No a la escultura de mujer arrodillada representando a Mariana Pineda en la Plaza Santa Adela de Huéscar

viernes, 13 de febrero de 2009

Si las mujeres mandáramos ...



... el mundo sería mejor. Esa es la popularizada frase con la que zanjamos muchos debates y que, es necesario decirlo, tiene un origen hembrista.

Es cierto que las mujeres tenemos menos oportunidades de dirigir y gobernar, o nos damos a nosotras mismas menos oportunidades, en aras de otras prioridades personales, sociales o estrategias profesionales y, a veces, profundamente condicionadas u obligadas por el carácter político de los gobiernos y la legislación vigente en la época y los paises en los que nos ha tocado nacer y vivir.

Pero también es cierto que las mujeres cometemos los mismos errores que los hombres. Y las causas son las mismas en unos y otras: falta de organización, objetivos difusos o demasiado personalistas, conceptos equivocados de responsabilidad y compromiso, escasa capacidad de análisis, baja autoestima geográfica, querencia de poder, empatía poco desarrollada ...

El martes pasado se celebró en Diputación de Granada -con el permiso de las inclemencias climatológicas, por las que tuvieron que suspenderla hasta en tres ocasiones, y que ya tenían desconcertada a la compañera Mara, de naturaleza tan positiva ella- la Asamblea del Consejo de la Mujer, donde se votaba la Viceprecidencia y a las Representantes de las catorce Comarcas de la provincia. La jornada transcurrió con total normalidad, y quedó formado el consejo -al que, por cierto, Dahira, que nos presentábamos a ambas modalidades, no pertenecemos, por una cuestión de pura democracia: no obtuvimos votos suficientes-.

De democracia en cuanto a la Vicepresidencia -6 votos frente a 15, por tanto, nada que objetar-. Respecto a la Representante Comarcal, a última hora surgió otra candidata que reclamó su mayor derecho a representar a la Comarca de Huéscar, apoyada por las representantes de tres asociaciones de la Comarca de Baza. Cotilleos, ironías y otras minucias aparte, el resultado es que la Comarca de Huéscar, finalmente no tiene representante en el Consejo de la Mujer, ya que la representante de última hora es la Federación de Asociaciones de Mujeres del Altiplano Granadino, comarca que no existe a efectos de la división realizada por Diputación para el Consejo de la Mujer. Y que además, en la FAMAG están federadas asociaciones tanto de la Comarca de Baza como de la Comarca de Huéscar.

Por tanto, algo falla. O se elimina la Comarca de Baza, y a su representante, y se agrupan las dos comarcas -Baza y Huéscar- en una nueva, Altiplano, y se mantiene la representante de la Federación. O se retira la FAMAG porque no existe la comarca del Altiplano. O las doce asociaciones que están inscritas en la Comarca de Huéscar se quedan sin representante. Por que si nos atenemos a que la FAMAG es representativa del tejido asociativo de las dos comarcas, nos sobra una comarca en el recuento: la de Baza. Y si nos atenemos a que tal vez -y decimos tal vez, no que tengamos la seguridad, que no la tenemos en absoluto- la Presidenta de la FAMAG se dejó influir por las representantes de las de las asociaciones de la comarca de Baza, a la sazón, compañeras de federación, y a falta de la presencia de otras asociaciones de la Comarca de Huéscar -Dahira no cuenta, y como asociación fuimos la única asistente de la Comarca de Huéscar- esta no es representativa de las dos comarcas, si no de una, y no exactamente de Huéscar ...

En fin, que con tanta comarca nos hemos ido por los cerros de Úbeda, lo que queriamos decir es que las mujeres mandamos, cuando tenemos opción o nos la permitimos a nosotras mismas, igual de mal que los hombres. O igual de bien. Sin excepciones. Dependiendo de otros factores que nada tienen que ver con el sexo. Y que unas y otros deberíamos aprender a corregirnos cuando se trata de "mal hecho", queridas compañeras, queridos compañeros ...

Dahira.

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