Son las 12,23 del día de San Juan. La ropa está lavándose en la lavadora. El asado en el horno. Estoy escuchando "El cóndor pasa" una hermosa melodía andina, gracias al Google, al You Tube y a unos auriculares que me costaron 1,80 €. Hace un ratito he respondido a un correo que ha enviado una compañera de una asociación de mujeres rurales de México, y que ya habrá leído si aún continuaba conectada. Y también habrá podido visualizar las fotografías de la II Semana que acompañan al texto en un Archivo Adjunto, al que han llegado desde la carpeta Sostenibilidad almacenada en Mis imágenes, gracias a que la fotógrafa que las hizo las descargó en su ordenador y luego las cargó un pendrive, que a su vez, descargó y guardó en mi ordenador.
Antes, he estado trabajando un rato en uno de nuestros proyectos de artesanía, utilizando el Word Office, que es genial: elijo el tipo de letra, el color, el tamaño, las viñetas, el interlineado, los márgenes, solo con un ligero movimiento de ratón y algunos clic ... Cuando necesito algún dato concreto sobre lugares, nombres, fechas, direcciones, estadísticas, legislación, lo tengo fácil: recurro al Google, escribo en la barra una palabra que identifique lo que quiero buscar, e inmediatamente tengo un montón de páginas que me la suministran. Así, lo reconozco, es fácil estructurar medianamente bien un proyecto. Y sobre todo, gano mucho tiempo.
(Disculparme, he tenido que ir a mirar el asado, que por cierto, huele muy bien, una mezcla de pollo, patatas, perejil, ajo, piñones, coñag, aceite de oliva virgen y agua, cocinados a fuego mediano. Y también he contestado una llamada de teléfono: uno de nuestros alcaldes me ha dado las gracias por haberle enviado una memoria vía e-mail sobre un proyecto ya ejecutado por la asociación en su ayuntamiento. Ahora, aprovechando este impass, voy a tender la ropa, y a cambiar el registro musical).
Ya estoy de nuevo aquí. ¿Hablábamos de Nuevas Tecnologías, verdad? ... Debo confesaros que a mi las tecnologías, sean del orden que sean, no me seducen lo más mínimo. Aunque en el caso de los ordenadores e internet, no es necesario que me seduzcan: me son útiles, simplemente. Escribo, almaceno y envío fotografías, escucho música, imprimo, busco información, recibo y envío correspondencia, diseño carteles y catálogos para los eventos que organizamos, contacto con los proveedores, nos comunicamos con dinamismo entre la asociación y las distintas administraciones con las que estemos llevando algún proyecto, o entre nosotras y otras asociaciones, hablo con mi hijo con mucha frecuencia cuando está a miles de kilómetros de aquí...
(Lo siento, ha habido otra inferencia, nos ha llegado un correo de Diputación pidiéndonos una copia de una factura que le enviamos anteriormente: primero he comprobado el estado de la cuenta bancaria de la asociación, a través de la web por internet, la he buscado en Documentos, la he adjuntado como Archivo y la he enviado. Ya la tiene el departamento correspondiente; entre su correo y el mío de respuesta apenas han transcurrido tres minutos).
De ese dinamismo es precisamente del que estaba hablando ... imaginaros que la hubieran pedido por teléfono, por ejemplo, y que solo tuviéramos una copia impresa. Ahora no estaría aquí, habría tenido que vestirme de calle, apagar el horno antes de que la comida estuviera terminada, ir hasta la papelería para que me hagan una fotocopia, luego hasta correos, esperar cola, rellenar el documento correspondiente y pagar el certificado: en total, mas de una hora, mas de un euro de gasto, y un buen rato de calor por el camino. Y Diputación no la tendría hasta dentro de dos días como pronto, y como entre medias está el fin de semana, con toda probabilidad hasta el lunes no podrían hacer nada al respecto. Esa es la diferencia: de la forma tradicional habría tardado cinco días, de esta forma, solo tres minutos. Eficacia y poco tiempo. Independencia.
(No pido más disculpas, pero hubo otra interrupción: tuve visita, que no se ha marchado hasta hace un ratito, pero no pasó nada: solo tuve que guardar la entrada que estaba ejecutando, para recuperarla cuando lo considerara oportuno, nada mas).
Imaginar, queridas compañeras de asociaciones del Altiplano, lo fácil que sería comunicarnos entre nosotras, para cualquier tema: convocatorias, eventos, invitaciones, consultas, reivindicaciones, si todas tuviéramos una cuenta de correo activa de la asociación, solamente eso ... la coordinación entre nosotras, la comunicación, la información, la libertad, ganarían tanto. Ganaríamos tanto todas. Y como decía ayer en el V Seminario de ASOCIA la dinamizadora del taller en el que participé, Carmen Caparrós: todas sabemos, todas podemos.
DahirA.
