No a la escultura de mujer arrodillada representando a Mariana Pineda en la Plaza Santa Adela de Huéscar

sábado, 4 de julio de 2009

Las mujeres evolucionamos en el Altiplano de Granada

Hace unos días me llevé una grata sorpresa, que seguramente no debería serlo, a estas alturas de legislación y de siglo. Pero para mí lo fue. Porque ocurrió aquí, en Huéscar. Os cuento. Hace unos días acudí a una cita concertada por teléfono con el técnico del CADE, a quien todavía no conocía personalmente, en las antiguas oficinas de la UTEDLT de Huéscar. Al entrar, me dirigí a la persona que ocupaba la primer mesa junto a la entrada. Saludé, me presenté y pregunté por el técnico con quien estaba citada. Entonces, esta persona, se levantó de su asiento, me tendió la mano, se presentó a si misma -lamento no recordar su nombre ahora-, y utilizó una breve frase protocolaria "encantada de conocerla", antes de indicarme donde estaba la mesa de su compañero.
Es posible que alguien se pregunte, ¿y que hay de extraño en ello? ... que una persona, desde su calidad de profesional, salude a otra persona desde la misma perspectiva profesional con un apretón de manos es algo usual, desde que hace siglos se extendió esta fórmula de saludo, cuyo propósito original es el de demostrar buenas intenciones, que las manos no cargan armas.
Lo inusual no fue el apretón de manos. Lo inusual es que la persona que inició el apretón de manos es una mujer y eso ocurrió aquí en Huéscar. Es la primera vez en casi cinco años que una profesional y mujer, me tiende la mano a modo de saludo en el ámbito laboral aquí. Me gustó, claro que me gustó. No sabría describir con exactitud la sensación que tuve. Pero fue algo así como sentirme persona entre otras personas, todas en igualdad, sin distinción de sexos.
Estos detalles también hacen igualdad. Estos detalles -y otros muchos, claro-, son los que realmente confirman la igualdad, la alta profesionalidad de las mujeres, también aquí en Huéscar, y la maravillosa evolución que estamos viviendo.
Tenía que decirlo. Me gustó tanto ese pequeño detalle de profesionalidad y de igualdad que no podía callarlo.
DahirA.