de Huéscar, al norte de la provincia de Granada, hace poco mas de cuatro años, es cuando comencé realmente a tomar contacto con Andalucía, y descubrí a Blas de Infante y su honrada y constante lucha por Andalucía, y el hermoso himno que compuso para su tierra, "sea por Andalucía, España y la humanidad"; y descubrí lo hermosa que es la bandera andaluza, -que junto con la de Galicia y la de Euskadi son mis favoritas-: verde y blanca. Campos, huertas, montes y montañas: vida. Cielos, crestas de mar y océano, nieve: fuerza y pureza.
Luego, poco a poco, fue llegando mi conocimiento histórico de la comarca que habito y de Andalucía en general, remontado al más profundo origen del hombre, mucho antes siquiera de que comenzara la Historia, y el sucesivo enriquecimiento adquirido a través del paso de tantas culturas prehistóricas e históricas por nuestro territorio, dejando cada una algo de si misma para que lo retomara la siguiente, y así, cultura a cultura, tenemos hoy una de las riquezas históricas y humanas más grandes y diversas que se puedan conocer. Si además añadimos la extraordinaria riqueza y diversidad del paisaje y del medio natural, las manifestaciones culturales, la investigación científica y médica que se desarrolla en nuestro territorio, Andalucía, ciertamente, es un lugar privilegiado.
Como también fue llegando mi conocimiento de las personas. Su caracter acogedor, bondadoso, luchador; alegre en ocasiones, resignado en otras, mucho mas humilde respecto a su tierra de lo que verdaderamente corresponde. Quizás he tenido la fortuna de conocer a las mejores personas de la comarca. Personas que son grandes conocedoras de sus recursos naturales, y grandes defensoras de su preservación. Personas que son grandes conocedoras de la historia y del patrimonio de su tierra. Mostrando orgullosas sus raíces y aprendiendo de otras diferentes. Y siempre acogedoras.
Hace dos años, con motivo del Día de Andalucía, estuve presente en un acto celebrado en la plaza Mayor de Huéscar. Estaba sentada en un banco de la plaza, escuchando a la banda municipal. Junto a mi se sentaron dos ancianas. Cuando la banda interpretó el Himno de Andalucía, las dos ancianas, a coro, cantaban la letra. Me emocionaron profundamente. Y es cuando entendí realmente lo de "nacionalidad histórica".
Por todo esto, y quizás por mucho más, que ni yo misma todavía comprendo, o para lo que no me siento capacitada para expresar, Andalucía es mi tierra adoptiva; me siento andaluza adoptiva. Y presumo de ello. Con el permiso de la Junta de Andalucía y de los andaluces y andaluzas. Presupongo.
Y hoy, puesta a usurpar, también he usurpado las fotografías, que corresponden a Mª Dolores Olivares y Euri Bartolomé.
Catalina Vidal.
1 comentario:
Magnífica expresión de profundos sentimientos. Saludos y te deseo que sigas mostrando tus visiones que siempre son enriquecedoras para los moradores de estas tierras sureñas. Saludos.
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