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martes, 21 de agosto de 2012

Silencio, se busca esclavo


Hace un año, más o menos,  puse el grito en el cielo cuando tuve en mis manos  “El Proyecto” de la Global Ecofuel System y leí que los empleados trabajarían  ininterrumpidamente once meses al año, sin días de descanso alguno, durante ocho horas diarias. Para mi, que en mi juventud estuve cercana a los movimientos obreros de aquella época y me sabía el Estatuto de los Trabajadores al dedillo, más algún que otro convenio sectorial, la propuesta laboral del proyecto empresarial de Global Ecofuel System me resultó absolutamente indignante e inviable, digna solamente para ser denunciada de inmediato.

El anuncio leído hoy en Segunda Mano de Madrid no puedo calificarlo siquiera. El texto dice así:

Dependiente kiosco flores
Descripción:
Zona de O´Donell. Necesito a alguien para atender en quiosco de flores. Necesario tener coche propio y carnet de conducir. Me deberás ir a buscar a mi casa a las 8,30 de la mañana para recogerme abrir a las 9. Si fuera necesario ir a algún pedido lejos, necesitarás el coche para ir. A las 3 me voy y te quedarás tu solo atendiendo y a las 20.00 puedes empezar a recoger tardaras unos 30-45 min. La comida te la tienes que llevar ya que comerás allí cuando tengas un rato que no halla clientes. Se trabaja todos los días incluido sábados, domingos y festivos. Sin alta en la S.S., sin pagas extras. La gasolina te la pagas tú. El sueldo será de 20, 25 o 30€ según lo que vendas. Imprescindible buena presencia. Horario los 365 días: de 8,30 a 20.45.

Doce horas y cuarto de trabajo diario por un salario que puede variar entre los 600 y los 900 euros mensuales brutos, ya que tendrá que descontar la gasolina de los desplazamientos y las revisiones y/o los arreglos que pudiera necesitar el coche, y que no serán menores a menor sueldo, ya que los desplazamientos no barrían.

4.471 horas de trabajo al año, mas tiempo empleado en desplazamientos,  por un salario anual incierto, que variara entre 7200 y 10800 euros brutos que, y una vez descontada la gasolina y el taller que bien, y con suerte, y a falta de saber cuantos kilómetros diarios debe recorrer el vehiculo, puede estar en unos 1000 euros anuales, quizás como mínimo, por lo que el sueldo neto se quedaría entre 6.200 y 9.800 euros anuales.

Jornadas laborales de 12,15 horas por, los días de menos ventas, un salario de 20 euros brutos, unos 17-18 euros netos. Aproximadamente 1,5 euros la hora, que puede verse incrementada hasta los 2,30 euros/hora.

Sin cotizaciones, sin derecho a bajas laborales remuneradas, sin vacaciones, sin descansos.

Anuncios de trabajo de estas características escasean, es cierto. Probablemente, nadie acuda a solicitar semejantes puestos de trabajo. Al menos, no todavía. Seguramente, cuando la diputada Fabra dijo en el Congreso “que se jodan” se refería a esto: a que la orgullosa clase trabajadora que había conseguido, tras numerosas, largas y costosas luchas, un Estatuto de los Trabajadores, y convenios laborales sectoriales y de empresa, se nos estaba acabando nuestra dignidad reflejada en esas leyes, normativas y acuerdos, e íbamos a volver a la esclavitud monda y lironda si queremos seguir respirando.

De Andrea Fabra, teniendo en cuenta la educación recibida y el partido en el que milita, se puede esperar lo que dijo en el Congreso y más. Pero que José Antonio Griñán y Rosa Aguilar, entre otros y otras desde las supuestas filas de la izquierda y dirigentes de los sindicatos mayoritarios, condenen las acciones de sensibilización y reivindicación de Juan Manuel Sánchez Gordillo y Diego Cañamero, no se entiende. No se puede entender. Que los partidos de izquierdas y los sindicatos de clase pidan calma y tranquilidad frente a la situación que estamos viviendo y que no lleva más que, en el mejor de los casos, y como ya se está comenzando a ver, a la vuelta a la esclavitud de la clase trabajadora, es totalmente inadmisible.

Y todos esos nombres propios que representan a esos partidos políticos y sindicatos no merecen sino nuestra indiferencia y que volvamos la vista, todos los sentidos, hacia personas como puedan ser los Sres. Gordillo y Cañamero y nos unamos a la lucha. Posiblemente de ello dependa que mantengamos nuestra dignidad o que terminemos siendo esclavos y esclavas en el primer mundo del siglo XXI.


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