Alguien, cuyo nombre no recuerdo, dijo hace ya algunos siglos: "educad a los niños y evitareis castigar a los hombres". Y creo que esa es la clave para la erradicación de los malos tratos entre las personas adultas. Luis Rojas Marcos, en su libro "Las semillas de la violencia", dice que un maltratador adulto siempre ha sido maltratado en la infancia, o ha vivido en un ambiente donde se producian malos tratos. Aunque no todas las personas maltratadas se convierten en maltratadoras al llegar a la edad adulta.
Lo mismo ocurre con la persona maltratada: que lo ha sido en la infancia, o que lo ha visto hacer en su entorno familiar más próximo. De ahí la importancia vital de la educación a los niños y niñas. No a partir de una determinada edad, si no desde el momento mismo en que se toma la decisión de querer ser madres y padres. Un niño o una niña que no haya vivido situaciones de violencia ni directas -contra ella o él- ni entre sus progenitores, y que haya sido educado o educada en los principios de la igualdad de género, cuando llegue a la adolescencia, a la juventud y a la edad adulta, no contemplará -entre otras razones, por que la desconoce- la posibilidad de maltratar ni física ni psicológicamente a su pareja ni a sus hijos para sentirse una persona querida y respetada.
Me pregunto como será la educación que transmite un padre maltratador a sus hijos e hijas, y como será la educación que transmite una madre maltratada a los hijos e hijas. Y me pregunto qué piensan esos hijos e hijas acerca de como deben resolverse los conflictos familiares. Y me pregunto cual es su estado psicológico e intelectual de ira y de odio, y hacia quien o quienes lo enfocan. Y me pregunto sobre lo que pueden desear para su vida de adultos y adultas, sobre cual será su modelo de convivencia y educación. Y me pregunto por el equilibrio de su autoestima, y por su capacidad real para llevar a cabo los buenos propósitos que pudieran tener sobre este tema.
Compañeras, compañeros: no golpeis nunca a un niño o a una niña; no les amenaceis, no menospreceis, o deis categoria superior a ninguno de los dos sexos delante de ellos, y jamás, jamás, digais "esto te lo has buscado tú". Ni sabiendo que alguien lo hace, lo consintais. Ni tampoco eduqueis en el principio de que a los niños y niñas hay que darles todo lo que quieren, por que llegará un momento en el que reclamen algo que no podreis darles, y entonces buscarán, incluso de forma inconsciente, el recurso de la violencia -frente a la herida que les ha producido el rechazo- para obtenerlo. Creo que el amor, los cuidados, el respeto y la firmeza deben ir siempre juntos. Y siempre desde la perspectiva de igualdad.
Dahira.
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